- El pasado mes de noviembre se produjo un brote de sarampión en el campo de refugiados de Yida. MSF ha puesto en marcha una campaña de vacunación para frenar la epidemia y para aumentar la cobertura de inmunización entre la población, que así quedaría inmunizada ante posibles nuevos brotes.
El pasado mes de noviembre se produjo un brote de sarampión en el campo de refugiados de Yida. MSF ha puesto en marcha una campaña de vacunación para frenar la epidemia y para aumentar la cobertura de inmunización entre la población, que así quedaría inmunizada ante posibles nuevos brotes.
El objetivo del equipo de MSF en Yida es vacunar al 90% de los 35.000 niños que viven en el campo de refugiados y en las comunidades de acogida cercanas.
Para ello, la organización ha contratado a más de 100 personas, de entre la propia población del campo de refugiados, que ayudan en la campaña.
A finales de noviembre, el equipo de MSF en Yida comenzó a observar un aumento en los casos de sarampión. El sarampión es una enfermedad viral altamente contagiosa, que afecta principalmente a los niños. No existe un tratamiento específico por lo que sólo se pueden tratar las complicaciones derivadas de ella. En los niños con desnutrición y en las personas con las defensas bajas, el sarampión puede causar complicaciones graves, como ceguera, encefalitis, diarrea severa, infección de oído y neumonía. La vacuna contra el sarampión se ha administrado a niños de entre 6 meses y 15 años. Cientos de niños han pasado cada día por los puestos de vacunación de la organización. Fotógrafa Karin Ekholm/MSF
A finales de noviembre, el equipo de MSF en Yida comenzó a observar un aumento en los casos de sarampión. El sarampión es una enfermedad viral altamente contagiosa, que afecta principalmente a los niños. No existe un tratamiento específico por lo que sólo se pueden tratar las complicaciones derivadas de ella. En los niños con desnutrición y en las personas con las defensas bajas, el sarampión puede causar complicaciones graves, como ceguera, encefalitis, diarrea severa, infección de oído y neumonía. La vacuna contra el sarampión se ha administrado a niños de entre 6 meses y 15 años. Cientos de niños han pasado cada día por los puestos de vacunación de la organización. Fotógrafa Karin Ekholm/MSF
Hay cerca de 35.000 niños en Yida. El objetivo es vacunar al 90% de ellos contra la polio y el sarampión, con el fin de frenar la epidemia de sarampión y protegerles de futuros brotes. Fotógrafa Karin Ekholm/MSF
Hay cerca de 35.000 niños en Yida. El objetivo es vacunar al 90% de ellos contra la polio y el sarampión, con el fin de frenar la epidemia de sarampión y protegerles de futuros brotes. Fotógrafa Karin Ekholm/MSF
También hay “movilizadores”, que son los trabajadores comunitarios de salud que ayudan a MSF en la promoción de la salud, la detención de los brotes, las derivaciones a los distintos hospitales, y el seguimiento de aquellos pacientes que no cumplen o no llevan a cabo adecuadamente el tratamiento de la tuberculosis. Durante la campaña recorren el campo para asegurarse de que ningún niño se queda sin vacunar. Fotógrafa Karin Ekholm/MSF
También hay “movilizadores”, que son los trabajadores comunitarios de salud que ayudan a MSF en la promoción de la salud, la detención de los brotes, las derivaciones a los distintos hospitales, y el seguimiento de aquellos pacientes que no cumplen o no llevan a cabo adecuadamente el tratamiento de la tuberculosis. Durante la campaña recorren el campo para asegurarse de que ningún niño se queda sin vacunar. Fotógrafa Karin Ekholm/MSF
La supervisora anota todas las vacunaciones que se realizan, así como la edad de los niños, antes de que abandonen la tienda de vacunación. Es importante mantener un registro para conocer los resultados que obtiene esta campaña y saber a qué porcentaje de la población se ha vacunado. Fotógrafa Karin Ekholm/MSF
La supervisora anota todas las vacunaciones que se realizan, así como la edad de los niños, antes de que abandonen la tienda de vacunación. Es importante mantener un registro para conocer los resultados que obtiene esta campaña y saber a qué porcentaje de la población se ha vacunado. Fotógrafa Karin Ekholm/MSF
Ahmed Mohama Mahat coordinó la campaña de vacunación masiva en Yida. En un campo de refugiados, un solo caso de sarampión se considera un brote. En respuesta a la última crisis, los equipos de MSF ya han admitido a 93 pacientes con la enfermedad, y mientras tanto nuevos pacientes continúan llegando cada día. Fotógrafa Karin Ekholm/MSF
Ahmed Mohama Mahat coordinó la campaña de vacunación masiva en Yida. En un campo de refugiados, un solo caso de sarampión se considera un brote. En respuesta a la última crisis, los equipos de MSF ya han admitido a 93 pacientes con la enfermedad, y mientras tanto nuevos pacientes continúan llegando cada día. Fotógrafa Karin Ekholm/MSF
Una “preparadora” contratada por MSF llena una jeringuilla con la dosis para la vacuna del sarampión. Cuando llegan a Yida desde las montañas de Nuba, los refugiados se encuentran en muy malas condiciones; además no han sido vacunados desde hace mucho tiempo. Por ese motivo se ha colocado un equipo móvil de vacunación a la entrada del campo, por donde pasan todos los refugiados que van llegando. Fotógrafa Karin Ekholm/MSF
Una “preparadora” contratada por MSF llena una jeringuilla con la dosis para la vacuna del sarampión. Cuando llegan a Yida desde las montañas de Nuba, los refugiados se encuentran en muy malas condiciones; además no han sido vacunados desde hace mucho tiempo. Por ese motivo se ha colocado un equipo móvil de vacunación a la entrada del campo, por donde pasan todos los refugiados que van llegando. Fotógrafa Karin Ekholm/MSF
Todos los niños reciben también una vacuna oral contra la polio. Se han instalado nueve puntos de vacunación a lo largo de Yida, cada uno gestionado por equipos de 12 personas que a su vez están formados por un supervisor, vacunadores, preparadores, vigilantes, los controladores de las colas de vacunación, y movilizadores. Fotógrafa Karin Ekholm/MSF
Todos los niños reciben también una vacuna oral contra la polio. Se han instalado nueve puntos de vacunación a lo largo de Yida, cada uno gestionado por equipos de 12 personas que a su vez están formados por un supervisor, vacunadores, preparadores, vigilantes, los controladores de las colas de vacunación, y movilizadores. Fotógrafa Karin Ekholm/MSF
Las campañas de vacunación masivas en situaciones de emergencia, que se realizan en mitad de un brote o en campos de desplazadas, logran inmunizar a un gran número de personas. El reto es ser capaz de llegar a la población rápidamente para poder controlar una epidemia que ya ha comenzado. Fotógrafa Karin Ekholm/MSF
Las campañas de vacunación masivas en situaciones de emergencia, que se realizan en mitad de un brote o en campos de desplazadas, logran inmunizar a un gran número de personas. El reto es ser capaz de llegar a la población rápidamente para poder controlar una epidemia que ya ha comenzado. Fotógrafa Karin Ekholm/MSF
Faisa ha llevado a su hija enferma de dos años, Nana Wii Said Kuku, al hospital de MSF en Yida. Tenía fiebre alta y esa tos seca y ruidosa tan característica del sarampión. El bebé también había desarrollado una neumonía secundaria, y una erupción estaba empezando a extenderse por su pequeño cuerpo. Ahora, una máquina suministra a la niña oxígeno concentrado a través de un tubo colocado en su nariz para ayudarla a respirar. “Llevé a mi hija al hospital cuando comenzó a subirle la temperatura y empezaba a toser”, dice su Faisia. “Reconocí los síntomas del sarampión rápidamente, ya que mi hermana también tuvo esa enfermedad hace algunas semanas. Fue tratada y se recuperó en este hospital”. Fotógrafa Karin Ekholm/MSF