La UE acuerda el reparto de 120.000 refugiados con el voto en contra de varios países del Este
Europa se jugaba mucho este jueves. Tras el fracaso de la semana pasada, los países miembros han aprobado este martes el reparto de 120.000 refugiados en la UE por mayoría cualificada. Pero su incapacidad de llegar a un acuerdo ha quedado retratada. No han alcanzado la unanimidad que han intentado negociar los embajadores europeos en estos días: la distribución ha contando con los votos en contra de parte de la Europa del Este (República Checa, Hungría, Eslovaquia y Rumanía), reacia desde el principio al reparto de refugiados que propuso la Comisión Europea, y la abstención de Finlandia.
No es la solución esperada, pero es una decisión y de obligado cumplimiento. La reunión de este martes de los ministros del Interior europeos se ha cocinado entre encuentros de embajadores y ministros que auguraban la dificultad de llegar a una postura común en la mayor crisis de refugiados en Europa desde la segunda guerra mundial. “Trabajaremos duro y creo que es inaceptable que Europa envíe hoy un mensaje al mundo de que no hay una solución posible. Soy optimista, pero no está hecho aún”, afirmó el ministro del Interior alemán, Thomas de Maizière, a su llegada a Bruselas.
Los países del denominado Grupo Visegrado (República Checa, Eslovaquia, Hungría y Polonia) insistían el lunes en que dirían 'no' a las cuotas de refugiados. Hoy, Polonia se ha caído del grupo de países díscolos pero el resto ha votado en contra del reparto de asilados.
La propuesta inicial de la Comisión Europea consistía en un reparto obligatorio de 120.000 refugiados desde Grecia, Italia y Hungría, los países que están recibiendo un mayor número de llegadas de solicitantes de asilo. A España, por ejemplo, Bruselas le asignó 14.931 refugiados, que el Gobierno ya ha anunciado que aceptará.
Según anunciaban fuentes comunitarias antes del encuentro, ante la oposión del gobierno de Viktor Orbán al plan de Bruselas, todo apunta a que no saldrán refugiados desde suelo húngaro. La Comisión había planificado que de este país partieran 54.000 refugiados, pero Hungría se niega al proceso necesario para ello: dejarles entrar, identificarlos y acogerlos durante los primeros días, entre otras cuestiones.
Así lo comunicaba ya el ministro español del Interior, Jorge Fernández Díaz, a su llegada a Bruselas: “Hungría queda excluida por voluntad propia”. Según ha anunciado el ministro español, los 120.000 refugiados se distribuirán entre los países de la UE en “dos etapas”: la primera, los 66.000 llegados a Italia y Grecia, y durante el segundo año el reparto de otros 54.000 refugiados.
Estos días las declaraciones de varios políticos han demostrado la tensión entre la Europa partidaria de una acogida más equilibrada de los refugiados y la que se opone. El ministro de Exteriores húngaro, Peter Szijjarto, pidió a Grecia que dejara de tratar a los europeos como “idiotas”. Hungría denuncia que Grecia deja pasar a los refugiados a los países del centro de Europa sin identificarles, como exige la normativa comunitaria, en lo que entienden que es un problema de gestión de las fronteras exteriores de la UE.