Para el común de los mortales WhatsApp probablemente sea la aplicación predilecta para comunicar de forma rápida con familiares, amigos y allegados. Para su dueño, desde 2014, el gigante informático estadounidense Facebook, es más que eso. En la empresa del magnate Mark Zuckerberg, albergan el anhelo de que WhatsApp transcienda y pase a ser un mayor negocio y una más relevante fuente de ingresos.
“La esperanza es que las empresas algún día utilicen WhatsApp como, de facto, su página web, permitiendo a los consumidores mirar a través de ella sus catálogos, hacer compras e interactuar directamente con las compañías de servicio al cliente a través de la aplicación”, según han explicado en la agencia de información económica estadounidense Bloomberg.
Dicha explicación llegaba a finales del año pasado, cuando se hacía pública la compra de Facebook de Kustomer. Esta start-up neoyorquina, con algo más de 200 empleados, ha de servir ahora a Facebook, ayudando a empresas a mantener sus conversaciones con sus clientes. Según las cuentas de Facebook, citadas por el diario económico estadounidense The Wall Street Journal, nada menos que 175 millones de personas utilizaban a finales de 2020, cada día, WhatsApp con fines comerciales.
En este contexto, el know-how de Kustomer parece de obvio interés para Facebook. Sin embargo, Kustomer tenía un precio. En su momento, la empresa de investigación de mercados PitchBook Data, con sede en Seattle (Estados Unidos), valoraba la start-up en 710 millones de dólares (unos 600 millones de euros). Los datos de la compra de Facebook que trascendieron en la prensa a finales del año pasado son de 1.000 millones de dólares (unos 847 millones de euros).
Ese montante es, más o menos, lo mismo que costó Instagram a Facebook en 2012. Pero ese montante también es un problema, al menos en Alemania.
Tanto es así que la Oficina Federal de Cárteles, organismo alemán dedicado a la preservación del buen funcionamiento del mercado, ha puesto a Facebook en el centro de su interés a cuenta de la compra de Kustomer. Hace unos días, dicha autoridad germana hacía saber que está estudiando si Facebook realizó esa compra como es debido. En concreto, la cuestión que se estudia es si Facebook estaba o no obligada a cumplir con el registro obligatorio a cumplimentar cuando una adquisición de este tipo supera los 400 millones de euros.
“Hay que aclarar si la operación tiene repercusiones nacionales”
Según el reciente comunicado emitido por la Oficina Federal de Cárteles sobre esta iniciativa contra Facebook, “el alto precio de compra en estos casos de adquisición suele ser un signo de ideas empresariales innovadoras con un alto potencial competitivo en el mercado”. “Por lo tanto, en lo que respecta a la protección del potencial de innovación y de la competencia en materia de innovación en los mercados tecnológicos”, se “pueden requerir un examen preventivo con arreglo a la legislación sobre control de concentraciones”, se lee en dicho texto.
Además, “hay que aclarar si la operación tiene repercusiones nacionales y si la empresa objeto de la misma tiene una actividad significativa en Alemania”, mantienen en la Oficina Federal de Cárteles.
Por todo esto el diario económico germano Handelsblatt considera que “la Oficina Federal de Cárteles pone otra vez a Facebook en su punto de mira”. Esa autoridad alemana interviene ahora ante Facebook consciente de que en la economía digital se están dando de un tiempo a esta parte concentraciones que han de ser vigiladas de cerca.
“Especialmente en la economía digital hay muchos mercados que ya están muy concentrados. Por eso es inevitable un control riguroso”, según ha dicho a cuenta de la compra de Kustomer a cargo de Facebook el presidente de la Oficina Federal de Cárteles, Andreas Mundt.
El organismo que preside Mundt tiene pendiente otro caso separado contra los grandes de Internet – Google, Amazon, Apple y, cómo no, Facebook – donde se está analizando si dichas firmas cuentan con una “relevancia interseccional de mercado” que podría desencadenar en la prohibición de algunas prácticas de negocio de estas empresas. La compra de Kustomer, por tanto, se añade a esa espinosa cuestión abierta en Alemania.
Ahora bien, con el tema de Kustomer no sólo pude pincharse Facebook en Alemania. Resulta que la Comisión Europea también se está ocupando del caso.
Oros asuntos de competencia pendientes
Según informaba la semana pasada la agencia británica Reuters, la autoridades competentes en Bruselas realizan actualmente una revisión preliminar del caso. Terminarán el próximo lunes 2 de agosto. A ese proceso seguirá “una investigación de 90 días” de los responsables comunitarios, según Reuters.
Facebook, que en su momento no hizo públicos los términos de la compra de Kustomer, tampoco respondió a las preguntas de la prensa estadounidense sobre la adquisición al dar cuenta de la misma. Está por ver si la iniciativa de la Oficina Federal de Cárteles aclara todo cuanto antes quedó oculto o si tiene mayores repercusiones.
No sería la primera vez que Facebook encuentra problemas en suelo germano. A principios de 2019, dicho organismo alemán ya prohibió a Facebook fusionar los datos de los usuarios de la red social que lleva su nombre, los de Instagram y los de WhatsApp. La empresa estadounidense aún pelea por hacer lo que quiere frente al organismo teutón. Lo hace en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
Con ese caso aún sin resolver, la compra de Kustomer se añade a la lista de asuntos por los que Mark Zuckerberg y compañía han de preocuparse en Alemania.