El reloj comenzaba a correr este miércoles a las 15:15 horas. Después de rechazar la devolución a Libia de los 82 rescatados que lleva a bordo, el Ocean Viking remitía su petición de puerto seguro a Malta y a Italia. Este miércoles por la mañana volvían a insistir en su solicitud. El centro marítimo de rescate maltés, como viene siendo habitual, respondía poco después con un correo electrónico rechazando conceder un puerto en el que atracar. Le seguía otro mensaje del centro de coordinación de Roma, asegurando que habían informado a la “autoridad nacional competente” sobre la petición. Más de 24 horas después, las autoridades marítimas italianas, con un nuevo Gobierno al frente, siguen sin dar indicaciones.
El Ejecutivo italiano ha anunciado este miércoles que los náufragos serán reubicados entre varios países de la Unión Europea. Se desconoce, sin embargo, qué Estados se han mostrado dispuestos a acogerlos, cuántos son, cuándo se pondrá en marcha y en qué país desembarcarán.
Tras una reunión en la que varios ministros han tocado el tema de la inmigración, entre ellos la responsable de Interior, Luciana Lamorgese, el Gobierno ha comunicado que “ha habido una fuerte adhesión europea al mecanismo de redistribución ya activado en las últimas horas por Italia” y ha subrayado que “ya existe una adhesión de varios Estados miembros que permitirá una solución adecuada y rápida”.
Sin embargo, en la nave aún no han recibido noticias y 82 personas continúan a la espera de un lugar en el que pisar tierra firme. Sos Méditerranée ha insistido este miércoles en que “conforme al derecho marítimo, los supervivientes deben ser desembarcados lo antes posible”. Se encuentran en aguas entre Lampedusa y Malta.
La respuesta de Italia al Ocean Viking despejará las dudas sobre si el nuevo Gobierno apostará o no por continuar con el cierre de puertos y perpetuar el tira y afloja con las organizaciones humanitarias que, a lo largo del último año, ha dejado durante días a cientos de migrantes en alta mar sin una solución. Hasta ahora –desde la entrada en vigor del decreto impulsado por Matteo Salvini–, cada vez que una ONG notificaba que había completado un rescate en aguas fronterizas, el exministro del Interior italiano respondía en cuestión de horas firmando una orden de prohibición de entrada en aguas territoriales. De momento, el nuevo Gobierno no ha impedido al buque Ocean Viking que ingrese en aguas italianas.
Lo que no ha cambiado es que Italia sigue condicionando el desembarco a un acuerdo previo para el reparto de los migrantes a bordo entre varios Estados europeos. Esta ha sido la principal solución puesta en marcha en el último año tras días de estancamiento debido al cierre de puertos decretado por el exministro Salvini, así como por Malta. Sin embargo, se trata de acuerdos puntuales barco por barco, no de un mecanismo predecible y duradero que evite la incertidumbre y la improvisación tras cada operación de rescate, como reclaman las ONG y organismos como Acnur.
Este martes, Giuseppe Conte estuvo en Bruselas reuniéndose con los presidentes de las instituciones comunitarias y anunció que pretende “continuar con una gestión multinivel, estructural y no de emergencia” y promover un pacto europeo que consienta un mecanismo automático de redistribución de los migrantes que navegan por el Mediterráneo a Europa. A finales de julio, el presidente francés Emmanuel Macron anunció la participación de al menos ocho países comunitarios en un sistema temporal de desembarco. No obstante, los países europeos aún no han alcanzado un acuerdo que permita establecer tal mecanismo.
Este miércoles por la tarde, las autoridades maltesas evacuaron del buque en helicóptero a una mujer embarazada de nueve meses y a su marido rescatados el 8 de septiembre. El Ocean Viking había solicitado a Italia y Malta la evacuación de la mujer como medida de precaución ante posibles complicaciones que pudieran surgir en un parto a bordo. Para facilitar el acceso, el buque giró hacia el norte para acortar la distancia que recorrería el helicóptero para recoger a la mujer con el objetivo de llevarla a un hospital en tierra.
El Ocean Viking lleva a bordo tras la evacuación a 82 personas. Desde Médicos Sin Fronteras subrayan que a bordo hay muchas personas con “historias horribles de abusos” en Libia. Un velero trasladó la noche del pasado lunes al buque humanitario, a 34 personas rescatadas que se sumaban a las 50 que el buque ya socorrió el 8 de septiembre el Mediterráneo. Tras asistir a las 34 personas, el velero no pudo mantenerlas a bordo por no estar en las condiciones apropiadas para ello y las trasladó a la nave de rescate.
El Ocean Viking estuvo el pasado agosto dos semanas en el Mediterráneo con 356 migrantes, rescatados en diversas operaciones, hasta que seis países europeos acordaron su reubicación.