Sexo, drogas y cardados: 6 grandes memorias del R'n'R
¿Se ha acostado alguna vez con alguien o es célibe? ¿Cómo vivió los pleitos por los derechos de sus canciones? ¿Es realmente asesinato comer carne? La autobiografía de Morrissey, publicada la semana pasada en la sección de clásicos de Penguin, ha copado los medios y la atención de los fans. Pero el género de la biografía musical es longevo e, históricamente, ha producido grandes hallazgos.
Mötley Crue, The Dirt, Mötley Crue
Mötley Crue, The Dirt
La chaladura hecha autobiografía. El epítome de “esto es DEMASIADA información”. Tommy Lee, Vince Nail, Mick Mars y Nikki Sixx deciden hacer honor a la idea de que no haya barreras entre lector y autor, soltándolo todo en un libro coral. Los miembros de la banda y aquellos que les acompañaron de gira durante años dan buena cuenta de lo vivido a través de sus testimonios, que se van hilvanando y funcionan como única voz narrativa.
El resultado no defrauda a los que buscan anécdotas sórdidas y detalles escabrosos. Lo más comedido del libro es una batalla de rayas de cocaína entre Nikki Sixx y Ozzy Osbourne en la que el último acaba esnifando rayas de hormigas vivas. Sexo, drogas y pelo cardado a tutiplén.
I'm with the band, Pamela Des Barres
I'm with the band
¿Quién puede explicar mejor los años setenta que la verdadera reina del fenómeno groupie? La dulce y tierna Pamela Des Barres relata sus vivencias como fan de la música y amante de las estrellas en un libro que inspiró la película Casi Famosos.
Pese a pecar de cierta candidez quizás un poco forzada –al fin y al cabo, Pamela alcanzó la fama exclusivamente por acostarse con estrellas del rock–, el libro ajusta cuentas con lo poco bien paradas que salieron ella y sus otras compañeras de juerga, que fueron algo más que trozos de carne. Pamela y sus amigas adoraban la música –fue miembro del grupo GTO, apadrinado por Frank Zappa– tenían ganas de sexo y se enamoraban continuamente del efecto escenario. Entre lo más destacado figura su primera conquista a gran escala (Mick Jagger) y el cabrón que le rompió el corazón (Jimmy Page, dijiste que la llamarías).
A bit of a Blur, Alex James
A bit of a Blur
Damon Albarn era el cantante sabiondo. Graham Coxon el guitarrista virtuoso, Dave Rowntree el batería invisible y Alex James resultó ser el bajista guapo y listo. Hay muchos libros que han lidiado con el fenómeno mediático que supuso el Britpop, pero muy pocos lo han hecho desde dentro. James logra desgranar en un libro lo que todo fan con ganas de diversión ha querido saber siempre.
Dejando los detalles técnicos de la confección de cada álbum para los periodistas musicales, aquí se habla de juergas, conciertos y giras despreocupadamente. Se mezclan supermodelos con artistas de renombre, el fanatismo de explorar el espacio –James financió el proyecto de la sonda Beagle II, que debía viajar a Marte– y el amor por los quesos. Y, al final, queda un buen consejo: por cada botella de champán ingerida hay que comerse una zanahoria para contrarrestar la acidez. Oído cocina.
Faithfull, Marianne Faithfull
Faithfull
Chabacanamente bautizada como “El ángel rubio con tetas” por Andrew Loog Oldham, mánager de los Rolling Stones, fue estrella de la canción ligera en los sesenta. Bob Dylan le dedicó una epopeya que hizo desaparecer al enterarse de que estaba embarazada. Se enamoró de Mick Jagger, se hizo yonqui, actriz de culto, estuvo en coma y vivió debajo de un muro en Londres durante varios años antes de desintoxicarse y componer uno de los mejores álbumes del final de los años setenta, Broken English.
Su vida da para mucho, pero eso no es sinónimo de un buen libro -para muestra, el irregular Mi vida, de su colega Keith Richards-. Por suerte Faithfull, escrito junto a David Dalton, lo es. La melancolía, la música y el pasado perdido se mezclan en un relato que parece haber servido de inspiración para Éramos unos niños de Patti Smith.
Heavier than Heaven, Charles R. Cross
Heavier than Heaven
Si Kurt Cobain siguiera vivo, su propia autobiografía rivalizaría con este libro. El periodista Charles R. Cross realiza una labor de investigación e interpretación titánicas sobre el mito (y para algunos, mártir) de toda una generación y logra responder a la dificilísima pregunta: ¿Qué queda por contar cuando ya se ha contado todo?
La obra se adentra en el mundo de un hombre y artista con una mirada única, extremadamente torturado emocionalmente y con un consumo titánico de opiáceos, pero también desmonta alguna leyenda: Cobain jamás durmió debajo de un puente como afirma en Something in the way y Smells like Teen Spirit lleva el título del desodorante de Tobi Vail, líder de Bikini Kill.
Miles Davis: la autobiografía, Miles Davis
Miles Davis: la autobiografíaUna obra en la que su autor y protagonista admite pegar a las mujeres, no conservar a los amigos y haber decepcionado a toda su familia es, para empezar, una confesión sin muchas concesiones. Pero además se trata de un libro extremadamente bien escrito en el que se mezcla el fraseo peculiar del músico con una radiografía musical de su tiempo.
Por aquí desfilan Charlie Parker y Billie Holiday –generalmente ciegos-, Sly and the Family Stone y Jimi Hendrix -generalmente chalados– y todos y cada uno de los músicos de jazz que formaron parte del mundo de Davis. Merece especial atención su descripción del racismo en la esfera musical y su particular odio a la gente, en general. Solamente por esta anécdota merece la pena: cuando Nancy Reagan le preguntó qué había hecho él para merecer una invitación a la Casa Blanca, contestó: “Yo he cambiado la historia de la música unas cinco o seis veces. ¿Qué ha hecho usted además de follarse al presidente?”