Óscar Camps, desde el Open Arms: “Si salvo una vida, que me multen y que me embarguen todo mi capital”
- El presidente de Proactiva Open Arms responde a la advertencia del Gobierno de España, que amenaza con multas de hasta 900.000 euros si realiza rescate de inmigrantes
El barco de rescate Open Arms, de la ONG catalana Proactiva, ha vuelto al agua tras seis meses en dique seco. El parón no fue voluntario: un cambio de criterio del Gobierno de España prohibió a las ONG de rescate zarpar en búsqueda de embarcaciones de inmigrantes en riesgo, lo que deja a estas personas sin aliados en el Mediterráneo después de que países como Italia les mantengan cerrados sus puertos. “España ahora argumenta que como los puertos de Italia y Malta están cerrados, no sería seguro ir hasta España con personas rescatadas”, dice Óscar Camps, presidente de Proactiva, a bordo del Open Arms. “Por increíble que parezca, el Gobierno está diciendo que es mejor que la gente se muera ahogada a que esté en la cubierta del Open Arms”.
Navegamos por aguas de Malta y, en este tiempo, Open Arms ya ha dado apoyo a dos embarcaciones con personas migrantes y a un barco de Mediterranea después de hacer un rescate. Por ahora, ningún rescate directo, con la amenaza del Gobierno de España sobrevolando. En forma de carta oficial, el director general de la Marina Mercante advertía al capitán del barco de las consecuencias ante “su pretensión de retomar los rescates”. El aviso del Ministerio de Fomento es claro: si la ONG salva alguna vida se enfrenta a posibles sanciones de hasta 901.000 euros.
Óscar Camps observa la carta a bordo de su barco, en aguas del Mediterráneo, mientras contesta las preguntas de eldiario.es.
¿Qué piensa del contenido de la carta?
Imagino que el abogado del Estado recibió el encargo de dificultar la salida de este barco utilizando toda la maquinaria administrativa del propio Gobierno, y redactó un despacho con una serie de puntos que exceden por completo las atribuciones del Capitán Marítimo y del Director General de la Marina Mercante. No tiene esas atribuciones para decir eso, o para prohibir eso, pero lo hace y con eso nos intimida. Otra cosa es que luego sea capaz de ejecutar estas multas y nosotros tengamos amparo legal para recurrirlas, pero ya estaríamos en un proceso largo, costoso y tedioso que podría ser la ruina de la organización.
¿Por qué decidieron emprender de nuevo la navegación el 26 de junio?
Por las fotos del padre y su hija ahogados en la frontera con Estados Unidos, es una vergüenza. Ya en su momento la foto de Aylan Kurdi me dolió mucho, me conmovió. Yo tengo un hijo de 7 años, que es la edad que tendría Aylan si estuviera vivo. Yo no vi a Aylan, yo vi a mi hijo allí.
Pero sí, cuando vi la foto del padre que murió por intentar salvar a su hija y que el Sea Watch, el único barco de rescate que había en Mediterráneo, estaba bloqueado en Lampedusa, pensé que no podía ser que no hubiese nadie, no estaba tranquilo con mi conciencia.
Durante estos meses me había politizado un poco, para intentar convencer al Gobierno de que nos permitiera hacer lo que legalmente podemos hacer.
¿Tiene Open Arms contactos con el Gobierno?
Sí, constantemente. Contactos con la Marina Mercante y el Ministerio de Fomento; otros no, estoy vetado. El presidente me invitó al acto de celebración por los 100 días de Gobierno, estuve hablando con él y le pedí tomar un café. Él me prometió que nos lo tomaríamos, pero no ha sucedido. Se lo he reclamado por escrito en al menos dos ocasiones pero él se esconde.
¿Tiene el Gobierno una posición clara sobre la labor de Open Arms y otras organizaciones humanitarias?
Lo que no puede hacer el Gobierno es sacar pecho y que el Presidente escriba en un libro lo orgulloso que se siente por haber aceptado que el Aquarius fuese a España y, por otro lado, seguir pagando a Marruecos para frenar la migración, seguir externalizando fronteras, seguir con las devoluciones en caliente, militarizar Salvamento Marítimo, bloquear los barcos humanitarios y poner multas mucho más elevadas que el decreto de Salvini.
¿Realmente cree que España es más represiva que la Italia de Salvini?
Por supuesto. En Italia hay separación de poderes, lo hemos comprobado con el caso de Carola Rackete, la capitana del barco de Sea Watch, que ha tirado por tierra un decreto del ministro del Interior. Veríamos qué sucedería si en España pasara lo mismo. Lo que está claro es que yo prefiero que me pare el barco Salvini y no Pedro Sánchez, por las consecuencias económicas y jurídicas.
¿Hasta dónde está dispuesto a llegar Open Arms con los rescates en el Mediterráneo?
Open Arms protege la vida. En un principio hablábamos de rescatar porque era una forma de decir que salvábamos vidas. Con el tiempo y el uso pernicioso del lenguaje por parte de algunos medios e incluso de los políticos, hemos tenido que afinar mucho porque ahora parece que rescatar sea un delito, parece que Open Arms no pueda rescatar. O sea, lo que legalmente es una obligación, para Open Arms es una prohibición.
Nuestra misión es proteger los derechos humanos en el mar, proteger la vida en el mar. Con nuestra presencia obligamos a las administraciones a hacer lo que deberían estar haciendo y no hacen, y además, llevando periodistas a bordo, lo que hacemos es poner luz y taquígrafos allá donde no hay testigos.
El rescate no es un objetivo, es una obligación. Los rescates deben hacerse sí o sí, si te los encuentras. Es lo que dice la ley. No vamos a mirar si hay una línea administrativa, una frontera, un decretito, una nota, un despacho donde nos digan no hagáis eso... por el amor de Dios, que me multen. Si salvo una vida, que me multen y que me embarguen todo mi capital. Esto lo he hablado con mi familia. Yo soy padre y tengo cuatro hijos y espero que me recuerden por tener principios. Y si para eso tengo que pasar por una detención, un embargo o lo que sea, pues lo pasaré.
Cualquier ser humano que pueda salvar a otro no va a pararse a pensar en las posibles consecuencias administrativas de hacerlo. Todos estos políticos o dependientes de esos políticos que redactan toda esta infamia no han estado embarcados ni un minuto en su puñetera vida, ni han salvado una vida, por mucho que luego lo escriban en un libro de memorias. Yo sí que he sacado a muchas personas del agua con mis manos y he visto morir a otras, por lo tanto, como sé lo que es, no me permitiría no hacerlo. Y lo de menos son las consecuencias.
Carola Rackete, capitana del barco da la ONG See Watch, fue detenida el 29 de junio y liberada el 3 de julio por la jueza de Agrigento Alessandra Vella. ¿Cómo interpreta tanto la detención como la decisión judicial?
En ningún caso tenía que haber sido detenida. En todo caso se la podría haber llevado a declarar, a testificar, pero no detenerla.
La Guardia di Finanza es el único cuerpo que Salvini puede mover a su antojo con barcos. Como la Guardia Costera se le ha rebelado, porque depende del Ministerio de Transporte, él mandó a una pequeña embarcación de la Guardia di Finanza a hacer una maniobra agresiva contra el Sea Watch para intentar provocar un incidente, para tener un motivo para acusar a la capitana del barco. La justicia italiana es ciega pero no es tonta, y todo se cayó por sí solo. La capitana hizo lo que tenía que hacer. Lo dice la justicia. Espero que esta sentencia, como otras anteriores, influyan en España.
¿Qué va a hacer Open Arms en las próximas semanas?
Exigir al Gobierno explicaciones. El pasado día 4 de mayo Malta no nos permitió llevar hasta allí a 54 personas rescatadas por el barco Mediterranea, un velero pequeño y peligroso para ese traslado, por razones políticas. Sin embargo el velero, de bandera italiana, sí tenía permiso. Estas razones políticas seguramente tengan que ver con alguna llamada de algún político español a Malta para evitar que Open Arms tenga el protagonismo. No sé si ha sido Borrell, no sé si ha sido Vicepresidencia o Presidencia, pero pediremos explicaciones. Vamos a permanecer en el Mediterráneo central. Hasta que no venga la Armada española a buscarnos seguiremos por aquí.
¿Qué cree que puede suceder si rescatáis?
Que habremos salvado vidas y estaremos muy contentos de haber evitado que esta gente muera abandonada en el mar, en silencio y con la inacción deliberada de estos 28 gobiernos de la Unión Europea que no se atreven por miedo a políticos extremistas o por miedo a generar discursos xenófobos. O por no tener ningún otro proyecto. El hecho de no garantizar vías seguras para solicitar asilo y refugio de forma legal como dicen los convenios internacionales provoca la entrega del control migratorio al crimen organizado, y es lo que está pasando.
En el 2017 había muchas organizaciones rescatando en el Mediterráneo. Ahora sólo quedan tres, Open Arms, Mediterranea y Sea – Eye, después de la paralización del barco de Sea Watch.
Existe una persecución. Nos están persiguiendo desde el 2015. Nos han disparado las patrulleras libias, nos han amenazado... primero fue administrativamente, luego judicialmente con el fiscal antimafia de Italia. Nos investigaron durante dos años y medio. Pero como no surtió efecto se generó una campaña de desprestigio a nivel internacional contra las organizaciones humanitarias, se puso en duda su trabajo y empezó una caza sin escrúpulos de Italia y España.
Salvini, ministro del interior italiano, partidos como VOX en España, y organizaciones ligadas a la extrema derecha acusan a las ONGs de rescate de “traficantes de personas” ¿Qué piensas de esas acusaciones?
No pienso en ellas. Ladran, luego cabalgamos. Que son la extrema derecha... son unos descerebrados.
¿Habéis tenido alguna vez contacto directo con personas en Libia que os indicasen la posición de embarcaciones usadas para migrar?
No he tenido contacto directo con nadie de Libia nunca, ni por casualidad.