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El 51,3% de las empresas españolas confía en recuperar este año los niveles de actividad previos a la crisis

Las empresas españolas se ven a sí mismas con más optimismo que respecto a la situación de España para superar la crisis del coronavirus. Un 51,3% confía en recuperar este año los niveles de actividad previos a la pandemia, según una encuesta encargada por la Cámara de España a la firma Sigma 2 y presentada este martes, que refleja que casi el 97% de los empresarios españoles cree que esta crisis tendrá consecuencias “graves”.

Así, un 19,3% de los empresarios consultados se declaran “muy optimista” y un 32%, “bastante optimista”. Es un pronóstico mucho más favorable que respecto a la economía española, con solo una cuarta parte de los empresarios decantándose hacia el optimismo: apenas un 4,5% se declaran muy optimistas y un 21,1% dicen ser bastante optimistas. El 75,5% cree que las consecuencias de esta crisis serán “muy graves” y el 21,2% piensa que serán “algo graves”.

El presidente de la Cámara de España, José Luis Bonet, ha destacado que “si los empresarios están animados tenemos más posibilidades de salir y ganar la guerra”, aunque ha destacado la “simetría” en las perspectivas, porque en los sectores más golpeados, la hostelería, el turismo y el comercio, el pesimismo es “más generalizado”. Bonet ha calificado de “muy buena noticia” el acuerdo europeo de hoy, que ha calificado de “una oportunidad” para España, y ha apelado una vez más a la colaboración pública-privada para estimular la recuperación.

Respecto a las perspectivas de los empresarios antes del coronavirus y las actuales, las variables que más se han deteriorado, según la encuesta, son el empleo, la inversión empresarial y el déficit público. Solo tiene un balance positivo el turismo interno de los españoles.

Los empresarios consultados hacen un balance positivo de las medidas adoptadas por el Gobierno ante esta crisis, aunque piden más. Prácticamente el 90% cree que eran necesarias: en concreto, el 36,1% cree que son “necesarias” y el 55,6%, “muy necesarias”, si bien solo un 38% piensa que son “suficientes” y para casi la mitad no bastan: el 37,8% piensa que son insuficientes y 13% las tacha de “muy insuficientes”. 

La medida más valorada, con una nota media del 6,3, es la línea de avales públicos ICO para empresas, seguida de la regulación de los ERTE por fuerza mayor (6,2) y el blindaje de empresas estratégicas a OPAS extranjeras (6,1). A continuación figuran la prestación para autónomos (6), las moratorias hipotecarias y de pago de alquileres para pymes y autónomos (5,9), la moratoria de cuotas a la Seguridad Social (5,8), la línea de financiación a los sectores del transporte, turismo y hostelería (5,8) y el aplazamiento de deudas tributarias a pymes (5,6).

“Revolución” del teletrabajo

El 92,3% de las empresas encuestadas han tenido que adoptar medidas entre sus trabajadores en la desescalada. Destacan las de adaptar los puestos de trabajo para poder cumplir con las distancias de seguridad (78,1%); instalar mamparas u otros elementos de protección (52,5%) y establecer el trabajo por turnos, con 45,6%. 

También destaca el impulso al teletrabajo, que va a suponer una “revolución”, en palabras de Bonet. Un 27,7% lo ha fomentado de forma estable o piensa hacerlo tras la pandemia, aunque en este aspecto hay grandes diferencias. En las empresas pequeñas, de 6 a 9 empleados, estaba mucho menos implantado antes de esta crisis (solo el 11,4% lo tenía) y el 23,9% va a hacerlo tras el confinamiento. En las de 50 a 250 el 43,9% va a llevarlo a cabo ahora y un 24,9% lo tenía implantado ya antes de la COVID-19. El teletrabajo está especialmente implantado en el sector servicios ajeno al comercio o la hostelería. Un 22,3% de empresas lo tenía implantado de algún modo antes de la emergencia sanitaria.

Respecto al impacto del confinamiento, el 73,5% de las empresas dice haber reducido sus ventas en España durante la gran reclusión y un 52,3% ha tenido problemas para la adquisición de suministros o aprovisionamientos. El 31,8% ha reducido sus ventas en el mercado exterior. Por sectores, el más afectado por la pandemia y el confinamiento ha sido el de la hostelería que estima descenso medio de la facturación de casi el 88%.

Durante el confinamiento, el 80,5% de las empresas tuvieron que adoptar medidas en relación con su plantilla. El 54,4% optó por promocionar el teletrabajo y el 40,5% se acogió a un ERTE por fuerza mayor. El 18,3% no renovó contratos temporales por obra o servicio y el 14,6% se acogió a EREs. Solo un 7,7% prescindió de trabajadores con contrato indefinido.