Las palabras son una herramienta para traspasar significados entre personas; una especie de certificado que transmite de una persona a otra lo que se desea comunicar. Por eso el significado de las palabras tiene que ser común, o de lo contrario la comunicación es imposible: si el que escucha o lee piensa que la misma palabra tiene un significado diferente al que le asigna quien la escribe el traspaso de conocimiento no puede funcionar. Y sin embargo hay un viejo chiste que dice que en una conversación no es lo mismo lo que yo quise decir que lo que dije; y ambas cosas son distintas de lo que tú entendiste, que no es lo que escuchaste. Porque las palabras no sólo tienen significado; también tienen connotación. No sólo transmiten conocimiento, sino emociones. De ahí el arte del escritor, ese profesional que es capaz de hacer que el acto de comunicar se transforme en arte. Las palabras tienen carga emocional. A veces incluso tienen carga moral.
Y por eso existen palabras que se convierten en tabú, y por eso es tan complicado el arte de titular. Y por eso la selección de las palabras en los titulares es eterna fuente de polémica. En este caso la causa es una palabra en un titular de la semana pasada: ‘Cuatro niños palestinos eliminados en el ataque de un buque de guerra israelí’, publicado el 17 de julio a las 19:08 por Iñigo Sáenz de Ugarte, subdirector de eldiario.es.
Tras su publicación el defensor de la comunidad recibe esta protesta de Pedro Crespo, de Madrid:
“Buenos días: Me parece vergonzoso que utilicen una expresión como ”eliminados“ en la muerte o mejor dicho asesinato de 4 menores en Palestina. ”eliminados“ es una acepción en el diccionario que dista mucho de definir lo ocurrido. Fue una cacería (se ve en imágenes), un asesinato una liquidación en toda regla, de cuatro chicos indefensos. Si su periódico es pro-judío, me parece perfecto (realmente me asquea), pero la ”máxima“ del periodista es narrar lo ocurrido, la realidad y no distorsionarla con el prisma del carácter político del periódico. ESTO NO ES PERIODISMO. eldiario.es es uno de los que mas leo, pero me temo que con este tipo de comportamiento, es preferible entrar en la web del PP, del PSOE o de otros con capacidad de manipulación (normalmente por poder económico) y orientación de la información. Espero que en breve, como han pedido otros en sus ”comentarios“ retiren la definición de ”ELIMINADOS“. Un saludo.”
Y esta otra de Luis Miguel García, también de Madrid:
“Imagino que estarás teniendo una avalancha de quejas sobre este articulo que habla de ”palestinos ELIMINADOS“ para referirse al ASESINATO de unos chiquillos que jugaban en un descampado. Suma otra queja. Es asqueroso el titular.”
En los propios comentarios del artículo al menos 30 se quejan, en términos a veces muy airados, del uso de ‘eliminados’. Casi todos exigen su reemplazo por ‘asesinados’ (#101, #103, #116, #119, #133, #74, #71, #66, #62, #59, #22, #13, #11, #10, #9, #8, #4); otros piden palabras aún más enérgicas (masacrados, ejecutados). Y algunos acusan a eldiario.es y a su subdirector y autor del artículo, Iñigo Sáenz de Ugarte, de prosionistas, propagandistas del estado de Israel y, en general, de mala praxis periodística.
Contactado Iñigo Sáenz de Ugarte remite a este defensor a un tuit publicado en su cuenta @guerraeterna que dice en su integridad:
“Hay que estar muy enfermo para creer que eliminar niños es una forma correcta de hacer la guerra o pensar que es una expresión light.”
Para conocer algo más de su opinión sobre el hecho, sobre su cobertura en medios y sobre un ataque posterior puede ser interesante leer los post de su blog al respecto. Conviene asimismo recordar que el periodista fue durante varios años corresponsal en Jerusalén y cubrió desde Israel y otros países de Oriente Medio la Guerra de Irak.
Consultado el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, autoridad última en lo que compete al significado de las palabras, el verbo ‘eliminar’ tiene varias acepciones entre las que es la cuarta la que más viene al caso: ‘Matar, asesinar’. Por su parte ‘asesinar’ se define como ‘Matar a alguien con premeditación, alevosía, etc.’asesinar. ‘Premeditar’ es ‘Proponerse de caso pensando perpetrar un delito, tomando al efecto previas disposiciones’, y ‘alevosía’ se define como ‘cautela para asegurar la comisión de un delito contra las personas, sin riesgo para el delincuente; es circunstancia agravante de la responsabilidad criminal’. Por otra parte ‘ejecutar’ es matar de acuerdo con un proceso legal, y ‘masacre’ se emplea cuando los muertos son un elevado número.
Está claro que la intención de los comentaristas que exigen el uso de ‘asesinados’ es cargar la acción de responsabilidad criminal; describirla en términos de un delito cometido a sabiendas. En la Teoría del Delito dentro del Derecho se hablaría de Dolo; la voluntad de cometer un hecho delictivo a sabiendas de su ilicitud. Esta es la principal diferencia entre homicidio y asesinato en el derecho español, o entre los términos equivalentes en derecho anglosajón: manslaughter y murder.
El uso de una u otra palabra implica una precalificación emocional e incluso legal del acto: no es lo mismo matar que asesinar, ni tiene las mismas consecuencias legales. Ni morales. Es posible que los soldados o marinos israelíes que dispararon en la playa gazatí algún día sean juzgados o condenados por un crimen de guerra; es posible que quienes les mandan puedan ser acusados o llevados ante un tribunal por crímenes contra la humanidad. Mientras tanto y simplemente desde el punto de vista del significado ‘eliminados’ no es incorrecto. La emoción, sin embargo, tiene razones que el DRAE no entiende.