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Los líderes de la UE llegan a un acuerdo limitado para rebajar el precio del gas ante las dudas de Alemania a poner topes

El primer ministro italiano, Mario Draghi; el canciller alemán, Olaf Scholz; el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; la primera ministra danesa, Mette Friedrichson; y el primer ministro letón, Arturs Krišjānis Kariņš.

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —
21 de octubre de 2022 03:19 h

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El país más poderoso de la Unión Europea y, a la vez, el más vulnerable al gas ruso, está frenando avances en la búsqueda de un tope al precio del gas. Alemania, que acaba de anunciar 200.000 millones de euros para ayudar a empresas y familias, prefiere pagar el gas caro a intervenir en el precio por temor a que aumente el consumo o peligre el suministro.

Pero hay al menos 15 países, que representan más del 65% de la población europea, que llevan semanas pidiendo esos topes al precio del gas. Sin embargo, las últimas propuestas de la Comisión Europea, presentadas el martes, no llegaban tan lejos, a pesar de las directrices de la cumbre informal de Praga de hace dos semanas.

Y lo que ha aprobado este jueves a las dos de la madrugada el Consejo Europeo es dar el visto bueno a esas propuestas de Bruselas, que consisten básicamente en poner en marcha la compra conjunta de gas, que España empezó a pedir hace un año, por ejemplo, y que se considera una herramienta que puede ser útil para comprar más barato. Y, al mismo tiempo, dar una patada hacia adelante con las medidas que suponen intervenir en los precios: el índice temporal de precio dinámico mientras se instituye un nuevo índice europeo complementario al TTF por contaminar negativamente el precio del gas natural licuado, que cada vez tiene más presencia en el mercado europeo por la sustitución del gas de tubería ruso.

“Valoramos que se hayan aprobado las conclusiones en materia de energía”, han dicho fuentes del Gobierno español, “pero seguimos defendiendo que es necesaria una mayor ambición”.

Todas estas invitaciones a la Comisión Europea y a lo ministros de Energía de los 27 para estudiar las nuevas propuestas de forma urgente y volver con “decisiones concretas” vienen rodeadas de múltiples salvaguardas, a petición de Alemania, que piensa en una nueva cumbre extraordinaria en noviembre –después del consejo de Energía del martes próximo–, y su socio habitual, Holanda.

“El Consejo Europeo pide al Consejo y a la Comisión que presenten urgentemente decisiones concretas relativas a las siguientes medidas adicionales, así como a las propuestas de la Comisión, tras evaluar sus efectos en particular sobre los contratos existentes, incluida la no afectación de los contratos a largo plazo, y teniendo en cuenta las distintas combinaciones energéticas y circunstancias nacionales”, dicen las conclusiones.

Y añaden con respecto a la extensión a la excepción ibérica: “Un marco temporal de la UE para poner un tope al precio del gas en la generación de electricidad que incluya un análisis de costes y beneficios, sin modificar el orden de mérito, al tiempo que se evita un aumento del consumo de gas y se hace frente a las repercusiones financieras y distributivas y sus efectos sobre los flujos fuera de las fronteras de la UE”.

“Los líderes han apoyado la idea de que las empresas puedan crear consorcios para las compras conjuntas”, ha dicho la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen: “El foco estaba en cómo limitar los precios excesivos, el debate sobre los precios del gas y el índice holandés TTF, que ya no refleja la situación del mercado. Vamos a desarrollar un nuevo índice y, mientras, vamos trabajar para establecer un mecanismo de corrección para evitar los precios excesivos y haya un orden. Vamos a hacer consultas para hacer operativo ese mecanismo.

Según las conclusiones, se aprueban “las compras conjuntas voluntarias de gas —salvo la agregación vinculante de la demanda por un volumen equivalente al 15% de las necesidades de llenado de depósitos, en función de las necesidades nacionales [lo cual habilita a Hungría para quedarse fuera, según ha anunciado Viktor Orbán]— y la aceleración de las negociaciones con socios fiables para buscar asociaciones mutuamente beneficiosas aprovechando el peso comercial colectivo de la Unión y utilizando al máximo la Plataforma de Energía de la UE, abierta también a los Balcanes Occidentales y los tres socios de la Asociación Oriental”.

Von der Leyen ha añadido: “La semana que viene vamos a prolongar y adaptar el marco temporal de crisis para posibilitar a los Estados miembros apoyar a las empresas respetando las reglas comunes, como prórroga de ayudas públicas, apoyar a empresas, reducir demanda de electricidad, esto se decidirá la semana que viene en el colegio”.

“También está la posibilidad de apoyar a los hogares y empresas vulnerables”, ha dicho la presidenta el Ejecutivo comunitario: “Ha habido debates intensos, constructivos, con una voluntad de llegar a una conclusión. Los Estados miembros tienen distintas prioridades, es un gran paso adelante”.

Los 27 líderes de la UE, también, reiteran la petición a Bruselas para vuelva con propuestas para “mejoras en el funcionamiento de los mercados de la energía para aumentar la transparencia de los mercados, aliviar las tensiones de liquidez y eliminar los factores que amplifican la volatilidad de los precios del gas, si bien garantizando que se preserve la estabilidad financiera”. Es decir, la reforma del mercado eléctrico, que se espera para el primer trimestre de 2023.

Por otro lado, los 27 jefes de Estado y de Gobierno no concretan el debate sobre un nuevo fondo europeo para hacer frente a la crisis energética y la transición económica. Y aprueban “la movilización de los instrumentos pertinentes a escala nacional y de la UE. La prioridad es proteger los hogares y las empresas, en particular los más vulnerables de nuestras sociedades. Es también esencial preservar la competitividad de la Unión. Deben movilizarse todos los instrumentos pertinentes a escala nacional y de la UE para aumentar la resiliencia de nuestras economías, al tiempo que se preserva la competitividad mundial de Europa y se mantiene la igualdad de condiciones y la integridad del mercado único. Destaca la importancia de una estrecha coordinación y de soluciones comunes a nivel europeo, cuando proceda, y se compromete a lograr nuestros objetivos estratégicos con unidad. El Consejo seguirá supervisando de cerca la evolución de la situación económica y está resuelto a continuar reforzando nuestra coordinación, para dar una respuesta estratégica decidida y ágil”.

Los ministros de Energía de los Veintisiete serán los que desarrollen los aspectos “muy técnicos” del acuerdo político alcanzado por los líderes, explicó en rueda de prensa la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quien aseguró que la UE no tiene “tabúes” en el debate energético.

“Nuestro primer objetivo es hacer bajar los precios del gas”, dijo el presidente francés, Emmanuel Macron, quien señaló el acuerdo para trabajar en una propuesta para crear un “corredor de precios dinámico y temporal para las transacciones de gas natural”. Si funciona, el coste de la energía bajará “mecánicamente”, dijo Macron.

“Es como ir a un bar y decirle al camarero que quieres pagar la mitad por la cerveza. No va a ocurrir. Los clientes no pueden reducir los precios de la energía. Sólo la diversificación y la competencia pueden”, decía por su parte en tuiter el primer ministro húngaro, Viktor Orbán.

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