Calcutta Cup, la esencia del rugby
Calcuta (India), diciembre de 1872. Tras una noche de copas y confraternización, dos oficiales -un escocés y un inglés- deciden festejar la Navidad de una manera verdaderamente británica; con la celebración de un partido de rugby, el primero que se disputará en la India. Según las crónicas de la época, el escocés para completar el equipo necesitó echar mano de galeses e irlandeses, a quienes convenció con una promesa muy rugbística y británica: posibilidad de humillar a los presuntuosos ingleses y barra libre tras el partido, que según algunos cronistas ni llegó a su final de la intensidad del duelo.
Debido al éxito del encuentro, los jugadores formaron el Calcutta Football Club. Seis años más tarde, en 1878, los miembros del club decidieron disolverlo -dicen que por la prohibición de la barra libre de bebidas, durante y tras los partidos-, y funden las rupias de plata que les quedaban en la tesorería del club para la fabricación de un trofeo, que llevaría tres cobras a modo de asas y un pequeño elefante asiático coronándola, para entregarla a la Federación Inglesa de Rugby.
A partir de ese ese momento esta original Copa se la quedaría el vencedor del partido anual que enfrentaría a Escocia e Inglaterra. Acababa de nacer la Calcutta Cup, el trofeo de rugby más antiguo del mundo. El de más solera. El de más tradición.
Porque si hay un deporte que respete y ame las tradiciones, ese es el rugby, y dentro esa tradición, la Calcutta Cup ocupa un lugar prominente en el torneo del VI Naciones. Este sábado (17 h / Movistar+) en otra nueva edición de este apasionante e histórico enfrentamiento.
Campeonato interno
Inglaterra-Escocia, Escocia-Inglaterra, así durante más de 130 años las dos selecciones han dirimido en los campos de rugby su histórica rivalidad. Y es que si un encuentro entre combinados nacionales enmarcadas dentro de un mismo Estado siempre es un hecho insólito, si estas dos selecciones han disputado el primer torneo del que se tiene constancia, la magia que envuelve el choque se convierte en algo todavía mayor. Ya lo definió en 1983 muy originalmente David Sole, el capitán del XV del Cardo, el equipo escocés, tras vencer en su estadio por 13 a 7: “Hemos ganado un partido que es más que un partido dentro de un deporte que es mucho más que un deporte”.
La importancia de este evento viene reflejado en todo lo que le rodea. Así, este duelo entre ingleses y escoceses fue el germen de la creación del IV Naciones en 1883 (que iría evolucionando hasta el VI Naciones que se disputa en la actualidad), o tuvo el honor de ser en 1938 el primer partido televisado de rugby de la historia. Porque la Calcutta Cup no es solo deporte. Es mucho más. Sobre todo para los orgullosos escoceses. Y es que juega Escocia, no la selección de Escocia, sino Escocia entera, incluidas mujeres y niños, en ese ambiente británico donde la bruma funde la grada con el césped, en un partido que recuerda en sus himnos y escudos antiguas batallas, y que enfervoriza como ningún otro acontecimiento los ánimos patrióticos de los espectadores. O sea, un partido de leyenda.
La edición de este año
La Calcutta Cup se alterna cada año entre el estadio de Murrayfield en Edimburgo (sede la selección escocesa) en los años pares, y Londres, donde se disputa la Copa en los impares, por lo que esta edición se disputará en feudo inglés, en el histórico Twickenham Stadium: “La Catedral del Rugby”, un estadio con más de 100 años situado en un suburbio en el suroeste de Londres, con capacidad para 82.000 espectadores y donde Inglaterra ha jugado prácticamente todos sus partidos como local.
A priori, en esta edición el XV de la Rosa, el conjunto inglés, parte como claro favorito. Esta selección, entrenada por el australiano Eddie Jones, no solo acumula 17 triunfos consecutivos, a uno del récord histórico de los 'All Blacks, sino que en el VI Naciones hila 10 victorias seguidas, igualando la mejor racha de la historia del torneo que databa de 1922. Además, lleva 13 partidos consecutivos ganando en Twickenham, donde no son derrotados desde el año 2012.
Con piel de cordero
Los registros ingleses son impresionantes y hacen de su selección un verdadero equipo de récord. Si a esto se le suma que desde el 2008 Escocia no derrota a Inglaterra, y que la última victoria de los escoceses en Londres data de 1983, pudiera parecer misión imposible para los orgullosos 'scots' conquistar Twickenham. Pero, atención, que las impresiones subjetivas tienen otros matices: Escocia viene de mostrar su mejor versión en una segunda parte impresionante de poderío y juego contra el siempre difícil combinado galés, mientras que la abultada victoria de Inglaterra contra una muy floja Italia pudiera ser engañosa, ya que no pudo encarrilar el encuentro hasta a falta de pocos minutos para la finalización del encuentro.
Y es que pese a su impecable racha, el XV de la Rosa está resolviendo muchos de sus encuentros de manera muy ajustada, aprovechando errores de los contrarios en los últimos tramos de los encuentros. Además una victoria escocesa frente a su gran enemigo posicionaría a los del Cardo para esperar un desenlace favorable en la última jornada que les permitiera hacerse con esta edición del VI Naciones. Porque como dice la letra del himno oficioso de Escocia, el 'Flower of Scotland', que se cantará en los prolegómenos del choque, “todavía podemos resurgir y ser una vez más la nación que resistió contra él, el orgulloso ejército de Eduardo, y lo envió a casa, a pensárselo de nuevo”.
Como se ve, un partido de rugby entre los combinados inglés y escocés siempre tiene el especial aroma de los acontecimientos que trascienden a la mera práctica deportiva. Porque como declaró un célebre entrenador inglés “los ingleses jugamos a rugby porque lo inventamos y nos gusta, mientras que los escoceses lo practican por su animadversión a todo lo inglés y su afán por derrotarnos”.
Pero, al margen del resultado, lo más importante es que como cada año se volverá a disfrutar del sabor de la quizás mayor y más encarnizada rivalidad en un deporte, el rugby, sin parafernalia ni brincos cara a la galería, sin saltos mortales ni revolcones fingidos, solo honor, respeto y un esfuerzo continuo por demostrar que el orgullo de defender un escudo sigue intacto en los corazones de los jugadores de ambas escuadras.
Siempre igual, después de más de 100 años de competición. Eso, y mucho más, es la Calcutta Cup. Siéntense, déjense imbuir la mística del rugby y disfruten de un partido legendario.