Bruselas plantea fijar un precio para las renovables desacoplado del gas y recortar la demanda para bajar la factura
La Comisión Europea avanza en el análisis de cómo rebajar la factura de la luz. En un non-paper, un borrador preliminar, que ha circulado Bruselas, los técnicos desaconsejan la generalización de la excepción ibérica –tope generalizado al precio del gas–, mientras defienden que las energías renovables, más baratas, se lleven todo el margen entre el precio al que venden y el precio del mercado, marcado por la energía más cara, en este caso el gas. Y que esa diferencia, entre el precio que se le marga a las energías inframarginales y lo que están ganando ahora, se convierta en una ayuda que rebaje el precio de la factura de la luz. La propuesta fijaría un tope a las renovables y aliviaría las arcas públicas, que resienten tanto por las ayudas concedidas como por las rebajas de impuestos como la anunciada esta semana por el Gobierno español.
“Creo firmemente que ahora es el momento de un tope de precio en el gasoducto ruso a Europa”, ha dicho por su parte Von der Leyen a los periodistas en una reunión de la CDU/CSU en Murnau. “Se puede proponer un tope en el precio del gas a nivel europeo, y también existe una base legal a nivel europeo para quitar ganancias temporalmente como medida de emergencia en un momento de crisis”, ha añadido: “Estamos viendo que el mercado de la electricidad ya no funciona porque está enormemente interrumpido debido a las manipulaciones de Putin”.
En este sentido, los ministros de Finanzas del G7 han reiterado este viernes su propósito de reunir los apoyos necesarios para imponer un tope al precio del petróleo ruso, según un documento conjunto aprobado tras una conferencia virtual. Con ello se pretende “reducir los ingresos rusos por ventas de petróleo” que es una importante fuente de financiación de la guerra de invasión en Ucrania y a la vez contener el ascenso de los precios mundiales de la energía, informa Efe.
Los técnicos de la Comisión Europea, por su parte, afirman en el documento difundido por El Periódico de la Energía: “Consideramos que el paquete propuesto de intervenciones de mercado debe constar de tres componentes interdependientes”, dice el borrador, a falta del debate político dentro de la Comisión y de lo que salga de la reunión de ministros de Energía de la UE del próximo 9 de septiembre: “El primer componente tiene que ver con la reducción obligatoria de la demanda de gas prevista en el plan de la UE Ahorre gas para un invierno seguro y se centraría en lograr un tipo similar de reducción de la demanda también en lo que respecta a la electricidad”. Es decir, lo primero que pide Bruselas es gastar menos electricidad, atacar a la demanda de luz.
“El segundo tipo de intervención”, prosigue el texto, “introduciría un límite de precio para las tecnologías de generación de electricidad inframarginales [las que emplean renovables, hidráulica o nuclear], que tienen costes de operación más bajos que las centrales eléctricas a gas, con el objetivo de independizar la rentabilidad comercial de estas tecnologías del precio marginal de la electricidad”. Es decir, fijar un precio a las renovables desvinculado del gas.
De este modo, “el precio máximo inframarginal proporcionaría a los Estados miembros recursos financieros para financiar las intervenciones de precios al por menor. En este sentido, el paquete proporcionaría una mayor seguridad jurídica a los esfuerzos de los Estados miembros para proteger a ciertos tipos de consumidores del impacto de los altos precios de la electricidad a través de tarifas reguladas”.
“El efecto deseado [de rebajar la factura de la luz”, dice el documento, “solo se puede lograr con una combinación de estos componentes, donde la reducción de la demanda ayuda a mitigar la presión de los precios, y los ingresos del tope inframarginal ayudan a financiar las intervenciones orientadas al consumidor”.
Bruselas reconoce que “en el contexto específico de la Península Ibérica, la implantación de la medida parece haber generado un beneficio neto [es decir, una reducción del precio de la electricidad superior al coste para los consumidores]”.
No obstante, el documento sostiene que “si bien el mecanismo ibérico ha producido una reducción neta de los precios de la energía para los consumidores ibéricos y podría lograr tal reducción también a nivel de la UE, esto se debe en gran parte al mismo efecto inframarginal al que también apuntan otras medidas, como el tope inframarginal. Por diseño, la medida usaría recursos públicos e incentivaría el uso de gas para la generación de energía”.
Los técnicos también creen que la medida conduciría “a un aumento muy significativo en el uso de gas para la generación de energía. Este aumento en el consumo de gas se concentraría en los Estados miembros con una gran cantidad de energía a gas, algunos de los cuales se verían fuertemente afectados al mismo tiempo por una posible interrupción del suministro de gas ruso durante el próximo invierno”.
“España fue la primera en denunciar el fallo de mercado”
Fuentes del Gobierno explican que el documento “tiene elementos positivos, como reconocer que hay que actuar de manera urgente sobre el mercado porque no está funcionando adecuadamente en la situación actual. Y esto es un reconocimiento a lo que viene sosteniendo España desde hace más de un año. Ahora sabemos que la subida de precios del año pasado era porque Putin preparaba su guerra y manipulaba el mercado gasista”.
“Dijimos que eran precios excepcionales y hacían falta medidas excepcionales, pero muchos decían que el mercado funcionaba correctamente; ahora sabemos que no es así”, afirman las fuentes: “El documento propone adoptar en toda la UE un mecanismo para evitar que las centrales eléctricas que no consumen gas cobren el precio que establece el gas, obteniendo unos grandes beneficios extraordinarios, por el sistema de formación de precios de la electricidad”.
El Gobierno apunta que “España fue la primera en denunciar ese fallo de mercado y ha sido pionera a la hora de diseñar y aplicar medidas para limitar esos beneficios extraordinarios y recuperarlos para los consumidores, como ha hecho con los beneficios derivados del precio del gas (minoración de gas), de los elevados precios del CO2 (minoración del CO2), o del contagio del precio del gas a la electricidad (Mecanismo Ibérico)”.
“Nos felicitamos porque estas medidas, que han sido cuestionadas en el pasado, sean ahora propuestas por la Comisión”, dicen fuentes del Ejecutivo: “De hecho, la principal medida que se propone es equivalente a una de esas medidas, adoptada el año pasado en España: la minoración del gas. También incluye medidas para reducir la demanda eléctrica y distribuir mejor el consumo durante el día, evitando puntas de demanda que disparen los precios. España viene impulsando este tipo de actuaciones de gestión de la demanda, pero rechaza cualquier imposición de ahorro que ponga en riesgo nuestra industria. En cuanto al mecanismo ibérico, celebramos que la Comisión reconozca sus beneficios netos para los consumidores ibéricos. Aunque cada país tenga características distintas, por interconexión con los vecinos o mix de generación, creemos que el mecanismo se podría extender al resto de la UE con las previsiones adecuadas para compensar sus distintos efectos en los distintos merados nacionales”.
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