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La Liga Norte italiana se niega a acoger más inmigrantes en el norte

El líder de la Liga Norte, Matteo Salvini, durante una rueda de prensa en Milán (Italia).

EFE

Roma —

El gran aumento en la llegada de migrantes y potenciales refigiados a Italia desató hoy una agria polémica entre la Liga Norte, que rechaza su acogida en la “Padania”, hipotética nación conformada por las regiones septentrionales, y el Gobierno, que acusa al partido de odiar al sur.

El flujo de inmigración que llega a Italia desde el norte de África parece no cesar: tan solo durante el pasado fin de semana, las naves implicadas en las labores de salvaguarda en aguas del Mediterráneo han rescatado a casi 6.000 personas.

Este fenómeno ha desbordado la vida pública en el país transalpino y ha avivado la guerra dialéctica mantenida entre las administraciones del norte y el Gobierno central, que continúa con la política de repartir a los solicitantes de asilo por todo el país.

Según los últimos datos difundidos por el Ministerio del Interior, de febrero de 2015, el 21% de los refugiados en Italia son alojados en instalaciones de Sicilia, el 13% en Lacio, con capital en Roma, y el 9% en la meridional Apulia y en la norteña Lombardía.

Esta última, al igual que el vecino Véneto, está gobernada por la Liga Norte (LN), partido ultraderechista y de marcada ideología xenófoba que ha hallado un filón electoral en la crítica abierta a la política sobre inmigración mantenida por el Gobierno.

La última polémica la ha provocado el presidente de Lombardía, el leguista Roberto Maroni, que ha amenazado con reducir la financiación a aquellos alcaldes de la región que decidan acoger en sus instalaciones a migrantes.

“Es un hecho gravísimo. Yo mañana escribo a los delegados del Gobierno en Lombardía para pedirles que no traigan nuevos clandestinos. Y también a los alcaldes. A los que decidan acogerlos les reduciremos los fondos regionales”, amenazó.

Asimismo, aseguró que mantendrá un encuentro para alcanzar iniciativas comunes con los presidentes de Liguria, el conservador de Forza Italia Giovanni Toti, y su correligionario del Véneto, Luca Zaia, ambos también contrarios a acoger más demandantes de protección.

El primer ministro de Italia, Matteo Renzi, respondió a Maroni desde Baviera (Alemania), donde participa en el G7, y recordó que “la decisión de dividir a los inmigrantes por las regiones” del país fue suya cuando ocupaba el Ministerio del Interior en el último Gobierno de Silvio Berlusconi, entre 2008 y 2011.

En la posición opuesta a Maroni, el presidente socialdemócrata apostó por “dar incentivos, incluidos también en los Presupuestos Generales del Estado, a aquellos consistorios” que ayuden en la gestión de la acogida de migrantes.

Renzi, que se dijo convencido de que a los italianos no les interesan estos debates, llamó a los gobernadores del norte italiano a emplear el “sentido común” con el fin de resolver “el problema de la inmigración”.

“Me gustaría que todos reconocieran que el problema de la inmigración es un reto para todo el país y trataran de ayudar a resolverlo en vez de buscar réditos electorales. Nosotros estamos abiertos a buscar soluciones también con quienes hacen demagogia”, dijo.

Su ministro del Interior, Angelino Alfano, se ha mostrado indignado ante la idea del gobernador lombardo y abogó este lunes por establecer “una distribución igualitaria tanto en Italia como en Europa”. “Es un comportamiento de insoportable odio hacia el sur decir a algunas regiones 'apañaos vosotras solas'”, criticó Alfano, centro de las críticas de los leguistas.

Especial animadversión suscita en el “número uno” de la Liga, Matteo Salvini, que con sus agresivas proclamas se ha convertido en el azote del Gobierno en materia de inmigración. “Si Renzi y Alfano creen que pueden convertir al norte en un hostal para clandestinos están completamente equivocados”, advirtió Salvini, que en sus discursos emplea la palabra “clandestino” en vez de inmigrante o refugiado.

Aseguró que no ha tenido nada que ver con la amenaza de Maroni e ironizó con que, si está siendo criticado, eso significa que, a su juicio, “tiene razón y que han centrado el problema”.

Sin embargo, pese a no haber influido en su correligionario, secundó su idea y aseguró que la LN está preparada para “bloquear las delegaciones del Gobierno y tomar el control de todas aquellas sedes que, pagadas por los italianos, algunos quieren poner a disposición de miles de inmigrantes clandestinos”.

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