Christine Lagarde no toca nada. De momento. Así lo ha anunciado el Banco Central Europeo tras la reunión de su consejo de gobierno: la política monetaria se queda como está a pesar de la segunda ola de la pandemia y los nuevos confinamientos en la eurozona. Eso sí, el BCE afirma que, en función de sus previsiones de diciembre, actualizará su evaluación de la situación y reajustará sus medidas.
“La recuperación está perdiendo impulso más rápido de lo esperado por el aumento de los casos de COVID-19”, ha afirmado Lagarde: “Todos los datos apuntan a un agravamiento en noviembre por las medidas de confinamiento que se están tomando contra la pandemia. No esperamos datos buenos para noviembre. El BCE estuvo para la primera ola [con su programa de compras de deudas y activos por valor de 1,35 billones] y estará en la segunda ola”.
“En el entorno actual de riesgos”, afirma el BCE, “se evaluará cuidadosamente la información, incluida la evolución de la pandemia, las perspectivas de vacunas y la evolución de los tipos de cambio. La nueva ronda de proyecciones macroeconómicas elaboradas por los expertos del eurosistema en diciembre permitirá una reevaluación exhaustiva de las perspectivas económicas y el equilibrio de riesgos. Sobre la base de esta evaluación, el BCE reajustará sus instrumentos, según proceda, para responder a la situación y garantizar que las condiciones de financiación sigan siendo favorables para apoyar la recuperación económica y contrarrestar el impacto negativo de la pandemia en la inflación”.
Lagarde también ha insistido en la necesidad de que los fondos de recuperación europeos, que están en fase de negociación con la Eurocámara, se pongan en marcha cuanto antes.
“El resurgimiento de las infecciones por coronavirus presenta nuevos desafíos para la salud pública y las perspectivas de crecimiento de la zona del euro y las economías mundiales”, ha afirmado Lagarde: “La recuperación económica de la zona del euro está perdiendo impulso más rápidamente de lo esperado, después de un repunte fuerte, aunque parcial y desigual, de la actividad económica durante los meses de verano. El aumento de casos de COVID-19 y la intensificación asociada de las medidas de contención están pesando sobre la actividad, lo que constituye un claro deterioro en las perspectivas a corto plazo. De hecho, mientras que la actividad en el sector manufacturero ha continuado recuperándose, la actividad en el sector de servicios se ha desacelerado visiblemente. Aunque las medidas de política fiscal están apoyando a los hogares y las empresas, los consumidores son cautelosos a la luz de la pandemia y sus ramificaciones para el empleo y los ingresos”.
La presidenta del BCE ha explicado que “ll PIB real de la zona del euro se contrajo un 11,8%, intertrimestral en el segundo trimestre de 2020. Tras el mínimo de abril de 2020, la economía de la zona del euro se recuperó con fuerza en el tercer trimestre, lo que supuso aproximadamente la mitad de la contracción del primer semestre de 2020. Datos recientes, resultados de encuestas e indicadores de alta frecuencia apuntan a un debilitamiento significativo de la actividad económica en el último trimestre del año. Además, la evolución económica sigue siendo desigual en todos los sectores. De cara al futuro, si bien la incertidumbre relacionada con la evolución de la pandemia probablemente frenará la fortaleza de la recuperación del mercado laboral y del consumo y la inversión, la economía de la zona del euro debería seguir apoyándose en unas condiciones de financiación favorables y una política fiscal expansiva”.
Mientras tanto, el BCE ha decidido mantener inalterables los tipos de interés, continuar con el programa de compras de emergencia pandémica (PEPP) con una dotación total de 1,35 billones de euros. “Estas compras contribuyen a flexibilizar el tono general de la política monetaria y a compensar el impacto a la baja de la pandemia en la inflación”, afirma el BCE: “Las compras continuarán realizándose de manera flexible a lo largo del tiempo hasta al menos finales de junio de 2021 y, en todo caso, hasta que juzgue finalizada la fase de crisis del coronavirus”. El Consejo de Gobierno del BCE “reinvertirá los pagos de principal de los títulos con vencimiento adquiridos en el PEPP hasta, al menos, finales de 2022”.