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Migrantes enterrados entre cenizas tóxicas y vidrios rotos para intentar viajar de Melilla a la península

Melilla —
22 de febrero de 2021 10:57 h

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La Guardia Civil ha localizado este viernes en el puerto de Melilla a un migrante que estaba enterrado dentro de un saco con cenizas volantes tóxicas procedentes de la incineradora en su intento de llegar a la península de forma irregular como polizón, ante su bloqueo en la ciudad autónoma. El mismo día, el Instituto Armado halló cuatro hombres escondidos entre cristales rotos con la misma finalidad.

En una nota, la comandancia del instituto armado ha informado este lunes de que este rescate se produjo el pasado viernes, cuando fueron localizadas 41 personas que iban ocultas en las bateas, camiones, contenedores y vehículos articulados, previos a su embarque en los buques para introducirse de forma irregular.

En un primer registro visual, fueron halladas 35 personas ocultas en distintos lugares, si bien posteriormente, el segundo registro, que fue más exhaustivo y meticuloso, dio como resultado la localización de cinco personas en lugares muy peligrosos.

Cuatro de ellos se habían ocultado en una batea que embarcaba llena de vidrios fracturados para el reciclaje, con el peligro que conlleva por las múltiples aristas cortantes, en una travesía que tiene una duración de unas siete horas.

Además los agentes encontraron a una persona dentro de un saco hermético de plástico que contenía cenizas volantes procedentes de la incineradora, materia tóxica, que al ser desenterrada de entre las cenizas recobró el conocimiento. En 2020 fueron localizadas en la zona de seguridad del puerto melillense 11.669 personas.

En lo que va de año, la Guardia Civil ha hallado a un total de 1.781 personas en el interior de la zona de seguridad del puerto.

La forma para acceder a esta zona del puerto es diversa, ya que unas personas logran acceder a nado y otras por distintos procedimientos terrestres, introduciéndose a la carrera en los bajos o en lo alto de los vehículos cuando aminoran la marcha, lo que se conoce como “risky”.

Otras son localizadas ya ocultas en los dobles fondos de bateas, vehículos y plataformas como el caso actual, que, según ha subrayado la fuente, son lugares “muy peligrosos” para su integridad física.