La Comisión Europea ha decidido seguir adelante con la imposición de aranceles a los coches eléctricos que se fabrican en China y comienzan a aplicarse este viernes 5 de julio. Las nuevas tasas se suma al 10% que ya tenían y oscilan entre el 17,4% y el 37,6% en función de las marcas. Las represalias del gigante asiático al anuncio de Bruselas no tardaron en llegar y han reavivado la guerra comercial: Pekín ha amenazado con devolver el golpe con impuestos a la carne de cerdo (especialmente perjudicial para el comercio español), a algunas bebidas alcohólicas, como el coñac francés, y a los vehículos de lujo, que buscan dañar a la industria automovilística alemana.
¿Por qué se ha producido la decisión?
La Comisión Europea inició en octubre una investigación sobre los subsidios del Gobierno chino a la fabricación de vehículos eléctricos. “Los mercados globales ahora están inundados de coches eléctricos chinos más baratos. Su precio se mantiene artificialmente bajo gracias a enormes subvenciones estatales. Esto está distorsionando nuestro mercado”, dijo Ursula von der Leyen en el Parlamento Europeo.
El resultado de esa investigación fue que, efectivamente, existe una competencia desleal porque China subvenciona todas las fases del proceso de fabricación de vehículos eléctricos (desde la extracción del litio en las minas hasta el envío a suelo europeo) permitiendo que se vendan a precios excesivamente más bajos que los que se fabrican en Europa. El cálculo es que los coches eléctricos de procedencia china alcanzarán el 25% del mercado europeo este mismo año.
¿Cuánto se encarecerán los coches de China?
Bruselas ha impuesto tres tipos de aranceles distintos. Uno del 20,8% para las compañías que han colaborado con la investigación y del 37,6%, para las que no lo han hecho. También se aplican tipos específicos para algunas empresas: BYD estará sometida a un 17,4%; Geely, al 19,9%; y SAIC, fabricante de MG, al 37,6%. Según informa la Comisión Europea, Tesla ha presentado una “solicitud justificada” y podrá recibir un tipo “calculado invididualmente en la fase definitiva”.
En términos prácticos, un coche BYD que cueste unos 40.000 euros tendrá un extra de unos 7.000 euros. Si el vehículo es del mismo precio pero MG, el encarecimiento sería de unos 15.000 euros. Lo que consideran en la Comisión Europea es que China tiene capacidad de absorber los aranceles sin perder ventaja competitiva en los precios respecto a sus rivales europeos.
¿Cuándo comienzan a aplicarse los aranceles?
El Diario Oficial de la UE publicó el jueves la imposición de los nuevos aranceles a los coches eléctricos fabricados en China. Desde entonces, este viernes 5 de julio ya están sujetos a una mayor imposición, aunque si el coche fue adquirido con anterioridad con un precio cerrado no debería aplicarse.
No obstante, la decisión de la Comisión Europea, que cuenta con reticencias de gobiernos como el alemán por las represalias que puede sufrir su industria, es provisional. El Consejo de la UE, es decir, los gobiernos de los 27 tendrán que decidir este otoño si mantienen la decisión imponiendo aranceles plurianuales como conclusión de la investigación. Dentro de dos semanas hay una votación no vinculante que servirá de termómetro para la de octubre, en la que revertir la medida requiere una mayoría cualificada (es decir, un 55% de los Estados miembros que representen al menos un 65% de la población en contra de la decisión).
¿Quién está a favor y quién en contra?
Francia ha sido el país que más a favor de la imposición de los aranceles se ha pronunciado. De los grandes, también Italia y España los respaldan. Juntos rozal el 40% de la población europea. República Checa, Grecia, Irlanda y Polonia aún están debatiendo la cuestión, según informa la agencia Reuters, y Alemania apuesta por una solución negociada con Pekín. Uno de los argumentos de los detractores es que aumentar el coste para los consumidores va en contra del objetivo de la neutralidad climática en 2050.
¿Tienen represalias los aranceles?
La decisión de la Comisión Europea, que se produce después de los aranceles de un 100% impuestos por Estados Unidos, enfadó al Gobierno chino y ha desatado un nuevo episodio de guerra comercial con la UE. La primera reacción fue el anuncio de una investigación a la importación de cerdo y los perjuicios que estas compras supuestamente provocaron al sector chino entre 2020 y 2023.
En el proceso, iniciado en teoría a raíz de una denuncia de la Asociación China de Ganadería, se revisarán productos como carne de cerdo o casquería, tanto refrigerados como congelados, así como grasa de ese animal y derivados de ella o de vísceras.
El sector porcino es especialmente relevante para la economía española. Según los datos de la patronal Interporc, España exportó a China más de 560.000 toneladas de productos de cerdo por valor de 1.223 millones de euros, lo que convirtió al país asiático en el destino del 20,33% de las ventas exteriores de porcino, aglutinando el 13,7% del valor total.
Pero no sólo le pasará factura a España. China también ha puesto en la diana a algunas bebidas alcohólicas, como el brandy o el cognac. Lo hizo en el mes de marzo, cuando avanzaba la investigación comunitaria sobre los vehículos eléctricos. Eso ha puesto en pie de guerra al sector, especialmente de Francia, al igual que a la industria alemana ante la posibilidad de que el gigante asiático castigue a los automóviles de lujo.