Inditex, Mango y Desigual suspenden en transparencia sobre sus proveedores tras cinco años del derrumbe del Rana Plaza
Días después del derrumbe del Rana Plaza, cuando el complejo textil de Bangladesh se vino abajo, era común encontrar a personal de ONG o sindicalistas husmear entre los escombros del edificio. Agachados y con la mirada clavada en el suelo, seguían el rastro de unas responsabilidades difíciles de detectar de otro modo. Buscaban etiquetas.
Tras cada una de las tragedias en fábricas textiles, este era uno de los escasos mecanismos con los que contaban sindicatos, ONG y periodistas para determinar el nombre de las multinacionales donde se cormercializaban las prendas fabricadas. La exigencia de transparencia sobre la cadena de suministro de las grandes empresas se convirtió en un objetivo clave para quienes defienden los derechos humanos y laborales de las trabajadoras del sector textil.
Sus últimos análisis evidencian que son pocas las multinacionales que acceden a aportar información clara y accesible sobre sus proveedores a lo largo de toda su cadena de suministro. El reciente informe de la Campaña Go-Transparent suspende a las tres compañías españolas estudiadas: Inditex, Mango y Desigual. Ninguna de ellas cumple uno solo parámetro de los incluidos por las ONG y sindicatos integrados en la coalición creada en 2016 para exigir nitidez a la industria de la moda.
Las nueve organizaciones y sindicatos participantes (Campaña Ropa Limpia, Human Right Watch, IndustriALL, Uni Global Union, la Confederación Sindical Internacional, Red de Solidaridad de la Maquila, entre otras) publicaron en diciembre de 2017 el resultado del “Compromiso de Transparencia” solicitado a alrededor de 70 multinacionales. Las tres empresas españolas analizadas se han negado a difundir de forma pública el nombre de todos los proveedores con los que trabajan en otros países, así como las direcciones de estos o el número de empleados que trabajan en ellas, entre otras cuestiones.
La Campaña solicitaba a las compañías la publicación “en su página web y en un formato accesible” los nombres completos de todas las “unidades de producción y fábricas de elaboración autorizadas” de las que obtenían su mercancía. También debían indicar “las direcciones” de estos establecimientos, la sociedad matriz de la empresa, el tipo de productos fabricados y el número total de trabajadores.
Otro de las exigencias fallidas es la especificación de las principales empresas de suministro de las multinacionales analizadas, que a su vez cuentan con filiales subcontratadas en otros países como Bangladesh, Turquía, Camboya o Marruecos. Sin conocer su nombre, es aún más difícil seguir el rastro de su cadena de producción.
“Conflicto de competencia entre proveedores”
Según el documento de resultados, algunas de las empresas que no cumplían el Compromiso de Transparencia sí han compartido su listado de proveedores con algún sindicatos u organizaciones específicas. Pero no es suficiente en base a los criterios de la Campaña. “Los datos tienen que ser públicos para ser una empresa transparente. Nosotros entendemos por públicos que se presenten en su web a través de un formato accesible, para que cualquier consumidor, así como los periodistas, puedan acudir a esta información cuando quieran”, apunta Eva Kreisler, portavoz de Clean Clothes Campaign España.
Las compañías españolas suspendidas en transparencia confirman a eldiario.es la inexistencia de un listado público se proveedores. Mango ha señalado que “ratifica la intención y compromiso de aportar la información de sus centros de producción a aquellas entidades que puedan estar interesadas”, pero con una salvaguarda: “Siempre que no exista un conflicto por competencia entre sus proveedoras”. En la actualidad, la compañía asegura que comparte la lista de centros de producción con el sindicato Comisiones Obreras (incluido en IndustriAll), así como con otros organismos “de forma puntual”. También aclara estar trabajando para “una transparencia total”. Cuatro meses después de la publicación del informe del Compromiso de Transparencia.
Según Inditex, la compañía de Amancio Ortega publica “el listado completo de proveedores con la federación internacional de sindicatos IndustriALL y 600 sindicatos en todo el mundo”, así como “otras organizaciones destacadas en la defensa de los derechos laborales como la OIT”. IndustriALL, que engloba a 50 millones de trabajadores es una de las organizaciones que forman parte de la campaña Go Transparent, que exige la difusión pública de los datos.
Según las conclusiones de Go Transparent, Desigual no comparte datos sobre sus proveedores. En este sentido, la compañía catalana asegura estar trabajando “en una mayor transparencia”. Según han indicado fuentes de la empresa a este medio, “en las próximas semanas la compañía lanzará una sección en su website en la que todos los grupos de interés podrán conocer mejor Desigual a través de aspectos corporativos entre los que se incluirá el Código de Conducta de Proveedores”. No obstante, no detalla si añadirán el listado completo de las fábricas y establecimientos de toda su cadena de producción, como exigen las organizaciones especializadas.
No solo suspenden las españolas. Conocidas multinacionales europeas o estadounidenses, como Carrefour, Primark, Abercrombie & Fich, Benetton, Forever 21, Foot Locker, Disney, Armani, entre otras, también son señaladas como opacas por el informe. Entre las empresas que aprueban el “compromiso de mínimos” sobre transparencia acerca de su cadena de suministro se encuentran H&M, Nike, Adidas, C&A.
Con motivo del quinto aniversario del derrumbe del Rana Plaza, la Plataforma Fashion Revolution ha lanzado un nuevo informe que también monitoriza la información aportada por las multinacionales sobre sus proveedores. En base a otros criterios de estudio, la organización concluye que ninguna empresa sobrepasa el 50% de su concepto de empresa transparente.
El documento Fashion Transparency Index 2018 otorga a la española Mango un 18% en transparencia, mientras que las marcas del grupo Inditex Zara, Pull & Bear y Bershka obtienen una puntuación del 42%. Fashion revolution, además de la publicación de la información sobre sus provedores, analiza también el control y trazabilidad de las compañías sobre su cadena de producción, así como las políticas que aseguran llevar a cabo para remediar posibles casos de abusos.
“La transparencia no lo es todo, no hay que olvidar el compromiso de salarios dignos y la seguridad en el trabajo, pero es fundamental para controlar la responsabilidad de las multinacionales”, apunta Kreisler, de la Campaña Ropa Limpia. “A través de estas informaciones se genera más conciencia del consumidor y empuja a que las empresas actúen de manera diligente”.
La experta no comparte la relación entre el aumento de transparencia y un supuesto riesgo de competencia, esgrimida por algunas multinacionales como justificación de la falta de información pública. “Es un mito, no se ha demostrado que pueda repercutir en sus resultados. Sería más fácil fomentar la resolución de estos conflictos y la colaboración entre empresas. Ellas lo saben pero hay un oscurantismo a la hora de informar”.
Si Eva Kreisler tiene que resumir la importancia de la transparencia en la cadena de producción de la industria de la moda, le aparece de nuevo una imagen en la cabeza: “No tiene por qué ser necesario que activistas acudan a rebuscar etiquetas entre los escombros de una edificio derrumbado, como el Rana Plaza o tantos otros, para encontrar responsabilidades. La información clara podría abrir el camino para evitar futuras tragedias”.