Los mejores resultados electorales de Vox se sitúan en los municipios andaluces con mayor renta media y mayor porcentaje de habitantes con estudios superiores. Pero también en aquellas localidades con más de un 20% de población extranjera.
Sus propuestas antiinmigratorias han calado en municipios como El Ejido, Níjar o Roquetas de Mar, cuyos niveles de población inmigrante no son nuevos. El auge de la xenofobia ha coincidido en el tiempo con la expansión del discurso del odio en España por parte del Partido Popular durante el pico de entradas de pateras a las costas andaluzas, tras un verano que ha dejado numerosas imágenes de recién llegados durmiendo en barcos de Salvamento Marítimo o en condiciones de hacinamiento.
La ONG Andalucía Acoge considera que “no es el aumento de llegadas de migrantes” el que influye en un mayor rechazo social hacia la población extranjera, sino “cómo han tratado las migraciones el Gobierno central y la Junta de Andalucía” unido a “la imagen lanzada por los medios de comunicación”.
La organizaciones especializadas en migraciones llevan años alertando de la necesidad de lanzar políticas para “gestionar la acogida” de los recién llegados de una forma “coordinada” y evitar así una imagen de “saturación” y “caos”. El incremento de las personas que arriesgan su vida en el mar con la intención de alcanzar España no se ha producido de forma repentina en 2018. El aumento de llegadas a las costas andaluzas se lleva gestando desde el año 2016, cuando el Partido Popular estaba al frente del Gobierno. Las ONG denuncian falta de previsión y una respuesta “arbitraria”.
De esta manera, para José Miguel Morales, secretario general de Andalucía Acoge, hay dos factores claves para entender el aumento de los adeptos del discurso xenófobo capitaneado por Vox: “Una gestión mal coordinada y mal enfocada de las migraciones por parte de las administraciones públicas y un lenguaje generador de inseguridad sobre la inmigración, en el que destacan palabras como ‘avalancha’ o ‘violencia’ en los medios de comunicación”.
A juicio del secretario general de Andalucía Acoge, “no ha habido ningún esfuerzo regional ni estatal de sentar a los representantes de los ayuntamientos para coordinar el esfuerzo en la acogida, no se ha explicado a la población que la mayoría de personas que llegaba está de tránsito (no quiere permanecer en España) y, aunque las cifras se vendían como grandes cantidades, se trata de un porcentaje irrisorio para la población de Andalucía”.
En este sentido, “la sociedad ha recibido un mensaje por parte del Gobierno de desbordamiento e incapacidad para reaccionar”, una visión reproducida por los medios que, sostiene, “genera alarma social”.
Por su parte, desde la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) apuntan que la gestación del discurso antiinmigratorio en España se remonta a años atrás. “Desde hace década, en España se llevan enfocando las políticas migratorias y de control de fronteras con perspectiva de la seguridad, vinculándolas a la criminalidad organizada”, sostiene Carlos Arce, coordinador de Migraciones de la ONG. “Ese enfoque general va cristalizando y deja su poso en la población, independientemente de que tenga base real o no”, apunta el experto.
En lo que va de año, 48.376 personas han llegado en patera a las costas andaluzas, según los datos más actualizados de la Agencia de la ONU para los refugiados (Acnur). Son muchas las voces que han advertido de la sensación “injustificada” de alarma y rechazan que se empleen términos como “crisis”. Este verano, el comisario europeo de Inmigración, Dimitris Avramopoulos, aseguró que nuestro país no atraviesa una crisis migratoria y que la situación “es manejable”, como también ha defendido Acnur.
Las entradas irregulares a las costas españolas están aún muy lejos de las que han experimentado en los últimos países como Italia, que ha llegado a registrar picos mensuales que superaban las 20.000 personas, o Grecia, con más de 800.000 llegadas en 2015. En contexto, las cifras de personas que se juegan la vida en el Mediterráneo para llegar a Europa han disminuido en los últimos años. En 2018, han cruzado el mar algo más del 10% de migrantes que lo hicieron en 2015.
La presencia de las migraciones en campaña
Por otro lado, Arce sostiene que las propuestas electorales sobre migración han sido un “tema irrelevante” durante la campaña protagonizada por los candidatos a presidir el Gobierno andaluz. “Los partidos han perdido una oportunidad para abordar este tema. Hay que dar la batalla en el discurso y tendrán que valorar internamente cómo lo han hecho”, añade el representante de APDHA.
Así, la gestión de los flujos migratorios ha tenido menos peso que otros temas como la corrupción o Catalunya. Aunque todos los partidos con representación parlamentaria incluían en sus programas menciones a la política migratoria en mayor o menor medida, estas propuestas no se han trasladado de la misma forma al discurso de los candidatos en campaña, por ejemplo, en los dos debates televisados.
El pasado 27 de noviembre, la Plataforma Somos Migrantes, que agrupa a una treintena de colectivos, celebró un debate en Sevilla sobre las propuestas políticas en materia de inmigración. En él participaron integrantes de Adelante Andalucía, PSOE y PP, mientras que Ciudadanos declinó asistir.
Durante las dos semanas de campaña, ha tenido mayor protagonismo la retórica antiinmigración del líder del PP, Pablo Casado ( “o los inmigrantes respetan las costumbres occidentales o se han equivocado de país”, “no hay sitio para todos en España”, “aquí no hay ablación de clítoris”). También las consignas xenófobas de Vox, que sí ha hecho de esta cuestión uno de los ejes de su campaña, prometiendo levantar un “muro infranqueable en Ceuta y Melilla” o defendiendo en sus mítines que “la inmigración es una auténtica invasión que viene a sustituirnos”.
La candidata de Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez criticó las declaraciones de Casado: “Nosotros nos parecemos más a cualquier inmigrante que a cualquiera de vosotros, mamarracho”. También hizo alusión a la “tragedia de la inmigración” en Motril (Granada) tras la muerte de una mujer embarazada que había sido rescatada con vida de la patera en la que había intentado llegar a España. En la misma línea, Susana Díaz, presidenta de la Junta en funciones y candidata socialista, acusó a Casado de “blanquear las posiciones xenófobas de la extrema derecha”.
Kaoutar Boughlala, presidenta de la asociación de migrantes CODENAF, culpa a los medios de comunicación de una “falta de presencia de mensajes positivos sobre inmigración” durante la campaña electoral. “Existieron, pero no tuvieron el mismo eco en la prensa como las manifestaciones de Vox en El Ejido o las declaraciones de Pablo Casado”, sostiene la líder de la organización basada en Andalucía.
“Las personas que defendemos los derechos civiles de las personas también debemos hacer autocrítica”, ha añadido Boughlala, quien destaca que su preocupación va más allá de la política xenófoba impulsada por Vox. “La ley de la violencia de género, la de memoria histórica o matrimonio igualitario también peligran. Son otros temas que nos afectan a todos, inclusive a los inmigrantes”.