Una liberación y 529 condenados a muerte en Egipto

  • Tras la buena noticia de la liberación del bloguero Alaa Abd El Fattah, Egipto anunció la condena a muerte de 529 personas por “el asesinato de un policía tras el derrocamiento de Morsi”

En un momento en el que hay poco que celebrar en Egipto, un día antes del anuncio de la condena a muerte de 529 personas, el 23 de marzo proporcionó un instante de felicidad a quienes esperaban expectantes la liberación del bloguero Alaa Abd El Fattah, tras meses de detenciones masivas y represión de manifestantes, activistas y periodistas.

El vídeo que muestra la salida de prisión de Abd El Fattah captura su entusiasmo al abalanzarse sobre su esposa, y el de decenas de amigos que lo esperaban frente a la estación de Policía de El Cairo.

Menos de 24 horas después, se anunciaba la condena a muerte de 529 personas por “el asesinato de un policía tras el derrocamiento de Morsi” en julio de 2013. La decisión ya ha sido descrita como la condena masiva más dura de la historia de Egipto. Un paso más en la caza de brujas del gobierno del comandante Abdel Fattah Al Sisi, que llegó al poder mediante un golpe de Estado en julio de 2013, contra los simpatizantes del gobierno anterior.

Alaa Abd El Fattah, reconocido bloguero, desarrollador y activista que ya fue detenido en 2006 y en 2011, llevaba 115 días en prisión sin juicio, tras ser acusado de violar la ley de protestas ratificada en noviembre de 2013. A las pocas horas de su liberación bajo fianza, publicaba el siguiente mensaje en su cuenta de Twitter: “Continuaremos”. A quienes le felicitaban, les respondía alertándoles de que lo peor estaba por llegar, en referencia al anuncio de la condena a muerte de cientos de manifestantes.

El propio Abd El Fattah sigue pendiente de juicio y, teniendo en cuenta que continúa hablando alto y claro sobre las medidas del Gobierno de Al Sisi, no es difícil concluir que su periplo está lejos de acabar. La periodista egipcia Lina Atallah lo expresaba así, en conversación con eldiario.es:

Es el caso de las 529 personas condenadas a muerte por “agresión a la policía y actos de violencia tras el derrocamiento de (el expresidente) Morsi,” tras un juicio que Amnistía Internacional ha calificado de grotesco, subrayando también su parcialidad: “Los tribunales egipcios se han dado prisa en castigar a partidarios de Morsi, pero no prestan atención a las graves violaciones cometidas por las Fuerzas de Seguridad. Mientras que miles de partidarios de Morsi languidecen en prisión, sigue sin haber una investigación adecuada de las muertes de cientos de manifestantes”.

Aun en el caso de que la decisión se revise mediante recursos de apelación, la sentencia sienta un precedente peligroso que ahonda en la impunidad del Gobierno y en la fractura de la sociedad egipcia. Menia, la ciudad donde se llevó a cabo el juicio, se enfrenta a una escalada de violencia en reacción a la decisión del tribunal.

“Es claramente una decisión política,” afirma Atallah. “Una decisión política estúpida, que sólo provocará más violencia”.

El juicio de Alaa continúa, basado en la polémica ley de protestas, así que somos escépticos con respecto al poder judicial y la audiencia del caso. Y Alaa no es el único. Hay muchos otros, como Ahmed Maher, Mohamed Adel, y Ahmed Douma, detenidos por violar la ley de protestas; decenas de periodistas detenidos; y miles de presos políticos en las cárceles egipcias, la mayoría Hermanos Musulmanes, acusados de pertenencia a banda terrorista.