La Bolsa griega cede este miércoles más de un 9%, una vez formado el nuevo Ejecutivo heleno y tras el discurso del primer ministro Alexis Tsipras en la primera reunión del Consejo de Gobierno. Con los bancos como principales damnificados, con caídas superiores al 20%, la Bolsa de Atenas ha caído hasta su nivel más bajo desde septiembre de 2012 y acumula una caída superior al 15% desde el viernes, jornada previa a las elecciones del pasado domingo.
En el mercado de deuda, la prima de riesgo se ha disparado. La rentabilidad exigida este miércoles por los inversores a los bonos a diez años ha pasado del 9,4% de ayer al 10,4%, mientras que en los bonos a cinco años el interés ha subido del 11% al 13% y en el papel a tres años ha escalado tres puntos, hasta el 17%.
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, ha defendido ante sus ministros este miércoles que sus votantes le han autorizado para emprender un cambio “radical” que restaure la soberanía nacional, pero se ha comprometido a negociar con responsabilidad con los acreedores internacionales.
Tsipras, cuyo partido, Syriza, se quedó el domingo a dos escaños de la mayoría absoluta, ha fijado como prioridades hacer frente a la crisis humanitaria que sufre Grecia tras cinco años de austeridad y recortes, así como la reactivación y la creación de empleo y la reestructuración de la deuda “con los socios para una solución que beneficie a todos”. En este empeño, ha dicho que evitará los antagonismos con los acreedores de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“No entraremos en un enfrentamiento mutuamente destructivo pero no continuaremos con una política de sometimiento”, ha aseverado el primer ministro, que ha añadido que espera tener una reunión “productiva” el viernes con el jefe del eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem.
El nuevo ministro griego de Finanzas, Yanis Varoufakis, ha anunciado que tiene previsto reunirse con sus colegas europeos para lograr un acuerdo entre el país y sus acreedores que sustituya al actual programa de rescate, y ha confiado en que pueda alcanzarse un acuerdo sin llegar a “un duelo” con Europa.