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Arias Cañete, el segundo comisario que más veces se ha reunido con lobbys, se despide de Bruselas

El presidente de Repsol, Antonio Brufau, abre la V edición de Energy For Europe en Bruselas, con Miguel Arias Cañete, el 3 de octubre de 2019.

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

444 reuniones, 219 organizaciones y 996 lobistas. Es el registro de visitas de Miguel Arias Cañete, comisario saliente de Acción Climática y Energía realizado por Integrity Watch, una entidad que se dedica a contabilizar las reuniones con lobbys de los comisarios y de los más altos funcionarios del Ejecutivo comunitario. 

Así, Cañete ha sido el segundo comisario que más reuniones con grupos de interés ha mantenido desde enero de 2015, seguido del comisario de Presupuestos, el alemán Günther Oettinger.

El Observatorio Empresarial Europeo (Corporate Europe Observatory), una organización radicada en Bruselas que se dedica al control de los numerosos lobbys y grupos de poder que rodean las instituciones comunitarias –hay casi 12.000 inscritos–,  describía así al español en Bruselas: “La trayectoria del Comisario de Clima y Energía, Miguel Arias Cañete, en la industria petrolera de España le convierte en un objetivo fácil para las empresas energéticas españolas. Entre los lobistas con los que se ha reunido más a menudo están Iberdrola y Naturgy  de un total de 269 reuniones con lobistas empresariales entre diciembre de 2014 y octubre de 2018, 100 fueron con lobbies españoles (37%), entre los que se encontraron Telefónica y Banco Santander”.

Desde noviembre de 2014, las reuniones que los comisarios y altos funcionarios celebran con los lobbies se publican en el registro de transparencia. Pero no se aplican normas similares a las representaciones permanentes de los Gobiernos nacionales ante la UE, y tampoco hay transparencia acerca de las reuniones del Consejo de la Unión Europea y del Consejo Europeo –los gobiernos de la UE–.

De los datos de Integrity Watch también se desprende otro dato, y es que la segunda persona con más reuniones con lobbys –situado entre los comisarios Oettinger y Cañete– es alguien del departamento del comisario español, Dominique Ristori, director general de Energía de la Comisión Europea. Ristori ha mantenido 567 reuniones, con 252 organizaciones y 986 lobistas.

Este lunes comienza en Madrid el COP25, la cumbre del clima que debe reforzar los compromisos para cumplir con las reducciones de emisiones pactadas en París en 2015. Y precisamente el comisario de Acción Climática y Energía con quienes más se ha reunido ha sido con las grandes empresas de la industria fósil.

Según recoge el Corporate Europe Observatory (CEO) y el registro de reuniones de Cañete, una tercera parte de ellas ha sido con representantes de la industria fósil. Precisamente Cañete vendió sus acciones en dos petroleras antes de ser investido miembro del equipo de Jean-Claude Juncker, lo que le generó fuertes críticas.

“Cañete se ha reunido con quien se lo ha pedido, y ha puesto especial atención a las ONG”, aseguran fuentes de la Comisión, que matizan las connotaciones de las reuniones con lobbys: “Con muchas empresas se ha discutido sobre cómo contener el cambio climático”.

Desde que Jean-Claude Juncker llegó a la presidencia de la Comisión Europea, el 1 de noviembre de 2014, “las cinco grandes compañías de combustibles fósiles y sus lobbys han tenido 327 reuniones oficiales con los comisarios europeos, sus gabinetes y sus directores generales. Eso es más de una por semana”, explica un informe de Greenpeace, Corporate Europe Observatory, Friends of Earth y Food and Water.

Los comisarios, junto con sus gabinetes, que más reuniones han tenido con las cinco principales multinacionales de los combustibles fósiles son, según los datos aportados en el documento: el comisario español de Energía y Acción Climática, Miguel Arias Cañete, con 51 reuniones; el comisario de Unión Energética, Maroš Sefcovic, 44 reuniones; la comisaria de Mercado Interior e Industria, Elżbieta Bieńkowska, 20 reuniones; el vicepresidente Frans Timmermans, 13 reuniones. Además, el director general de Energía, Dominique Ristori, ha tenido 54 reuniones.

“El gasto total en lobby durante la Comisión Juncker (2014-2019) de las cinco grandes empresas y sus colectivos han ascendido a 162,9 millones”, afirma la investigación.

El acceso a la toma de decisiones sobre energía y clima es clave para estas empresas, que declaran tener en nómina 200 lobistas, que son fundamentales para amplificar los mensajes de la industria y hacerlos llegar a los legisladores, explican las entidades.

Eso sí, en Bruselas siempre se comenta una práctica habitual entre comisarios y altos funcionarios: separar en la web de transparencia de la Comisión Europea los encuentros con ONG, aunque sean el mismo día y a la misma hora. Por ejemplo, si un día un comisario ha entrevistado con la CEOE, la patronal del cemento, la de la cogeneración, la de grandes consumidores de energía, la de componentes de automoción y la de aparatos de refrigeración las agrupa todas en una sola visita. Pero si se trata de ONG, se apuntan una a una en la agenda aunque compartan cita y espacio.

Además, según ha publicado EUobserver, los dos comisarios que se reúnen con mayor frecuencia con lobbys –Oettinger y Cañete– no hicieron actas ni tomaron notas de 14 reuniones con compañías como Goldman Sachs, Statoil, Suez y Peugeot. EUobserver solicitó (en dos solicitudes separadas) documentos relacionados con siete reuniones celebradas por Oettinger y otras siete celebradas por Cañete. Pero sin éxito: Jordi Ayet Puigarnau, director del registro de la Comisión, envió a EUobserver una carta de fecha 6 de agosto, en la que decía que la Comisión había llevado a cabo una “búsqueda exhaustiva de documentos” y no poseía “más documentos”.

Duro recibimiento

Cañete llegó a la Comisión Europea después de sudar mucho en el examen que le hizo el Parlamento Europeo, entre otras cosas porque vio obligado a modificar a última hora la declaración de intereses económicos que presentó para incluir un sobresueldo que el PP le pagaba por presidir el Comité Electoral. El entonces aspirante a comisario de Energía y Cambio Climático no reflejó en la declaración previa que había percibido ingresos del partido por presidir este comité de 2008 a 2011.

En el primer documento, Cañete reconocía haber recibido pagos como ministro de Agricultura, diputado, abogado, tertuliano en la Cope y como presidente del consejo de administración de dos petroleras. También admitía “ocupaciones” en la Fundación FAES y en la Fundación RACE.

El examen de Cañete fue particularmente duro,  y su desarrollo no presagió el holgado resultado que el exministro de Agricultura logró para ser investido, fruto del gran pacto entre socialistas y populares europeos (aunque no incluyó al PSOE esta vez). Durante tres horas del 1 de octubre de 2014, Cañete tuvo que contestar a 45 preguntas, siendo las primeras las más difíciles al ir dirigidas a los intereses de sus familiares. “No considero a mi cuñado un miembro directo de mi familia”, llegó a contestar en una ocasión. En la segunda parte del hearing, más técnica, Cañete demostró haberse aprendido la lección y respondió más relajado.

Cinco años después, Cañete deja Bruselas como el segundo comisario que más veces se ha reunido con lobbys.

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