Túnez rechaza la ayuda financiera de la UE y pone en duda el acuerdo sobre migración

elDiario.es

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El presidente tunecino, Kais Said, ha rechazado el apoyo financiero propuesto por la Unión Europea (UE), que hace unos diez días desbloqueó 127 millones de euros en el marco del Memorándum de Entendimiento (ME) sobre una asociación estratégica y global con el país norteafricano, sellado el pasado mes de julio.

Said, que es conocido por sus salidas de tono y por arremeter contra Europa y otros actores internacionales, ha afirmado que no rechaza ese monto porque sea “pequeño”, sino porque es un gesto de “caridad” y contrario al acuerdo firmado en julio entre ambas partes, que conlleva un desembolso total de cerca de 1.000 millones de euros.

“Túnez, que acepta la cooperación, no acepta cualquier cosa que se parezca a limosna o caridad (...) rechaza lo anunciado estos últimos días por la Unión Europea, no por la pequeña cantidad, ya que todos los tesoros del mundo entero no valen ni un ápice de nuestra soberanía, sino porque esta propuesta contradice el memorando de entendimiento que se firmó”, ha dicho Said, el declaraciones recogidas por la Agencia EFE.

Según el memorando, que aún tiene que ser ratificado por los Estados miembros de la UE, Túnez recibirá ayuda financiera para su maltrecha economía, ya que crecen los temores a que el país no pueda hacer frente al pago de su deuda externa en los próximos meses.

De los 1.000 millones de euros, 105 millones se destinarán a luchar contra la migración irregular y los traficantes de personas en Túnez, que en los pasados meses se ha convertido en uno de los principales puntos de salida de migrantes desde el norte de África a Italia.

Said ha aprovechado para asegurar que su país “está haciendo todo lo posible para desmantelar las redes criminales que trafican con personas y órganos humanos”, agregando que Túnez “nunca ha sido la causa de esta miseria que viven la mayoría de los pueblos africanos”, entre los que el presidente no incluye a su propio pueblo.

Precisamente, un discurso de Said contra los migrantes negros el pasado mes de febrero desató una ola de racismo y persecución contra los subsaharianos, que ya no se sienten seguros en Túnez y, desde entonces, tratan de cruzar el Mediterráneo lo antes posible y no permanecer en el país árabe. Muchos denuncian que han sufrido abusos y maltrato e, incluso, han sido expulsados a la zona fronteriza con Libia y abandonados en el desierto.

El mandatario tunecino también se ha enfrentado al Fondo Monetario Internacional (FMI), con el que su Gobierno estuvo negociando durante más de un año un préstamo de 1.900 millones de dólares y que Said acabó rechazando porque no quiso acatar los “dictados” de la institución financiera a cambio de ese dinero.

Antes de rechazar también la ayuda de la UE, Said hizo varios gestos poco amigables: el pasado 26 de septiembre, decidió posponer la visita de una delegación de la Comisión Europea (CE) para abordar el acuerdo financiero y, poco antes, negó la entrada a un comité de asuntos exteriores del Parlamento Europeo que se disponía a analizar la situación política, lo que calificó de “injerencia”.

A Said no le han gustado las críticas de algunos países europeos a la situación de los derechos humanos en el país árabe, sobre la que se ha mostrado preocupada la Defensora del Pueblo de la UE. Sin embargo, la Comisión Europea ha seguido adelante con la aplicación del acuerdo, cediendo a las presiones de la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, que apremió a la presidenta Ursula von der Leyen a poner en marcha cuanto antes el memorando de entendimiento que las dos firmaron con Túnez.

Dentro de los 27 también han surgido críticas por el modus operandi del Gobierno de Von der Leyen, que no habría seguido los procedimientos requeridos de consultas previas, mientras que la Comisión Europea sostiene que ha informado a los Estados miembros desde el inicio de las negociaciones.