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Colectivos cristianos censuran al cardenal Cañizares por sugerir que Cotino fue un “mártir de la fe” y critican que “desprecia la acción de la justicia”

El cardenal Cañizares, durante una entrevista.

Miguel Giménez

Valencia —

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El arzobispo de València, el cardenal Antonio Cañizares, en su carta semanal publicada en el número 1.561 de la revista diocesana Paraula publicada el pasado 19 de abril se refería a la muerte del exconseller valenciano y exdirector general de la Policía con Aznar, Juan Cotino. El prelado aseguraba que el exconseller popular, imputado en varias causas judiciales, murió como “un mártir de la fe” siendo “víctima de la persecución desatada contra su persona por ser, en el fondo, un hombre de Iglesia, una víctima de ese mundo tan viscoso de tramas políticas tan oscuras e injustas, cebadas en València”.

Para el Grup Cristià del Dissabte, que agrupa a colectivos cristianos de base de orientación progresista, el escrito de Cañizares “desprecia la acción de la justicia” y “muestra una visión de la misericordia de Dios que inquieta a buena parte de los cristianos”. En su opinión, el gran afecto personal del cardenal por Cotino “ha sobrepasado la prudencia pastoral”, ya que consideran que de sus palabras “se puede deducir una falsa imagen de Dios y de lo que significa ser verdaderamente cristiano”.

“Pobre favor se hace a la convivencia cívica y al estado de derecho al suponer que Dios (con la muerte de Juan Cotino) le ha librado de una presunta condena por algo injusto que se pretendía contra él, librándolo de la prisión y de ser procesado”, sostienen desde este colectivo, ya que “se lanza una sombra infundada sobre la acusación de los jueces en asuntos que están sub judice”. En este sentido comentan: “Contraponer la justicia civil o penal con la justicia divina es un despropósito que ninguna conciencia cristiana puede admitir”.

Además, sostienen que no hace ningún servicio a la Iglesia reconocer como “mártir de fe al máximo responsable” de la organización de la visita del Papa Benedicto XVI a València con motivo del V Encuentro Mundial de las Familias “una vez probado que hubo lucro indebido a terceras personas”. Y haber inculpado, como hizo Cotino “en defensa propia”, al entonces arzobispo de València (Agustín García Gasco) y a un cardenal (López Trujillo) ya fallecidos las responsabilidades penales “no es un signo de martirio si no una vulgar estrategia de defensa”.

Para este colectivo, las palabras de Cañizares que sitúan a Cotino como “víctima” de tramas políticas supone que las “tramas viscosas caen solo de una parte del arco político”, librando “de toda sospecha a quien ha ejercido todos los cargos imaginables en la vida política local y nacional”, lo cual “excede toda racionalidad a la vez que descalifica la actividad política”. De esas “tramas viscosas”, insisten, “no se libraron las víctimas del mortal accidente del metro de València, cuando tuvieran que elegir entre buscar la verdad de los hechos o disfrutar del favor que les ofrecía el difunto, según testimonio de las familias afectadas”.

Por último, como cristianos se sienten “obligados” a pedir perdón a los jueces que, “en palabras del Papa Francisco, 'no toleran las presiones, ni los rumores ni los linchamientos' (28 de abril en la homilía de Santa Marta); a las víctimas del accidente mortal del metro de València, ”que se sintieron abandonadas por las autoridades políticas del momento, entre las cuales se encontraba el difunto“; a las personas e instituciones que colaboraron desinteresadamente en la visita del Papa en València y a la clase política ”que, con su trabajo honesto, desarrolló la versión suprema de la solidaridad“.

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