Así se anuncian las “barcas para refugiados”: resistencia al hundimiento, salvavidas opcional
Con el puerto de Dunkerque como telón de fondo, con sus grúas y su humo, una embarcación neumática gris y rota yace en la orilla, abandonada y arrastrada por la marea.
Es una de las numerosas e inquietantes señales de la existencia de miles de personas desesperadas que han intentado cruzar el canal de la Mancha desde el norte de Francia. Cerca de la embarcación, un chaleco salvavidas rojo y un zapato perdido están hundidos en la arena. La embarcación lleva el nombre de MaRe Boote, una empresa alemana con sede en la localidad de Werne, en Renania occidental, a unos 600 kilómetros de Calais. Según la policía alemana, los migrantes han utilizado al menos 24 embarcaciones MaRe para la peligrosa ruta por mar.
En un almacén de Dover, donde se guardan las embarcaciones incautadas que han sido utilizadas para transportar a migrantes desde Francia, encontramos decenas de embarcaciones neumáticas del mismo o similar modelo. Según las autoridades británicas y francesas, los contrabandistas de migrantes las compran en Alemania, las envían a Francia y luego las transportan a la playa unas horas antes de zarpar.
The Guardian ha rastreado el viaje de diferentes tipos de embarcaciones neumáticas utilizadas por los traficantes de personas, la mayoría de las cuales se fabrican a miles de kilómetros de Dover, en China. Los traficantes las encargan por Internet para que lleguen a las principales rutas migratorias de Europa.
El riesgo de las barcas
“La mayoría de las embarcaciones, de unos 11 metros de eslora, están diseñadas para transportar de forma segura un máximo de 15 personas. Los contrabandistas empujan a los migrantes hacia la inmensidad del océano incluso con 50 personas a bordo”, explica Salvatore Vella, fiscal jefe de Agrigento (Sicilia), que ha estado al frente de la mayoría de las investigaciones contra los contrabandistas que operan en Libia.
“El riesgo para los pasajeros a bordo de estas barcas es muy elevado”, puntualiza Vella. “Es una de las principales causas de muerte en el mar de los solicitantes de asilo, porque es difícil que estas embarcaciones lleguen a su destino si no son rescatadas por los guardacostas u otras embarcaciones. Para reducir costes, los contrabandistas compran embarcaciones hinchables de baja calidad, con precios que oscilan entre los 400 y los 1.600 euros”.
Una embarcación hinchable con motor MaRe Boote, del tipo que se puede ver en Dunkerque, puede comprarse por unos 2.300 euros. Es necesario puntualizar que con ello no se insinúa que estas barcas sean de mala calidad para un uso normal, o que comercialicen sus embarcaciones con los contrabandistas de personas.
En el pasado, los migrantes hacían la travesía en viejas embarcaciones de pesca, barcazas y barcos de madera y fibra de vidrio, que los contrabandistas compraban a pescadores libios, turcos, tunecinos y egipcios. Sin embargo, desde el punto álgido de la crisis migratoria en 2015, las operaciones militares europeas de lucha contra la inmigración ilegal han comenzado a destruir estas embarcaciones, con el objetivo de evitar que sean reutilizadas para el contrabando de personas. Como resultado, en las principales rutas marítimas, desde el Mediterráneo central hasta Turquía y desde las Islas Canarias hasta la costa de Dover, la lancha neumática se ha convertido en el tipo de embarcación más utilizado.
Algunas embarcaciones neumáticas, construidas con materiales de baja calidad, tienden a desinflarse a las pocas horas de navegación. Gradualmente dejan de funcionar todas sus cámaras de aire, incluso cuando la embarcación está parada en un mar en calma. De hecho, incluso los modelos más caros y mejor fabricados que se venden en Alemania son inadecuados para una travesía del Canal de la Mancha cuando van sobrecargados con decenas de personas.
Navegar a ciegas
La ruta del Canal de la Mancha puede parecer más accesible que la del Mediterráneo, pero en realidad es uno de los pasos más letales. En su punto más angosto -unos 33 kilómetros- el Canal de la Mancha es una de las vías marítimas más transitadas del mundo, con un tráfico constante de buques de carga y pesca, transbordadores de pasajeros, yates y barcos de guardacostas.
Las embarcaciones no llevan luces ni tecnología adecuada para transmitir su propia ubicación o vigilar las posiciones de otras embarcaciones, por lo que navegan a ciegas en la oscuridad y son prácticamente invisibles para los demás barcos. A bordo, para las emergencias, los pasajeros solo disponen de una bomba de bicicleta en caso de que la embarcación se desinfle y de botellas de plástico para achicar agua.
El mes pasado, 27 personas, la mayoría kurdos iraquíes, murieron cuando su embarcación se hundió en la oscuridad del Canal de la Mancha. Los dos únicos supervivientes explicaron que la embarcación empezó a desinflarse unas tres horas y media después de salir de una playa cercana a Dunkerque.
Según su relato, los que estaban a bordo intentaron mantener la embarcación a flote pero la bomba de agua dejó de funcionar y la embarcación acabó volcando. Los supervivientes afirman que ya habían llegado a aguas británicas y llamaron a Reino Unido pidiendo ayuda, sin éxito. Once horas más tarde, unos pescadores franceses avistaron los cuerpos en el agua.
“Desde que utilizan embarcaciones neumáticas los traficantes han reducido significativamente el coste del trayecto”, señala Vella. “Además, las pueden llevar hombres sin experiencia, de hecho puede ser uno de los migrantes que hace la travesía. Son fáciles de encontrar, incluso se pueden comprar por internet a un proveedor asiático”.
Vendidas como “embarcaciones para migrantes”
Durante años, la web china Alibaba.com vendió embarcaciones hinchables con la etiqueta “embarcación para refugiados” o “embarcación para migrantes”. Un anuncio ofrecía a los compradores una “embarcación de gran calidad para refugiados” por un precio que oscilaba entre los 700 y los 1.000 euros, para embarcaciones fabricadas con madera contrachapada, aluminio y PVC que podían transportar hasta 30 pasajeros y con chalecos salvavidas como “equipamiento opcional”.
“La embarcación tiene una buena respuesta para prevenir el hundimiento cuando está cargado al máximo (incluso si la embarcación se llena de agua)”, afirmaba uno de los anuncios publicados que encontró The Guardian.
Tras las quejas de la Unión Europea, Alibaba.com afirmó que ya no “toleraría” que los vendedores utilizaran su plataforma con este fin. La empresa afirma que desde entonces ha eliminado de su plataforma la mayoría de las referencias a “embarcaciones de refugiados” y “embarcaciones de migrantes”.
Pero hace unas semanas, The Guardian descubrió que los enlaces con referencias a “embarcaciones de refugiados”, “embarcaciones de alta calidad para refugiados” y “embarcaciones neumáticas para migrantes” continuaban en la página web en inglés del gigante del comercio electrónico, a pesar de que la mayoría de los productos que aparecen en esas páginas ya no se presentan con esta denominación.
Había al menos un anuncio con la siguiente descripción: “GTS800 15 personas, embarcación neumática para migrantes, 6,5 metros de eslora, con un tanque de 60 centímetros de diámetro”. El proveedor es una empresa de Qingdao (China) llamada Goethe.
70% de ventas a Alemania y Grecia
Una comercial con la que contactó The Guardian afirma que entre el 70% y el 80% de las ventas de la empresa se habían realizado a Europa este año, sobre todo a Alemania y Grecia. Reconoce que sabían que un cliente turco había comprado una embarcación para transportar refugiados hace unos años pero insiste en que esto “ya no ocurría” debido a la vigilancia del Gobierno turco.
“Fabricamos miles de embarcaciones al año, con unos 100 modelos diferentes”, explica. “En China, las embarcaciones se fabrican principalmente en las provincias de Shandong y Guangdong”.
Pero cuando The Guardian le pregunta por la “embarcación para migrantes” anunciada en Alibaba.com, se limita a indicar que “es solo una manera de describirla y no tiene mayor relevancia”. Se ha negado a proporcionar detalles de los clientes de Goethe, indicando que era información confidencial de la empresa.
Alibaba ha eliminado las páginas halladas por The Guardian. La compañía, con sede en Hangzhou, insiste en que “no tolerará a quienes pretendan sacar provecho de esta crisis”. “Nos esforzamos constantemente para garantizar que los vendedores de nuestras plataformas listen los productos de forma adecuada y de acuerdo con nuestras políticas”, afirma en un comunicado enviado a The Guardian.
De China a Europa
Un documento filtrado por la UE, redactado en 2016 por los responsables de la Operación Sofía, la misión de la UE para acabar con las rutas ilegales de contrabando de personas a través del Mediterráneo, confirmaba que contrabandistas con base en Libia compraban lanchas neumáticas fabricadas en China y las enviaban al norte de África a través de Malta. El documento mencionaba que se habían interceptado unas 20 embarcaciones neumáticas embaladas “importadas de China y transportadas a Malta y Turquía, en un contenedor con destino a Misrata (Libia)”.
Las embarcaciones siguieron su camino porque no había una base legal que permitiese retenerlas.
Vella señala que las embarcaciones utilizadas para transportar a personas a Grecia se entregan en Turquía. Los que parten de Libia se envían a Malta o a puertos turcos, desde donde se envían como carga a Libia. Las embarcaciones neumáticas que cruzan el canal de la Mancha llegan al centro de Europa.
Un informe del mes pasado de la policía de fronteras (Police aux Frontières) constata que “las embarcaciones procedentes de China y con capacidad para transportar hasta 60 inmigrantes se almacenan en el extranjero, principalmente en Alemania”.
Marvin Reuter, propietario de MaRe Boote, la empresa alemana cuyo logotipo ha aparecido repetidamente en algunos botes de goma que intentan cruzar el Canal de la Mancha, accedió a hablar con The Guardian.
El sitio web de la empresa dice: “Construimos embarcaciones hinchables excepcionales. De alta calidad, personalizadas deportivas, rápidas y estamos comprometidos con la excelencia”
Reuter ha asegurado sentirse “frustrado” después de que la policía alemana le informó de que sus embarcaciones neumáticas, que cuestan unos 2.400 euros, eran utilizadas por los traficantes de migrantes para la travesía desde Francia al Reino Unido. “Me siento fatal por lo que hacen esas personas malvadas con mis embarcaciones”, ha afirmado. Reuter indica que los clientes que compraron las embarcaciones neumáticas fabricadas en China lo hicieron “legalmente” y se las llevaron en un coche, como todo el mundo.
Al igual que otras empresas de embarcaciones neumáticas en Europa, Reuter señala que al vender la mercancía no tiene forma de saber si el cliente tiene la intención de utilizar la embarcación para transportar personas. “El problema es que los clientes que compraron estas embarcaciones pueden haberlas vendido a personas malvadas”.
Embarcaciones sujetas con cinta adhesiva
Todo parece indicar que algunas bandas de contrabandistas de personas siguen comprando directamente a China. Olivier Cahn, profesor de derecho penal en la Universidad CY Cergy de París, destaca una banda criminal organizada formada por kurdos iraquíes y que opera desde Calais. La banda fue parcialmente desmantelada en noviembre, con varias detenciones, después de la muerte de 27 personas en el mar mientras intentaban cruzar el canal de la Mancha.
Cahn explica que los contrabandistas utilizaban lanchas neumáticas compradas en China y enviadas a Turquía. A continuación, las embarcaciones eran transportadas a través de los Balcanes hasta Alemania, donde eran “desmontadas” y entregadas a equipos de contrabandistas que operaban en Nord-Pas-de-Calais y Normandía.
Los refugiados con los que habló The Guardian en noviembre en un gélido campamento situado en las afueras de Dunkerque dijeron que los contrabandistas cobraban 3.000 euros por persona por la travesía del canal de la Mancha. En 2019, los cruces interceptados por las fuerzas del orden incluían una media de 12 personas por embarcación; en 2021, esta cifra ha ascendido a 27.
Cahn afirma que, como los precios de las organizaciones criminales son elevados, hay pequeños grupos de “autónomos” que están probando suerte. Se exponen a los peligros del mar a bordo de embarcaciones neumáticas precarias, reforzadas con secciones de PVC sujetas con cinta adhesiva, o con láminas de madera contrachapada atornilladas.
Varias empresas distribuidoras del norte de Francia, como la cadena de establecimientos deportivos Decathlon, ya no venden embarcaciones o canoas, para evitar que los inmigrantes intenten utilizarlas para cruzar el Canal de la Mancha.
Las embarcaciones neumáticas acaban en las playas del norte de Francia y el sur de Inglaterra, junto con zapatos y ropa, tras una travesía de miles de kilómetros. Desde los contenedores de los buques de carga a los centros de los aeropuertos internacionales, y de los almacenes de tiendas de Europa a ser propiedad de contrabandistas que las llenan de personas desesperadas.
El calzado y las prendas en las orillas del mar pertenecen a hombres, mujeres y niños, cuyo destino soñado, la mayor parte de las veces nunca llegará a conocerse.
Traducción por Emma Reverter
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