“Nos casamos antes de salir de Irak, nuestra barca volcó y estuvimos diez horas en el agua”
[VÍDEO: Informa Olga Rodríguez; Imagen y edición: Sergi Cabeza]
Son llamativamente jóvenes y parecen muy enamorados. Tahar, de 20 años, y Shahad, de 18, se casaron hace dos meses en Bagdad con la intención de huir del país. “Allí la vida es muy difícil, no hay electricidad, no hay trabajo, el sectarismo lo impregna todo y además el Daesh [ISIS, el autodenominado Estado Islámico] golpea duro también en Irak, así que en cuanto nos casamos nos fuimos a Turquía”, cuenta Tahar.
“Salimos por Turquía, cruzamos el mar desde Izmir en una pequeña embarcación, pero las olas era muy altas, nos envolvían, nuestra barca volcó y estuvimos diez horas en el mar, desde las doce hasta las diez. Los dos en el mar. No sabíamos si sobreviviríamos”, prosigue. “Hasta que las autoridades griegas nos rescataron. Por eso ahora no tenemos equipaje y me ves buscando una mochila y ropa”, explica mientras sonríe tímidamente.
“Mi esperanza es llegar a Holanda. ¿Has estado alguna vez en Holanda? ¿Es bonito?”, pregunta. “En Holanda vive un hermano de mi padre, allí queremos asentarnos, encontrar trabajo, formar una familia, vivir la vida, tener un futuro sin guerra. Las guerras solo traen cosas malas”.
En la estación de Keleti, en Budapest, la pareja no pasa desapercibida. Tahar corteja continuamente a Shahad haciéndole bromas, llevándole flores, abrazándola. Algunos refugiados sonríen al observar sus coqueteos: “Son entrañables”, comenta Amal, una mujer de Alepo.
Antes de despedirnos, el joven iraquí nos escribe sus nombres en un papel: “Taher y Shahad”, y en medio dibuja un corazón. “¡Si mañana no nos veis aquí es que hemos podido coger un tren a Austria!”, gritan sonrientes mientras se alejan hacia un grupo de voluntarias húngaras que reparten pizza.