Cada día son compartidas más de 95 millones de imágenes y vídeos en Instagram, una cifra que aumenta si además se tienen en cuenta el resto de redes sociales. Muchas de ellas, además, son tomadas en los mismos lugares, entre los que se encuentran el Coliseo de Roma o la catedral de Notre Dame de París. Solo basta con sacar el móvil, abrir la cámara y hacer una foto. El problema es que, quizá, aunque ningún cartel lo indique, ese monumento público esté regulado por un copyright especial.
Es el caso de la Torre Eiffel, uno de los edificios más emblemáticos del mundo y, precisamente por ello, una parada obligatoria para cualquier turista. Especialmente, si es de noche y su estructura brillante reluce entre el cielo oscuro de la capital francesa. Regular el encuadre o la exposición son algunos de los aspectos a tener en cuenta, pero también otro que normalmente no es demasiado reconocido por los visitantes: los derechos de autor.
A pesar de que la obra fue construida por Gustave Eiffel en 1889, según informa Europa Press, todavía se encuentra sujeta a los derechos de autor y de marca de las diferentes iluminaciones instaladas desde 1985. ¿La consecuencia? Como explican en la web del monumento, que “el permiso y los derechos para publicar las fotos de la torre iluminada deben solicitarse a la Société d'Exploitation de la Tour Eiffel”. Una norma que, ya sea por desconocimiento o por atrevimiento, muy pocos cumplen. Aun así, la revista National Geographic asegura que por ahora “no ha afectado a ningún turista”.
No es la primera vez que las leyes de la propiedad de los edificios se encuentran rodeadas de incertidumbre. Ya lo estuvieron cuando, en 2015, la Eurocámara sometió a votación a una enmienda que pedía que las instantáneas de obras públicas no pudieran realizarse sin previa autorización de sus representantes. Se trataba de una medida en contra de la conocida como libertad de panorama, que impide a los propietarios de pinturas o estructuras tomar acciones legales contra aquellos que distribuyan sus imágenes.
Finalmente el Parlamento Europeo rechazó la norma, dejando a los Estados decidir sobre una regulación que todavía no se encuentra a gusto de todos. Es el caso de Wikipedia, que cerró temporalmente el pasado mes de julio para protestar contra la última reforma del copyright y apoyar la “extensión de la libertad de panorama a toda la UE”. Países como Bélgica, Francia o Italia son señalados por la enciclopedia online como lugares non gratos para crear imágenes.
En principio solo afectaría a aquellas capturas para usos comerciales, pero, como explica la BBC, esta ley deja un “área gris” que alcanza a aquellos que comparten fotos de los monumentos a través de redes sociales. “A pesar de que estos usuarios no tengan fines comerciales, los términos y condiciones de Facebook dan a esta compañía la licencia para utilizar las fotografías para lo que considere oportuno”, indica la cadena británica.
Como el abogado Carlos Sánchez Almeida explica a eldiario.es, en España no hay razones para preocuparse, ya que así lo especifica el artículo 35 de la Ley de Propiedad Intelectual: “Las obras situadas permanentemente en parques, plazas u otras vías públicas pueden ser reproducidas, distribuidas y comunicadas libremente por medio de pinturas, dibujos, fotografías y procedimientos audiovisuales”. Básicamente, como añade el profesional, “si está en la calle se puede fotografiar”.
La “Wikipedia” de la propiedad intelectual
Debido a la confusa regulación del copyright, la cual cambia según el país y según el propietario de la obra, los encargados de Getty Images han creado una “Wikipedia” en la que se pueden consultar las normas de cada monumento. Y no solo eso, también recopila paisajes, productos e incluso personas que pueden fotografiarse sin miedo a qué pasará después. Hemos seleccionado algunos de los más destacados, pero la lista es extensa. Mucho más de lo que se podría pensar.
- La Sirenita de Copenhague: es una escultura de bronce situada en Dinamarca que, como se puede ver en su propia entrada de Wikipedia (con su figura recortada), no cuenta con licencias demasiado permisivas. Según la página especializada en fotografía Peta Pixel, la familia de su autor, el escultor Edvard Erikson, es “extremadamente protectora” con respecto a los derechos. Debido a esto, solo puede aparecer cuando se sitúe en contexto y no como elemento principal de la imagen.
- Pirámide del Museo del Louvre: algo parecido ocurre con la estructura diseñada por el arquitecto Ieoh Ming Pei a las puertas del museo nacional de París. Según Getty Images, deben evitarse las imágenes que muestran “todo el edificio y la pirámide” o aquellas donde son “el foco primario” a menos que se obtenga una autorización.
- El Atomium: esta estructura de acero con forma de átomo ubicada en Bruselas también cuenta algunas limitaciones de copyright. En la página de la obra explican que solo puede reproducirse bajo “ciertas condiciones” para garantizar que “no se tergiverse o se distorsione” su significado. No obstante, sus responsables matizan que sí se acogen a los casos establecidos por la libertad de panorama siempre y cuando no consideren que tiene naturaleza comercial.
- Letrero de Hollywood: cada vez que alguien reproduce el popular letrero con fines comerciales, este debe abonar la cuota correspondiente a sus derechos de imagen. El cartel colocado en el Monte Lee de Los Ángeles (California), al igual que ocurre con el Paseo de la Fama, son marcas registradas que solo pueden ser utilizadas de forma editorial dependiendo del contexto en el que aparezcan.
- Casa de la Ópera de Sídney: al igual que sucede con otras construcciones similares, el emblemático edificio dedicado al ballet o al teatro no puede ser el elemento principal de una captura empleada con fines comerciales y solo se permite cuando aparece en el horizonte como complemento de la instantánea. De lo contrario, esa publicación en Facebook podría salir cara.