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La Autoridad fiscal propone que la UE defina un objetivo de deuda para cada país

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero.

Daniel Yebra

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La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha presentado este viernes su propuesta para la reforma del marco de gobernanza fiscal de la Unión Europea (UE), tras ser suspendido el anterior en 2020 por la pandemia. La proposición renuncia al control del déficit (el desequilibrio entre ingresos y gastos del estado) como principal límite y también al objetivo de una ratio de endeudamiento del 60% sobre el PIB (Producto interior bruto), totalmente alejada de la realidad económica de este momento de históricos esfuerzos presupuestarios.

En cambio, pide que los gobiernos fijen una meta de deuda y de gasto para cada legislatura, que sea aprobado por las autoridades europeas y que se pueda modificar bajo circunstancias excepcionales, como el propio shock de la COVID o la actual crisis energética por la invasión rusa de Ucrania. El Ejecutivo proyecta en este contexto que el endeudamiento baje del 110% en 2025, y que el déficit sea inferior al 3% en ese mismo horizonte.

El calendario marca que el 9 de noviembre la Comisión Europea trasladará su proposición para las nuevas reglas fiscales, que iría en la línea de explicada por la AIReF, según la propia institución. Y el debate planteado, “incluso desde antes de la pandemia”, parte de establecer “objetivos de medio plazo que se puedan cumplir y que tengan un compromiso político, frente a metas a corto que si no se cumplen no pasa nada”.



Para ello, la AIReF cree esencial que se establezcan “objetivos diferenciados, porque no es la misma situación la de Italia que la de Alemania”, y que utilizar “una regla de gasto, que es el elemento que más controlan los gobiernos”. Por supuesto, con una clausula de escape, que permita modificar la meta bajo circunstancias excepcionales.

El “ancla” para el endeudamiento para cada país, según lo denomina la AIReF, sería variable según medidas de ingresos y según cambiara la factura de la deuda, que depende de los tipos de interés y de la estrategia de política monetaria marcada por el Banco Central Europeo (BCE).

“El marco actual, suspendido por la pandemia, es extremadamente complejo y pro cíclico, contractivo en recesiones, y expansivo en fases de crecimiento económico”, continúa la Autoridad fiscal, que la califica de “poco eficaz”.

“La reglas fiscales han sido cortoplacistas hasta el momento, condenadas al déficit”, añade. Como ejemplo, han recurrido al año 2010, cuando se acordó con la UE una política fiscal con un objetivo de déficit del 2,2% en otoño de 2009, y el año fue mucho peor de lo esperado.

“Mantener ese objetivo de déficit supuso una política expansiva muy intensa de los Presupuestos”, lamentan en la institución. Desde entonces, “los objetivos de déficit se cambiaron 6 veces entre 2009 y 2019 desde el diseño de los Presupuesta hasta su ejecución”, recuerdan. Por eso, ven importante “que sea cada gobierno comprometa una trayectoria fiscal vinculante al inicio de la legislatura”.

En un plano más técnico, “el ancla de endeudamiento” debe tener en cuenta: nivel de partida, las proyecciones tendenciales de ingresos y gastos y el pasado. Mientras que la AIReF descarta “un mecanismo sancionador, ya que nunca se han aplicado, primero porque Alemania y Francia no han cumplido con las reglas fiscales en muchas ocasiones, después porque políticamente es complicado para la Comisión Europea. Debería servir el coste reputacional”, concluye.

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