Aena nombra presidente a García-Legaz y coloca en su consejo al exministro Josep Piqué
El consejo de Administración de Aena ha aprobado este viernes el nombramiento del ex secretario de Estado de Comercio Jaime García-Legaz como nuevo presidente ejecutivo y consejero delegado en sustitución del dimitido José Manuel Vargas. La propuesta parte del grupo público Enaire, dependiente del Ministerio de Fomento y titular del 51% de las acciones del grupo aeroportuario.
En la reunión de este viernes Aena también ha aprobado el nombramiento como consejero “independiente” del exministro de José María Aznar y exconsejero delegado de OHL, Josep Piqué. Piqué, expresidente de Vueling, pasará a formar parte de la Comisión Ejecutiva (la más importante) y de la de Nombramientos y Retribuciones. Cubrirá la vacante del empresario hotelero Simón Pedro Barceló, que presentó su dimisión el pasado 18 de septiembre.
García-Legaz, nacido en Murcia en 1968, es licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por CUNEF y doctor en Economía por la Universidad Complutense de Madrid. Desde noviembre de 2016, era presidente de CESCE, la Compañía Española de Seguro de Crédito a la Exportación, en la que el Estado es accionista mayoritario. Además, dentro de su trayectoria profesional fue directivo de FAES, la fundación que preside José María Aznar. Ahora pasa a pilotar Aena, que cotiza en el Ibex 35.
Entre los retos que debe afrontar García-Legaz en su mandato se encuentran potenciar la expansión internacional de la compañía aprovechando las oportunidades de negocio que surjan en Latinoamérica, Europa y Estados Unidos, fundamentalmente, y mantener los costes a raya, tras la decisión del Gobierno de bajar un 11% las tarifas aeroportuarias hasta 2021, lo que limita el crecimiento de sus ingresos.
Aena controla el 51% del aeropuerto de Luton (Londres), que es el quinto mayor de Reino Unido, y tiene además presencia en 12 aeropuertos de México, dos en Colombia y uno en Jamaica.
En el ámbito inmobiliario, también tiene la opción de activar el plan que guardaba Vargas en la recámara para desarrollar 2.000 hectáreas alrededor de los aeródromos de Madrid y Barcelona.
Con este nombramiento se elimina la incertidumbre que generó la dimisión de Vargas, anunciada públicamente el pasado 26 de septiembre esgrimiendo “motivos personales”, después de que el Gobierno haya rechazado en diversas ocasiones avanzar en la privatización de la empresa.