En pleno debate sobre el periodo de cómputo de la pensión, el Banco de España ha publicado un informe en el que analiza esta medida y sus efectos en la pensión futura. Si el plazo de cálculo se incrementara sin excepciones, la pensión futura se reduciría. Pero, si se opta por ampliar el periodo permitiendo descartar algunos años más desfavorables, la cosa cambia. En una de las opciones analizadas, que aumenta el periodo a los 35 años y permite excluir los seis peores, el efecto sería neutro de media. Y con importantes diferencias según los casos: a las personas con pensiones más bajas les supondría una mejora, aunque a la mayoría, y sobre todo a los de pensiones más elevadas, les ocasionaría una merma respecto a la legislación actual.
En la actualidad, la pensión futura se calcula teniendo en cuenta los últimos 25 años previos a la jubilación. Esa es la situación de partida del análisis de los investigadores Alejandro Muñoz-Julve y Roberto Ramos, del Banco de España, que estudian qué ocurriría en distintos escenarios de ampliación del periodo de cómputo. El debate está ahora abierto de cara a la última fase de la reforma de pensiones del Gobierno.
Un aumento desde los 25 hasta los 35 años, sin ninguna excepción, supondría una reducción del 8,2% de las pensiones, indican los economistas. Esta reducción sería mayor conforme más altas fueran las pensiones iniciales de los trabajadores, con una reducción del 10% para el cuartil con derecho a prestaciones más elevadas y una merma del 2% para los del cuartil con pensiones más bajas.
El ministro José Luis Escrivá descartó este lunes el aumento del periodo de cómputo hasta los 35 años. “En ningún caso”, afirmó en una entrevista. Sin embargo, sí está sobre la mesa la ampliación del periodo (sin concretar cuánto) y “al mismo tiempo” que se permita descartar los peores años y/o mejorar el tratamiento de las lagunas sin cotizar a lo largo de la carrera laboral.
Qué ocurre si se pueden excluir los peores años
Los investigadores del Banco de España despliegan varias hipótesis de ampliación del periodo de cómputo hasta los 35 años y en las que, simultáneamente, se permitiera el descarte de varios años. En estos casos, no siempre se reduce la pensión futura.
Con el siguiente gráfico, los economistas muestran que, si se pudieran excluir muchos años, la pensión inicial media aumentaría. Sobre todo en el caso de un aumento del periodo a los 35 años permitiendo al pensionistas elegir los 25 mejores de su carrera laboral.
Como ilustra el gráfico, si se permitiera elegir de los 25 a los 29 mejores años (dentro de un total de los últimos 35), la situación sería neutra o mejorada para los futuros pensionistas. En cambio, si la posibilidad de excluir quedara ceñida a cinco o menos años del total del periodo, la pensión media se reduciría.
Efecto neutro, con diferencias según el caso
Los autores del estudio se detienen en un escenario “neutro” detectado, por el que la pensión sería muy similar a la que hay hoy en día teniendo en cuenta los últimos 25 años. El ministro Escrivá ha mencionado que su idea es abordar una reforma con un efecto neutro, es decir, que no aumente el gasto, pero que tampoco busca reducirlo.
El informe publicado este miércoles por el Banco de España recoge que, si se permitiera escoger los 29 mejores años dentro de los últimos 35, excluyendo los seis más desfavorables, “el cambio medio con respecto a una fórmula que tomase en cuenta los 25 años previos a la jubilación sería ligeramente positivo”. En concreto, la variación de la pensión inicial media aumentaría 0,8%.
“Cabe señalar, no obstante, que los efectos serían heterogéneos. Por ejemplo, más de la mitad de los pensionistas verían su pensión reducida (en relación con tomar en consideración los 25 años de cotización previos a la jubilación)”, recoge el informe.
“Por otro lado, en el caso de los trabajadores que hubiesen experimentado más de un año de lagunas de cotización o de desempleo durante su vida laboral, así como en el de las pensiones en el primer y segundo cuartil, el cambio medio positivo sería más elevado”, indican los investigadores.
Las pensiones iniciales del cuartil de trabajadores con derecho a prestaciones más bajas aumentarían un 2,3% respecto el actual sistema de cálculo. En cambio, los pensionistas en el cuartil con derecho a prestaciones más elevadas se verían perjudicados, con una reducción del 1,7% de su pensión.
“La posibilidad de descartar los años más desfavorables en el cálculo de la pensión beneficiaría, relativamente, a los trabajadores afectados por lagunas de cotización o períodos de desempleo, así como a las pensiones por debajo de la mediana, de modo que la desigualdad en la cuantía de las nuevas prestaciones sería ligeramente menor que la resultante de un esquema que utilizase los 25 años previos a la jubilación”, concluyen los investigadores.