Un camión para detectar tumores en el hospital de Alzira
Un tráiler de grandes dimensiones se instala dos días cada dos semanas junto al hospital de Alzira equipado con un Pet Tac, un equipo de gran precisión con el se detectan diferentes tipologías de tumores.
Este es el sistema empleado hasta ahora por Ribera Salud para realizar pruebas encaminadas a diagnosticar diversas tipologías de cáncer.
Un sistema que, a juicio de la directora general de alta inspección de la Conselleria de Sanidad, Isabel González, no es el más idóneo: “si tienes un paciente con una sospecha de que puede tener cáncer no puedes esperar 15 días a que venga el camión para hacerle una prueba”.
González, junto al comisionado Salvador Llopis, son dos de las piezas clave del equipo que lleva casi un año trabajando en la recuperación para el sistema público de todo el departamento sanitario de la Ribera, lo que se materializará a partir del 1 de abril, tras 18 años en manos de Ribera Salud.
Según explican, Sanidad tiene en proceso la adquisión de un Pet Tac para tenerlo de forma permanente en el hospital de Alzira, de manera que los pacientes podrán hacerse las pruebas cualquier día en el interior del hospital.
Precisamente el Diari Oficial de la Generalitat (DOGV) ha publicado este viernes la licitación para la adquisición de este equipo y de nuevo un acelerador lineal (equipo de radioterapia) para este centro sanitario, junto a otros equipos ecógrafos y de rayos X para otros departamentos, con un presupuesto base de 5 millones de euros.
Por su parte, fuentes de Ribera Salud aseguran que “la política de la empresa ha sido siempre poner a disposición de los ciudadanos de La Ribera la mejor y más amplia cartera de servicios posible, y la última tecnología disponible, para mejorar la calidad asistencial, terapéutica y diagnóstica y evitar desplazamientos”.
Por esta razón, añaden, “el Hospital de La Ribera, aún siendo un hospital comarcal, cuenta con servicios y especialidades de referencia y con tecnología solo disponible en los grandes hospitales”.
En este sentido, “en La Ribera, el Pet Tac se está ofreciendo desde hace 10 años; el hecho de que sea móvil no es nada extraño y se produce en distintos hospitales públicos y privados”.
De hecho, comentan que “en el pliego del reciente concurso público que ha sacado la Conselleria para las resonancias magnéticas de varios hospitales públicos en la Comunidad Valenciana en marzo, en los departamentos de Vinaròs, Requena y Marina Baixa, se trata de unidades móviles de resonancias magnéticas”.
Sin embargo, fuentes de Sanidad destacan que “ningún hospital público cuenta ahora con un Pet Tac móvil ya que en el único que se usaba, el Provincial de Castellón, se instaló hace meses un equipo”. Además, aseguran que “las unidades móviles de resonancias se usarán durante seis meses, hasta que se instalen máquinas fijas”.
Equipamiento obsoleto en La Ribera
La obsolescencia de los equipos tecnológicos del departamento de la Ribera es uno de los grandes problemas que se han encontrado los responsables de Sanidad durante el proceso de reversión a la gestión pública: “La mayoría de aparatos tienen más de siete años y eso quiere decir que, aunque funcionan, desde el punto de vista tecnológico hay que ir renovándolos, lo que puede tener un coste estimado de unos 6 millones de euros”, explica Llopis.
De hecho, “el nuevo acelerador lineal vendrá a sustituir a uno de los dos existentes que tiene 18 años, los aparatos de rayos de los centros de salud de la Ribera tienen entre 10 y 15 años y se estropean cada dos por tres, los aparatos de quirófanos, intensivos y hemodiálisis tienen cerca de 10 años”.
Por otra parte, el comisionado estima que el hospital, que puede alcanzar hasta 302 camas cuando las habitaciones se hacen dobles en momentos de picos, se ha quedado pequeño por el aumento de especialidades que acoge, por lo que estima que “para mantener el actual ritmo quirúrgico haría falta sumar un quirófano y al menos otras 60 camas”.
En ese sentido, se han planteado diversas opciones: “una de ellas pasaría por llevar las consultas externas a los centros de salud y especialidades con el objetivo de aprovechar ese espacio para crecer con una o dos salas más; además, habría que reconsiderar una ampliación de las urgencias y los cuidados intensivos con un modelo más humanizado de cara a los familiares”, explica.