La portada de mañana
Acceder
16 grandes ciudades no están en el sistema VioGén
El Gobierno estudia excluir a los ultraderechistas de la acusación popular
OPINIÓN | 'Este año tampoco', por Antón Losada

Bruselas propone a los gobiernos solidaridad a la carta para gestionar la migración en la UE: o pagas o acoges o ayudas a devolver

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —
23 de septiembre de 2020 12:34 h

0

Solidaridad obligatoria, pero a la carta, sin cuotas de reparto y con patrocinios del retorno. Es decir, todos los países de la UE tienen que implicarse en las crisis migratorias, pero no todos de la misma manera: unos, fundamentalmente los países de llegada, asumirán la acogida, mientras que el resto podrá elegir entre gestionar las repatriaciones o poner dinero encima de la mesa para pagar la cuenta. La nueva propuesta de la Comisión Europea para un Pacto sobre Migración y Asilo, dos semanas después del incendio del campo de refugiados de Moria (Lesbos, Grecia), intenta conciliar los problemas de presión en migratoria en países como España, Grecia, Chipre, Malta o Italia –países que abogan por las cuotas obligatorias de reparto– al tiempo que da cobertura al rechazo de países como Hungría, Polonia o Austria que se niegan a acoger refugiados; y, de la misma manera, no termina de reconocer que las fronteras de los países a donde más personas llegan huyendo del hambre y las guerras son fronteras de la Unión Europea.

“No hay en nuestra propuesta ningún mecanismo de cuotas obligatorio”, ha dicho este miércoles la comisaria de Interior, Ylva Johansson: “En caso de crisis, los países podrán elegir entre la reubicación o el patrocinio de retornos”.

Es decir, que si el canciller austriaco, Sebastian Kurz, como ha declarado este miércoles a France Press, se niega a acoger refugiados rescatados de la deriva en el Mediterráneo, tendrá que contribuir con la logística o los gastos de los acogidos en los países de llegada o de los repatriados si las peticiones de asilo son rechazadas. “La distribución en Europa (de solicitantes de asilo) ha fallado y muchos estados lo rechazan. No funcionará así”, ha dicho Kurz. En definitiva, nada de cuotas obligatorias para repartir refugiados como propuso la Comisión de Jean-Claude Juncker en 2015 y que no prosperó por la oposición de países como Austria, que ni siquiera firmaron el Pacto Migratorio de la ONU –al igual que la Hungría de Víktor Orban, además de Bulgaria, Polonia, Eslovaquia y la República Checa–. En lugar de acoger a un número específico de solicitantes de asilo, los Estados miembros podrían ayudar a otro país a devolver el número equivalente de migrantes irregulares a su país de origen. Los países que se niegan a acoger a refugiados y migrantes han ganado la batalla.

“El que pide solidaridad tiene que tener y tendrá la certeza que recibirá lo que pide”, ha dicho el vicepresidente de la Comisión Europea Margaritis Schinas: “En cuanto a los patrocinios de los retornos, los Estados que lo asumen en nombre de los Estados que lo piden tendrán la obligación de organizar estos retornos en países donde pueden, donde saben, donde creen que lo pueden conseguir. Si no es el caso, si después de 8 meses que es bastante tiempo para organizar los retornos, no lo consiguen, esta obligación se transformará en obligación de la relocalización”.  

El Ejecutivo comunitario también propone un mayor control de los recién llegados a las fronteras de la UE, y ayuda adicional para los países de llegada, que se quejan de la falta de solidaridad de la UE y del resto de Estados miembros. Estos países, como España, y otros, como Alemania, que son el destino de muchos refugiados y migrantes, han insistido en un plan de reubicación obligatorio, según el cual los solicitantes de asilo se distribuirían por todo el bloque. Pero, como dice Kurz, esa propuesta fue el centro de feroces desacuerdos durante la última crisis migratoria, ya que los gobiernos de Europa central y oriental se negaron rotundamente a participar en él.

“Los Estados miembros estarán obligados a actuar de forma responsable y solidaria entre sí”, afirma el Ejecutivo comunitario: “Cada Estado miembro, sin excepción alguna, debe contribuir de forma solidaria en momentos de tensión, para ayudar a estabilizar el sistema en general, apoyar a los Estados miembros bajo presión y garantizar que la Unión cumpla con sus obligaciones humanitarias”.

“Con respecto a las diferentes situaciones de los Estados miembros y las fluctuaciones de las presiones migratorias”, dice Bruselas, “la Comisión Europea propone un sistema de contribuciones flexibles de los Estados miembros: desde la reubicación de los solicitantes de asilo desde el país de primera entrada, hasta patrocinar, asumir la responsabilidad de devolver a las personas sin derecho a permanecer en la UE o diversas formas de apoyo operativo”.

La Comisión Europea sostiene: “Si bien el nuevo sistema se basa en la cooperación y en las formas flexibles de apoyo que comienzan con carácter voluntario, se requerirán contribuciones más estrictas en momentos de presión sobre Estados miembros concretos, basadas en una red de seguridad. El mecanismo de solidaridad cubrirá diversas situaciones, incluido el desembarco de personas después de operaciones de rescate, presión, crisis u otras circunstancias específicas”.

Bruselas, así, habla de “opciones flexibles para la contribución de los Estados miembros: reubicación de personas recién llegadas; responsabilizarse de los retornos, de manera que un Estado miembro asume la responsabilidad de devolver a una persona sin derecho a permanecer en nombre de otro Estado miembro; apoyo logístico y operativo inmediato o apoyo a más largo plazo para aumentar las capacidades para los procedimientos de asilo [financiar centros de recepción en países de primera línea o programas en el país de origen de los migrantes], recepción de recién llegados u operaciones de retorno, o asistencia para responder a tendencias migratorias específicas que afectan a los Estados miembros mediante la cooperación con países no pertenecientes a la UE”.

Y enumera una serie de “respuestas de solidaridad adaptadas a escenarios específicos”. Por ejemplo, tras el desembarco de operaciones de búsqueda y salvamento en el mar de personas vulnerables: “Reubicación de aquellos que necesiten protección; identificación temprana de necesidades a través de un informe anual de prospectiva; fondo común solidario de contribuciones nacionales, basado en compromisos voluntarios; mecanismo de corrección para garantizar un apoyo efectivo”.

En el caso de “presión o riesgo de presión sobre el sistema de gestión de la migración de un Estado miembro”, la Comisión Europea propone: “Reubicación de refugiados; contribuciones de los Estados miembros; mecanismo de corrección para garantizar un apoyo eficaz”. Y, en situaciones de crisis: “Reubicación de personas en el procedimiento fronterizo, aquellas en situación irregular y aquellas que necesitan protección inmediata; reacción acelerada a través de una rápida decisión sobre contribuciones: mecanismo de solidaridad centrado solo en el apoyo a la reubicación y el retorno”.

El texto de la comunicación de la Comisión Europea a los gobiernos y el Parlamento Europeo establece que “el nuevo mecanismo de solidaridad se centrará principalmente en la colaboración en la reubicación o el retorno”. De esta manera, “en el marco del de retorno, los Estados miembros proporcionarían todo el apoyo necesario al Estado miembro bajo presión para devolver rápidamente a quienes no tienen derecho a permanecer, asumiendo el Estado miembro de apoyo toda la responsabilidad si el retorno no se lleva a cabo dentro de un período establecido. Los Estados miembros pueden centrarse en las nacionalidades en las que vean más posibilidades de tener éxito. Si bien cada Estado miembro tendrá que contribuir a con la reubicación y/o retorno, y se aplicaría una clave de distribución, los Estados miembros tendrán la flexibilidad de decidir si compartir su esfuerzo y en qué medida entre las personas que serán reubicadas y aquellas a las que se aplicaría el apoyo para la devolución”.

También existe la posibilidad de contribuir a través de otras formas: “El desarrollo de capacidades, el apoyo operativo, la experiencia técnica y operativa, así como el apoyo en los aspectos externos de la migración”.

Si bien Bruselas deja a los Estados miembros “alternativas viables a la reubicación, una red de seguridad garantizará que la presión sobre un Estado miembro se alivie efectivamente mediante la reubicación o la ayuda o patrocinio del retorno. También debe reconocerse la situación específica de los casos de búsqueda y salvamento y de los grupos especialmente vulnerables, y la Comisión elaborará un conjunto de medidas, que consisten principalmente en reubicaciones, indicadas por los Estados miembros anualmente, sobre la base de las proyecciones a corto plazo de la Comisión sobre desembarcos, así como para grupos vulnerables que se prevé que necesiten reubicación”.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha afirmado en una declaración sin preguntas: “No se trata de si un país debe mostrar solidaridad, sino de cómo debe mostrarla”.

Mayores controles fronterizos

La Comisión Europea propone introducir “primera vez controles fronterizos previos a la entrada de las personas para identificar a quienes cruzan las fronteras exteriores de la UE sin permiso, o que han sido desembarcadas después de una operación de búsqueda y salvamento”. Así, el Ejecutivo comunitario quiere que se establezcan además controles “de salud y seguridad, toma de huellas dactilares y registro en la base de datos Eurodac”. Después del examen, “se puede canalizar a las personas de acuerdo con el procedimiento que les corresponda, ya sea para determinadas categorías de solicitantes o para un procedimiento de asilo normal”.

Y añade: “Como parte de este procedimiento fronterizo, se tomarán decisiones rápidas sobre asilo o retorno, lo que proporcionará certeza para las personas cuyos casos puedan ser examinados rápidamente. Al mismo tiempo, todos los demás procedimientos estarán sujetos a un mayor seguimiento y apoyo por parte de las agencias de la UE”.

De esta manera, Bruselas quiere establecer “un procedimiento de asilo en frontera nuevo y más rápido y, en su caso, seguido de un procedimiento de retorno rápido, para acelerar la toma de decisiones y hacer que los procedimientos de asilo sean más eficientes”. El plan de la Comisión Europea es “centrarse en los solicitantes en lugar de en las solicitudes para determinar la responsabilidad de las solicitudes de asilo; impedir los movimientos no autorizados a otros Estados miembros; facilitar la reubicación y un mejor seguimiento de los repatriados; hacer un seguimiento del apoyo para la salida voluntaria y la reintegración”.

Bruselas también dice que “tratará de promover acuerdos a medida con terceros países” que “ayudarán a abordar el tráfico ilícito de migrantes; a desarrollar vías legales y la implementación efectiva de acuerdos de readmisión”.

“El paquete de hoy también impulsa un sistema común para el retorno, para hacer más creíbles las normas de migración de la UE”, dice el Ejecutivo comunitario: “Esto incluirá un marco legal más eficaz, un mayor papel de la Guardia Europea de Fronteras y Costas (Frontex) y la creación de un Coordinador de Retorno de la UE para garantizar la coherencia en toda la UE”.

El cuerpo permanente de Frontex, cuyo despliegue está previsto para el 1 de enero de 2021, “proporcionará un mayor apoyo donde sea necesario”.

La Comisión Europea, también, “pondrá en marcha acuerdos de talentos con países no pertenecientes a la UE adaptados las necesidades laborales de la UE. El Pacto de Migración y Asilo fortalecerá los reasentamientos y promoverá otras vías complementarias, buscando desarrollar un modelo europeo de financiación comunitario o privado”.