Los bancos reducen sucursales bancarias y aumenta su rentabilidad. El último informe del Banco Central Europeo sobre estructuras bancarias señala que entre 2008 y 2016 el número de sucursales en la zona del Euro se redujo un 20%, lo que “sugiere que la eficiencia general del sistema mejoró en el periodo entre 2008 y 2016”. Este recorte no ha recaído de igual forma en todos los países, casi la mitad se debe a España, según el mismo documento, que señala que otras gran economías como Alemania, Italia, Países Bajos y Francia también contribuyeron “significativamente” a este descenso. En cada aparición pública, Mario Draghi hace el mismo llamamiento a la banca: fusionarse y mejorar la rentabilidad. Y el proceso de consolidación sigue su curso.
La reestructuración del sistema de cajas de ahorros en España durante la crisis tiene mucho que ver con esto. La quiebra de estas acabó con fusiones, adquisiciones por otros bancos y en definitiva, con una reducción del número de sucursales y de empleados. La crisis se ha saldado con un recorte de 81.500 puestos en el sector, según los datos del Banco de España y un descenso del número de oficinas de alrededor del 30%. En diciembre de 2008, el sector contaba con 270.855 empleados en las entidades de depósitos que se han quedado en 189.280 a cierre de diciembre de 2016.
Unos recortes que, por lo que parece, todavía no han tocado fondo. A las nuevas uniones de bancos en curso –como Banco Santander con Popular o la fusión entre Bankia y BMN– se suma el proceso imparable de la digitalización. Todo, en un entorno de tipos de interés al mínimo, lo que complica el negocio bancario tradicional de tomar dinero barato y prestarlo caro.
“Hay margen de recorte porque la banca española presenta unos niveles de rentabilidad inferiores a los que pide el inversor (coste de captar capital)”, explica Joaquín Maudos, director adjunto del Ivie y catedrático de la Universidad de Valencia. “La rentabilidad es reducida por el entorno de bajos tipos, el elevado importe de activos improductivos y por las exigencias regulatorias. Este entorno complicado obliga a la banca a reducir costes, y eso conlleva cierre de oficinas y recorte de empleo”, añade.
Entre los últimos cierres de oficinas y recortes personal anunciados está el caso de EVO Banco. La entidad prevé cerrar 39 de sus sucursales dejando solo cinco abiertas, en una reestructuración que se llevará por delante a entre 260 y 270 trabajadores. Esto se traduce en un 90% de la red y alrededor de un 60% de la plantilla. La entidad asegura que esto se incluye dentro de un “profundo proceso de renovación tecnológica e innovación financiera” en una estrategia de “transformación digital”.
A estos números puestos ya sobre la mesa, se sumarán los que salgan de la integración de Popular en el Grupo Santander y de la fusión de Bankia con BMN. El consejero delegado de Santander, José Antonio Álvarez, apuntaba en la última presentación de resultados del pasado 26 de octubre que se reunirían “en las próximas semanas” con los sindicatos para hablar sobre la reestructuación de los servicios centrales tras la compra de Banco Popular. Álvarez señaló que esto se centraría por el momento en los servicios centrales, ya que, para la integración de sucursales hay que esperar hasta que se produzca la integración tecnológica prevista para 2019.
Unos primeros contactos que comenzarán el viernes 3 de noviembre cuando los sindicatos han sido convocados para una reunión informativa en la que esperan que se les informe sobre los planes previstos tras la adquisición de Banco Popular. Santander ya anunció el año pasado un recorte de empleo (que se saldó en parte con prejubilaciones) y un cierre de oficinas.
También sigue su curso la fusión Bankia y BMN. La nueva entidad resultante tras la fusión contará con 2.515 oficinas tras la fusión, un 36% más, ya que a las 1.855 sucursales con las que cuenta ahora habrá que sumar las 660 de BMN. Todavía no hay cifras de empleos en peligro porque hasta que no se produzca las autorizaciones pertinentes no pueden comenzar las negociaciones con los sindicatos. Hay que tener en cuenta, que ambas entidades han pasado ya por ajustes de plantillas después de haber sido rescatadas por el Estado.
Otra de las integraciones que vive el sector es la de EspañaDuero –conocida también por su nombre mercantil como Banco CEISS– dentro de Unicaja que se anunció el viernes pasado en un proceso largo al que todavía le queda tiempo para materializarse y donde EspañaDuero mantendrá su nombre comercial. En el comunicado enviado tras este acuerdo, la consejera delegada de EspañaDuero, María Luisa Bombardero, señalaba que “el proceso que ahora se inicia representa una evolución lógica y esperada. Se trata de una evolución que ya está asumida por nuestros clientes y por nuestra plantilla”.
Concentración bancaria
A pesar de la reducción del número de oficinas y los recortes de empleados, España sigue siendo uno de los países de la zona del Euro más bancarizados. Los datos de 2016 muestran que a pesar de la reducción vivida, España está en los países de cabeza en sucursales por habitantes. Nuestro país tiene una sucursal por cada 1.613 habitantes (en 2007, había una por cada 986 habitantes).
Respecto a si esto cambiará en el futuro, Maudos señala que “debe cambiar”. “España es uno de los países de la eurozona con mayor densidad de oficinas (en relación a la población) y el país de la UE29 con oficinas más pequeñas en términos de trabajadores por oficina. En ese contexto, es obvio que sobran oficinas. Informes recientes del FMI, BdE y BCE recomiendan ajustar aún mas la red de oficinas”.
Los datos del BCE muestran que España solo es superado por Chipre donde hay una sucursal por cada 1.568. En el otro lado de la tabla, está Estonia que tiene una por cada 13.000 habitantes. Mientras que Francia tiene una oficina por cada casi 1.800 habitantes y Alemania una por cada 2.600. Otra cosa es el reparto de estas porque el fin de las cajas de ahorro ha acabado con un aumento de pueblos sin oficinas. En la actualidad, el 2,4% de la población no puede acceder físicamente a los servicios financieros de una oficina bancaria en su lugar de residencia.
“El proceso de reconversión de la banca todavía no ha acabado”, explica Agustín Nieto, responsable del sector bancario de UGT, que recuerda el proceso vivido por el sector tras la desaparición de las cajas de ahorro. Respecto a las integraciones de estas entidades, el representante del sector financiero de CCOO, Jon Sierra, asegura que observan “complementariedad” en estas uniones. Sierra señala que en el caso de Bankia y BMN era la “opción menos mala” porque hay menos superposición de oficinas, por lo que la integración de plantillas no debería producirse de manera “dramática”.
En este escenario, hay que sumar que la digitalización del sector y el aumento de las operaciones a través de Internet también tendrá efectos en el número de trabajadores. Un informe de Citi del año pasado cifraba el recorte del empleo que se vivirá en los próximos diez años en el 30% de las actuales plantillas de la banca europea y estadounidense, una caída que se incrementaría hasta el 45% si se toman las cifras precrisis.