Este blog se ocupará de las series más influyentes del momento, recomendará otras que pasan más desapercibidas y rastreará esas curiosidades que solo ocurren detrás de las cámaras.
'Veep': el arte de la incompetencia política
Entre los titulares esperados de los premios Emmy estaba el fin del reinado Modern Family (Fox), ganadora del premio de mejor comedia en los últimos 5 años. La incógnita era quién le sucedería en el trono: alguna rompedora novedades (Transparent) o alguna de las ilustres veteranas que llevaban varios años esperando su oportunidad. Al final se cumplieron los pronósticos, en parte, y los votantes se rindieron ante Veep, un ácido y paródico retrato de la política estadounidense que hasta ahora se había conformado con nominaciones y premios para su reparto.
Puede que el ambiente electoral que ya se respira en EEUU haya influido, pero también que Veep (Canal Plus Series) acumula méritos de sobra para una de las grandes triunfadoras con los premios de mejor comedia, guión, actor secundario (Tony Hale) y actriz (una Julia Louis- Dreyfus) que ha sumado su cuarto Emmy por la serie y un total de seis en toda su carrera).
Su protagonista se desmarca de las tendencias actuales de la ficción televisiva: no es una heroína, ni una antiheroína, tampoco tiene habilidades especiales para apuntarse al club de superhéroes… Selina Meyer es una incompetente y de sus miserias diarias sale un ácido retrato del día a día de la Casa Blanca. Como el de House of Cards pero sin puñaladas por la espalda ni zancadillas, porque para grandes meteduras de pata ya se bastan Selina y su equipo.
El origen de Veep está en The Thick of it, la otra gran comedia televisiva de su creador Armando Ianucci, que retrataba el día a día de un Ministerio ficticio del Gobierno británico y que sobre todo añadía a la galería de grandes personajes a Malcolm Tucker. Veep nació como su versión estadounidense, pero muy pronto demostró que del remake a la inspiración hay un gran trecho.
La serie de HBO se ceba con la figura del vicepresidente, una figura política que nunca ha sido heroica en la ficción televisiva: desde el villano Charles Logan en 24 hasta el propio Frank Underwood en House of Cards, pasando por los números 2 que tuvo Jeb Bartlett en El Ala Oeste de la Casa Blanca.
Selina Meyer no tiene tanta maldad, pero en ambición no se queda atrás. Relegada al papel de vicepresidenta en su camino hacia el Despacho Oval, solo unos oportunos golpes de suerte son capaces de salvarla de su mediocridad como política y gestora de un equipo de asesores, especialistas en sabotearse a sí mismos. Lo que en The Office (la británica) o The Thick of It era muchas veces incomodidad, en Veep es un retrato con extra de patetismo de la clase política de Washington.
Consejo para los no iniciados: otro de sus méritos ha sido saber remontar una primera temporada que no le hace justicia. A partir de la segunda, su maquinaria se engrasa y la carrera de un política mediocre se transforma en una de las comedias actuales más disfrutables.
Entre los titulares esperados de los premios Emmy estaba el fin del reinado Modern Family (Fox), ganadora del premio de mejor comedia en los últimos 5 años. La incógnita era quién le sucedería en el trono: alguna rompedora novedades (Transparent) o alguna de las ilustres veteranas que llevaban varios años esperando su oportunidad. Al final se cumplieron los pronósticos, en parte, y los votantes se rindieron ante Veep, un ácido y paródico retrato de la política estadounidense que hasta ahora se había conformado con nominaciones y premios para su reparto.
Puede que el ambiente electoral que ya se respira en EEUU haya influido, pero también que Veep (Canal Plus Series) acumula méritos de sobra para una de las grandes triunfadoras con los premios de mejor comedia, guión, actor secundario (Tony Hale) y actriz (una Julia Louis- Dreyfus) que ha sumado su cuarto Emmy por la serie y un total de seis en toda su carrera).