El barco Aita Mari ha rescatado esta tarde a 79 personas que se encontraban a la deriva en una barca de goma en el Mediterráneo Central. Entre los migrantes hay seis mujeres, una de ellas embaraza, y ocho menores de edad. Habían salido de Libia la noche anterior, el motor estaba roto y comenzaba a entrar agua.
“¡Boza, boza!”, gritaban muchos de los migrantes al entrar en el barco de la ONG vasca Salvamento Marítimo Humanitario (SMH). La mayoría de las personas han llegado en buen estado de salud, aunque muy cansados, y se mostraban felices de salir de Libia: “Libia es un infierno, no nos llevéis a Libia, por favor”, pedía un joven eritreo mostrando cicatrices y señales de tortura en su pecho.
El rescate se ha producido a medio día a unas seis millas del área de rescate maltesa, en aguas internacionales. Ha sido posible gracias al aviso de una voluntaria de la misión, que ha divisado la balsa. Este es el primer rescate que realiza el Aita Mari, que se encuentra en zona SAR maltesa desde la semana pasada a pesar de las restricciones del Gobierno español.
Al final de la tarde, cuando todas las personas se encontraban a salvo una patrullera de la Guardia Costera libia se ha acercado y ha dado una vuelta alrededor del Aita Mari para preguntar sobre el rescate y “darnos instrucciones de abandonar la zona”, ha explicado el presidente de la organización, Íñigo Mijangos. De momento, el barco navega en dirección norte a la espera de instrucciones: “Hemos contactado con todas las autoridades y estamos pendiente de recibir respuestas”, ha declarado Mijangos.
El buque zarpó el pasado martes 12 de noviembre hacia el Mediterráneo central desafiando las prohibiciones del Gobierno español que, como ya hizo en junio con el Open Arms, había impedido al buque realizar operaciones de búsqueda y rescate de migrantes bajo amenaza de multa de hasta 901.000 euros.
El Gobierno lleva un año poniendo trabas administrativas para evitar que el Aita Mari realice rescates, la misión para la que fue concebido. El último despacho, otorgado en octubre y al que ha tenido acceso eldiario.es, permitía al buque transportar ayuda humanitaria a las islas griegas, donde la situación de las personas migrantes y solicitantes de asilo se ha agravado en los últimos meses. Sin embargo, indicaba que “en ningún caso” el barco podrá “llevar a cabo otras navegaciones” que tengan como “propósito realizar operaciones de búsqueda y rescate u otras actividades que deriven con total probabilidad en tales operaciones”.
El Ejecutivo quiere evitar situaciones en las que los barcos deben viajar largas distancias o quedarse varios días a la deriva con migrantes a bordo porque los puertos seguros más cercanos, Malta e Italia, no permiten el desembarco. Por eso, las explicaciones de la Marina Mercante, organismo dependiente de Fomento, condicionan la posibilidad de rescatar personas en peligro en el mar a que exista un acuerdo previo con los países correspondientes.