El accionista alemán de Glovo que ha entrado en Deliveroo: de “patito feo” a gigante de los envíos a domicilio

Aldo Mas

Berlín —
18 de agosto de 2021 22:56 h

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La empresa alemana Delivery Hero, dueña del 37% de la española Glovo, acaba de adquirir un 5,09% de la plataforma británica Deliveroo, un movimiento que muestra que la firma teutona se encuentra en una fase expansiva que parece no tener fin y que llega tras no pocos sufrimientos.

En 2018, Delivery Hero vendió a la competencia por cerca de 1.000 millones de euros su firmas Lieferheld, Pizza.de y Foodora en Alemania. La compradora fue la holandesa Takeaway. Eran años de pérdidas para la compañía germana, que en ese ejercicio registró unos números rojos de 242 millones. En 2019, fueron de 648 millones y, en 2020, sólo en la primera mitad se estimó un quebranto por valor de 352 millones. Para este año, y tras el impulso que la crisis sanitaria ha dado al negocio del reparto a domicilio, acaba de elevar su previsión de facturación hasta un máximo de 6.700 millones.

La empresa, fundada en 2011 con el sueco Niklas Östberg al frente, parece no haber tenido nunca problemas para financiarse. El concepto que más defienden en Delivery Hero no es comercio electrónico al uso, sino algo así como “comercio electrónico rápido”, en el que los pedidos se entregan entre diez y quince minutos después de haber realizado la compra. Como en su participada española Glovo, no sólo pueden ser comidas, sino también productos de supermercado y hasta medicamentos. Se quiere así ser una suerte de Amazon ultrarrápido.

“Todo esto suena tan excitante e innovador que muchos inversores se fijan en Delivery Hero”, señalaba el especialista en asuntos bursátiles Christoph Scherbaum en el Frankfurter Allgemeine Zeitung. Ese diario conservador ha llamado “patito feo” de la bolsa a la firma de Östberg, en vista de las dificultades que pasaba antes de la pandemia la plataforma alemana.

Ahora, y tras la crisis sanitaria, Delivery Hero goza de números que muchos ven como indicadores de solidez. Basta mirar el precio de las acciones de la compañía germana. En 2017, cuando salió a bolsa, sus títulos estaban en 26,90 euros y su valor bursátil rondaba los 5.000 millones. Ahora se pagan a 114,80 euros el título y su capitalización supera los 28.500 millones.

En el Ibex alemán vía Wirecard

La plataforma de Östberg se aupó en la gran tormenta provocada en el sector de las empresas tecnológicas por el escándalo Wirecard. Ese fraude contable –Wirecard fingió tener en sus cuentas 1.900 millones de euros para atraer inversores– supuso hace justo un año la caída de la plataforma de pagos electrónicos del DAX, el índice bursátil de las grandes empresas equivalente al Ibex español. A Wirecard la sustituyó en ese selecto grupo de compañías Delivery Hero, pese a las pérdidas de ejercicios anteriores.

De acuerdo con las reglas que rigen el DAX, las empresas que quieran entrar en él han de llegar con un Ebitda (beneficio bruto operativo) positivo en los últimos dos ejercicios. No era el caso de Delivery Hero, empresa convertida por lo visto en 2020 en la excepción que confirma la regla. De ahí que el año pasado mucho del ruido mediático que generara entonces esta empresa tuviera que ver con explicar “por qué una compañía sin un céntimo de beneficios puede entrar en el DAX”, según recogía el diario berlinés Der Tagesspiegel.

El motivo fundamental de esa entrada seguramente tenga que ver con la proyección que parece mostrar la compañía, presente en medio centenar de países, en los que da trabajo a unas 25.000 personas, con unas condiciones laborales que, como es norma en el sector, generan polémica.

El año pasado, el Der Tagesspiegel recordaba cómo la plataforma alemana se marchó de Canadá después de que sus repartidores allí quisieran organizar un sindicato. “En muchos países, por ejemplo, en Colombia, hubo protestas por las malas condiciones de trabajo y las bajas remuneraciones”, escribía el periodista económico Thorsten Mumme en el Der Tagesspiegel. 

Una cuestión que no parece preocupar a Östberg, que ha dicho que en el mercado de las entregas de comida a domicilio hay mucho margen de mejora. Pero no tanto en sus condiciones laborales, como en la calidad del servicio.

“No sé cómo son sus experiencias, pero yo cuando pido comida, siempre tarda una hora o hora y media y luego recibo un miserable recipiente con papel de aluminio cuyo contenido se ha desbordado y...puh”, decía en una entrevista publicada en mayo en las páginas económicas del Frankfurter Allgemeine Zeitung.

Con operaciones en cerca de 50 países, Delivery Hero está especialmente presente en Asia y el mundo árabe, aunque también tiene importantes negocios en Latinoamérica y en varias naciones europeas, como Suecia, Países Bajos, Reino Unido o España, a través de Glovo, en cuyo capital entró en 2018.

El grupo adquirió en octubre un 7,5% de Glovo a AmRest (dueño de marcas de restauración como La Tagliatella) por 76,15 millones de euros y el pasado abril, se reforzó en una ampliación de capital en la que suscribió más de la mitad del importe de la operación, 229 millones. Aumentó así hasta el 37% su participación en Glovo, que estos días es noticia en España por el nuevo sistema de pago con precios a la baja para sus repartidores que ha puesto en marcha esta multinacional tras la entrada en vigor de a Ley Rider.

Desde este mes, trabaja en Berlín para Delivery Hero la empresa de envío de comidas a domicilio Foodpanda. La pandemia ha animado a Östberg y compañía a volver al mercado alemán, donde se libra un auténtico todos contra todos. En Berlín, por ejemplo, las start-ups Gorillas y Flink ocupan parte del mercado. La firma turca Getir promete envíos en 10 minutos y además están presentes en la capital teutona la estadounidense Uber Eats y la finlandesa Wolt.

La presencia de tantos actores en el sector demuestra que este “mercado es muy, muy atractivo”, declaraba al semanario económico WirtschaftsWoche Artur Schreiber, responsable de Foodpanda y hombre de confianza de Östberg en Delivery Hero.