La nueva negociación de la reforma del subsidio de paro, tras quedar tumbada en el Congreso por el 'no' de Podemos, ha reavivado una reclamación del colectivo de autónomos: poder cobrarlos. Especialmente, el destinado a mayores de 52 años, por las dificultades de las personas de edad más avanzada que se quedan sin empleo para encontrar uno nuevo. UATAE, ATA y UPTA exigen que los autónomos puedan acceder a este derecho de los asalariados, que no obstante tienen regímenes distintos de cotización en materia de desempleo y cese de actividad, como se conoce al llamado “paro de los autónomos”.
Los colectivos de autónomos ya han lanzado varias peticiones públicas a Trabajo para que les incluya en esta negociación, como UATAE, donde indican que aún no han recibido respuesta del departamento de Yolanda Díaz. Fuentes del Ministerio responden a elDiario.es que “el ámbito de la reforma del desempleo asistencial es el trabajo por cuenta ajena”. “El cese de actividad correspondería a la Seguridad Social abordarlo”, añaden.
La protección por desempleo cubre a los asalariados ante los despidos, cuando se quedan sin trabajo por decisión de su empresa. Para ello, deben haber cotizado por desempleo cierto tiempo, en función del cual tienen acceso a la prestación contributiva de paro (a partir de un año de trabajo en los últimos seis) o a una protección denominada “asistencial”. Esta última son los subsidios de paro, en caso de agotar la prestación o de no haber cotizado lo suficiente para esta, mientras se cumplan ciertos requisitos, como límites de renta. En el caso de subsidio para mayores de 52 años se requiere cumplir las condiciones para acceder a una pensión contributiva. Es decir, haber cotizado 15 años, al menos dos en los últimos quince.
Los autónomos por su parte tienen una prestación diferente llamada “cese de actividad”, una vez han cotizado al menos un año en los últimos dos ejercicios, que cubre a los trabajadores cuando sus negocios cierran o cuando estos reducen mucho su actividad. Esta última opción, así como otras modalidades de 'paro' de los autónomos similares a los nuevos ERTE de Mecanismo Red, fueron ampliadas en la última reforma que modificó las cuotas para este colectivo.
Cuando agotan esta prestación por cese de actividad o no cotizaron lo suficiente para ella, los autónomos no tienen un subsidio específico por cese, sino que en caso de necesidad tienen que recurrir a otras ayudas sociales, como el ingreso mínimo vital (IMV) o las rentas mínimas autonómicas.
UATAE, ATA y UPTA están reclamando que se incluya a los autónomos también en la protección asistencial por desempleo y, sobre todo, en este subsidio para mayores de 52 años que gestiona Trabajo.
Sistemas de cotización muy diferentes
Hay que recordar que los autónomos y los asalariados por cuenta ajena son trabajadores con características diferentes y pertenecen a dos regímenes de la Seguridad Social distintos. Así, sus cotizaciones para la pensión o el desempleo (cese de actividad) son diferentes, de mayor cuantía en el caso de las personas asalariadas y que luego dan derecho a una mayor protección social.
Los autónomos tradicionalmente han cotizado menos y han tenido también una escasa protección social. Con los años, se han ido reforzando ambas cuestiones, pero todavía hay una brecha con los asalariados. Desde el año pasado los autónomos tienen la obligación de cotizar en función de lo que ganan, frente al mínimo por el que contribuía hasta ahora casi el 90% del colectivo.
Una persona que trabaja por cuenta ajena paga entre el 7% y el 8% de su base de cotización (similar al salario bruto) de cotización por desempleo. El empresario abona el 5,5% o 6,7% y el empleado paga el 1,55% o 1,6%, según si el contrato es indefinido o temporal.
Por su parte, un autónomo abona a la Seguridad Social un 0,9% de su base de cotización para la protección por cese de actividad. La cotización por cese era residual en el pasado y solo es obligatoria desde 2019, tras la reforma que aprobó la ministra Magdalena Valerio, en la que también se amplió la prestación. Por ejemplo, se duplicó los meses de posible cobro hasta los 24. Se pretendía así extender una cobertura social que había sido históricamente un fracaso, con apenas perceptores.
También es relevante que la base sobre la que se aplican estos porcentajes sigue siendo inferior en el caso de los autónomos respecto a los asalariados, hasta que se complete la reforma de cotización según “ingresos reales”. Por ejemplo, si un autónomo gana 1.300 euros puede cotizar a la Seguridad Social por una base de 951 euros mensuales en 2024, frente a una base alrededor de esos 1.300 euros en el caso de los asalariados.
Esto se traduce al final en una contribución mucho mayor al desempleo en el caso de los empleados por cuenta ajena, de unos 108 euros mensuales para un salario bruto de 1.300 euros, frente a la aportación de unos 9 euros al mes de un autónomo en el caso del cese de actividad con unas ganancias de 1.300 euros.
Foco en la “vulnerabilidad” de los mayores de 52 años
La petición de acceso a los subsidios de los colectivos de autónomos no es nueva, pero se ha intensificado ante la próxima apertura del diálogo social para la reforma del subsidio de paro. En ATA, su presidente ha afirmado que la patronal CEOE –a la que pertenece el colectivo de autónomos– pedirá en la negociación con Trabajo el acceso de los trabajadores por cuenta propia al subsidio para mayores de 52 años.
UATAE, colectivo de autónomos vinculado a CCOO, lanzó la semana pasada una propuesta de cobertura de subsidios, que calcula que podría beneficiar a unos “50.000 autónomos” con un coste de unos “250 millones de euros” cada año. Los mayores de 52 años serían la gran mayoría, “unos 40.000”, explica Antonio García, técnico de UATAE.
En la organización dirigida por María José Landaburu consideran que, más allá de abordar debates sobre un posible aumento de la cotización por cese y la mejora de la prestación contributiva, en este caso la discusión gira en torno “a una protección asistencial”, de la que consideran que no hay justificación para dejar fuera a los autónomos aunque su cotización sea inferior.
UATAE destaca sobre todo “la vulnerabilidad” de los autónomos mayores de 52 años que se ven obligados a echar el cierre, por ejemplo muchos en el sector del comercio, y que se ven sin derecho a este subsidio después de toda una vida de trabajo y con “también como una inserción laboral muy, muy complicada”. Antonio García recuerda que las personas asalariadas con contratos a tiempo parcial también han cotizado menos por desempleo que los empleados a tiempo completo y aún así tienen derecho a este subsidio asistencial.
En UPTA, colectivo de autónomos que forma parte de UGT, también reclaman desde hace tiempo la protección para este colectivo de más de 52 años. “Los autónomos no tendremos problema en aumentar los tipos de cotización, pero no estamos dispuestos a continuar viendo cómo se aumenta la brecha de protección social entre trabajadores del régimen general y el RETA”, decía su presidente, Eduardo Abad, a finales de diciembre.
El Ministerio de la Seguridad Social por su parte se comprometió la semana pasada con los sindicatos CCOO y UGT a crear el Observatorio sobre la prestación por cese de actividad que estaba comprometido en la reforma de julio de 2022. Carlos Bravo, secretario de Políticas Públicas y Protección Social de CCOO, destaca su importancia para comprobar si mejora el acceso al 'paro de los autónomos' y cómo evoluciona la cotización por ingresos reales.
Según los datos publicados por la Seguridad Social, en 2023 se reconocieron 8.555 ceses de actividad. En 2019, antes de la última reforma de la prestación y de las ayudas extraordinarias de la pandemia, su número se situaba en 1.226, por lo que se han multiplicado por siete los beneficiarios.