Retorno a ninguna parte
No se hace pie en sus ojos. Quizá porque nació en un campo de refugiados en el que murieron sus padres, en Tanzania.
Obiole Irankunda, con 10 años de edad, es el cabeza de familia de sus 6 hermanos y hermanas.
Han regresado a Burundi tras ser expulsados del país vecino, como decenas de miles de personas que buscan ahora sus antiguos terruños. Pero, Obiole y sus hermanos no saben siquiera dónde vivían sus padres. Un conocido del campo de refugiados les ha 'cedido' unos metros cuadrados en Makamba, bajo alquiler, por supuesto.
Como cabeza de familia, Obiole pide comida y dinero en el mercado local, para alimentar a sus hermanos. La escuela no entra en sus planes de futuro.
Visitamos con él y su 'familia' el campo de tránsito de Mabanda, en la frontera con Tanzania, en el que habían pernoctado hasta saber su destino final. Allí recibió un poco dinero y comida para 6 meses. Nada más.
Con un poco de suerte, o un mucho, Obiole y sus hermanos podrían acogerse a un proyecto de Cruz Roja Española de asistencia de emergencia para los expulsados burundeses de Tanzania, con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). Ojalá.
La llegada de oleadas de expulsados a Burundi, sin recursos y sin tierras, está suponiendo una presión que podría derivar en conflictos internos. Pero el futuro de Obiole son las próximas horas, no más.
Durante las pocas horas que estuve con él no llegó a sonreír nunca. Ni cuando bromeaba sobre la 'inconveniencia' de la camiseta del Barça que llevaba puesta. Pero es que la ropa andrajosa que llevan es la única que tienen.