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La carta a Pedro Sánchez de un sudanés devuelto a Marruecos: “Jamás habría intentado saltar la valla si tuviera otra opción”

Desalambre

24 de junio de 2023 06:31 h

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El 13 de diciembre de 2022, Basir, un hombre sudanés que fue devuelto a Marruecos durante la tragedia de Melilla, acudió a la embajada de España en Marruecos para solicitar asilo. Su caso es un intento de seguir los pasos legales que sugiere el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que defiende que los migrantes pueden pedir protección sin necesidad de acudir a vías irregulares como saltar la valla, algo que niegan ONG especializadas y el Defensor del Pueblo.

Seis meses después de empezar el trámite, la petición de Basir no ha recibido respuesta. Cada vez está más desesperado, como explica en una carta al presidente del Gobierno a la que ha tenido acceso elDiario.es. Ésta es la transcripción de la carta.

Al Excmo. Sr. Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España:

Soy Basir, el refugiado sudanés que sobrevivió a la masacre de Melilla del 24 de junio del año pasado. Yo no elegí ser un refugiado, señor presidente. No fue por elección que dejé mi país y mi familia, a la que amo, sino porque soy víctima desde que era solo un niño de una guerra de tribus y de la discriminación religiosa que puso mi vida en peligro en Sudán.

Aquel día, el 24 de junio de 2022, sufrí una violencia inmerecida tanto por parte de la guardia fronteriza marroquí como de la española, fui golpeado brutalmente, maniatado como si fuera un criminal y amenazado. Fui expulsado desde suelo español de Melilla a Marruecos cuando lo único que quería era pedir asilo. Por suerte estoy vivo, porque esa violencia provocó la muerte de muchos refugiados sudaneses que también huían de la guerra en busca de un lugar seguro, un lugar para vivir y estar protegidos.

En diciembre de 2022, casi seis meses después de la masacre, solicité el inicio del procedimiento de protección internacional, con el apoyo de mis abogados de DEMOS, Estudio Legal de Derechos Humanos, pero a pesar de que mis abogados son españoles, ni siquiera a ellos se les permitió ingresar aquel día en su propia embajada y todos los trámites los tuvimos que hacer desde fuera, en la puerta de la delegación. En marzo de 2023, realicé una entrevista en la embajada de España en Rabat, nuevamente acompañado de mis abogados.

Desde entonces, he estado esperando la respuesta del embajador de España en Marruecos y del Ministerio del Interior, pero lamentablemente permanecen en silencio y yo continúo en Marruecos viviendo en la calle y huyendo todos los días de la misma violencia que ya vi con mis propios ojos y experimenté en mi propio cuerpo en Melilla.

Vivo con miedo y angustia, señor presidente.

Últimamente he visto muchas veces en las noticias que España es un país que ha acogido a miles de ucranianos que huían de la guerra, y me pregunto, señor presidente, ¿es mi color de piel lo que me impide recibir el mismo trato que las personas de Ucrania y otros países?

¿Por qué nuestro color de piel nos condena a los refugiados negros a ser tratados como personas sin derechos? ¿Por qué Europa no nos permite otra opción que no incluya poner en riesgo nuestras vidas? Yo jamás habría intentado saltar la valla si tuviera otra opción, señor presidente, pero por mi color de piel tampoco podría nunca obtener un visado para llegar de otra forma a un país seguro.

A pesar de todo, quiero tener esperanza, señor presidente, y confío en que usted pueda conseguir que su Gobierno acceda a mi petición y permita que me trasladen para solicitar asilo en España.

Agradezco a las personas que han estado velando por mi caso, especialmente a los periodistas y a mis abogados, así como a los miembros del Congreso que ya votaron varias veces en favor de que el Gobierno acceda a mi petición de protección internacional.

Seguiré luchando por mis derechos humanos y por los derechos de los demás refugiados hasta donde mis agotadas fuerzas me lo permitan, han sido 10 años buscando un lugar seguro en el mundo y el cansancio cada día es más insoportable. Solo pido ser tratado como un ser humano.

Quedo a la espera de su respuesta, señor presidente.

Atentamente.

Gracias.

Basir.