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'American Crime': Estados Unidos ante su espejo más realista

Corren nuevos aires para la ficción estadounidense. No es un viento huracanado pero por lo menos sí una brisa que está renovando la comedia (como contábamos hace unos días) y está impulsando a determinadas cadenas en abierto (networks) a permitirse ciertos experimentos bajo la dictadura de la audiencia en la que viven sus ficciones. Uno de los últimos ejemplos es American Crime (Movistar Series).

American Crime llega con el tirón de ser una de las series más esperadas de la midseason, ser la apuesta de la cadena ABC por tener un drama sólido con el que aspirar a estar en las principales ceremonias de premios y un equipo que delante de las cámaras tiene los rostros de Felicity Huffman (su primer papel en televisión tras Mujeres Desesperadas), Timothy Hutton o Benito Martínez, que desde los tiempos de The Shield ha ido encadenado papeles en televisión como Hijos de la anarquía, Supernatural o últimamente House of Cards. Detrás de las cámaras, está John Ridley, ganador de un Oscar por el guion de 12 años de esclavitud, y que además de ejercer de showrunner de la serie se ha encargado de dirigir los dos primeros capítulos.

Su apuesta por imprimir a la historia un estilo distinto es clara y añade varias capas a una historia que arranca con un ataque brutal contra una pareja. Las dos familias azotadas por la tragedia demandan una investigación rápida para encontrar a los responsables y la policía señala a cuatro sospechosos: un adolescente hispano de clase trabajadora, un delincuente de poca monta y una pareja interracial de drogadictos. Todos vecinos, como las víctimas y sus familias, de una ciudad californiana marcada por los conflictos raciales, la delincuencia y el poder de las bandas mafiosas.

Sobre el papel, American Crime podría ser una serie de corte policial cuyo objetivo principal sería descubrir al verdadero asesino o por lo menos el vínculo de los cuatro detenidos. El piloto deja entrever que la historia quiere ir más allá y abordar a través de un crimen algunos de los problemas más graves de la sociedad estadounidense.

Apoyándose en una actualidad informativa que ya está muy presente en la trama de otras series, American Crime tiene una estética de falso documental que por momentos recuerda a la cámara al hombro de Friday Night Lights, una serie que diseccionaba a un pequeño pueblo de Texas a través de su pasión por el fútbol americano, con toques intimistas que la emparenta con Rectify y una tensión (familiar, racial, social…) a duras penas contenida que dibuja los primeros rasgos de los protagonistas. El primer capítulo se apoya en los prejuicios que tienen algunos de los protagonistas y los que podemos tener los espectadores y nos presenta el crimen solo de oídas, a través de lo que ha contado la policía a los familiares de las víctimas y los primeros testimonios de los detenidos.

Puede que American Crime no sea una serie cómoda de ver pero si mantiene el nivel del primer capítulo aspirará a ser una de las más interesantes de la temporada. Está concebida como una antología y si consigue la renovación, la segunda temporada se centrará en un caso completamente distinto.

Corren nuevos aires para la ficción estadounidense. No es un viento huracanado pero por lo menos sí una brisa que está renovando la comedia (como contábamos hace unos días) y está impulsando a determinadas cadenas en abierto (networks) a permitirse ciertos experimentos bajo la dictadura de la audiencia en la que viven sus ficciones. Uno de los últimos ejemplos es American Crime (Movistar Series).

American Crime llega con el tirón de ser una de las series más esperadas de la midseason, ser la apuesta de la cadena ABC por tener un drama sólido con el que aspirar a estar en las principales ceremonias de premios y un equipo que delante de las cámaras tiene los rostros de Felicity Huffman (su primer papel en televisión tras Mujeres Desesperadas), Timothy Hutton o Benito Martínez, que desde los tiempos de The Shield ha ido encadenado papeles en televisión como Hijos de la anarquía, Supernatural o últimamente House of Cards. Detrás de las cámaras, está John Ridley, ganador de un Oscar por el guion de 12 años de esclavitud, y que además de ejercer de showrunner de la serie se ha encargado de dirigir los dos primeros capítulos.