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Caída del empleo en Madrid, la crisis inflacionista y otras claves que explican la moderación del mercado laboral

La crisis inflacionista y la gran incertidumbre internacional están marcando 2022. La última Encuesta de Población Activa (EPA), correspondiente al verano, muestra que el empleo siguió al alza en este contexto adverso, aunque se evidenció una pérdida de empuje. Los trabajadores aumentaron en 77.700 personas, pero también subió el paro (60.800 desempleados) ante un gran auge de la gente dispuesta a trabajar, que no fue absorbida del todo por las oportunidades del mercado laboral. Además, algunos datos, como el mal registro en la Comunidad de Madrid, son de especial relevancia este verano al afectar a un gran número de personas. 

Con un balance de un total de 20,5 millones de personas trabajando, en máximos desde 2008, y algo menos de tres millones de desempleados, en mínimos desde ese mismo año, ahondamos en algunos de los datos más destacados de esta EPA atípica.  

1) Madrid y Murcia, un mal verano

El empleo aumentó en la mayoría de comunidades autónomas, como se puede ver en el siguiente gráfico. Aunque con un menor empuje, las regiones aumentaron sus puestos de trabajo. Sin embargo, hay dos comunidades que destacaron por presentar una notable reducción del número de trabajadores, que no es habitual en sus territorios: Madrid, con una caída del empleo del 2% y Murcia, con un descenso del 2,8% en el número de trabajadores. 

En la imagen global de la evolución de trabajadores, Madrid tiene un importante peso por reunir a un gran número de personas. El empleo descendió en 64.500 personas, mientras que en Murcia la caída se traduce en 18.300 trabajadores menos. Ambas destacan también en el aumento del paro: Madrid con un incremento de 38.300 personas desempleadas (+10,4%) y Murcia con 19.310 parados más (+19%).

Si se atiende a los sectores de actividad, el foco de pérdida de empleo en la Comunidad de Madrid se concentra en los servicios de restauración, hostelería y comercio: se destruyeron 64.000 empleos, cuando lo normal en los años prepandemia (2016-2019) es que creen 5.000 puestos de trabajo en ese sector en el tercer trimestre.

En Murcia la caída tiene dos causas principales. Por un lado, la agricultura en un verano muy marcado por la sequía, que deja una destrucción de 17.400 empleos cuando el promedio de entre 2016 y 2019 es de 6.000. Por otro, de nuevo la hostelería y el comercio, que registra un descenso de 8.000 puestos de trabajo cuando lo habitual antes de la pandemia era que destruyera unos 1.000 en los meses de verano.

Los gobiernos regionales de la Comunidad de Madrid y de Murcia, gobernadas por el PP, han mantenido un mismo discurso de críticas contra el Gobierno central. En Murcia, acusan al Ejecutivo de no aplicar “medidas eficaces” ante la difícil coyuntura económica. El Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso, que se ha atribuido el mérito de los datos cuando estos beneficiaban a la Comunidad, ha acusado en esta ocasión a la “contra-reforma laboral del Gobierno central” del “frenazo a la economía”, informa David Noriega. “Los datos en Madrid no son buenos, porque Madrid no es una isla”, ha reconocido el consejero de Economía, Javier Fernandez Lasquetty, que ha asegurado sin embargo que la región sigue “tirando” de las cifras nacionales y “haciendo que sean mejores”. La tasa de paro madrileña se sitúa en el 11,3%, frente al 12,7% a nivel nacional.

2) Mucha más gente dispuesta a trabajar

Otro de los elementos más determinantes en los datos de empleo y paro del verano es el de la población activa. El tercer trimestre registró un gran aumento de la gente dispuesta y en edad de trabajar, algo habitual en verano al ser un periodo de oferta de trabajos estacionales, pero que este año se ha dado en un gran volumen: 138.500 personas más. 

Entre ellas, gran parte es población muy joven (como es habitual cada verano), pero este años se incrementa también entre las personas entre 30 y 40 años, más de lo habitual. 

Durante muchos años, y ante los elevados registros de paro en España, la población activa no aumentaba debido a un gran número de “desanimados”. Es decir, personas en edad de trabajar y sin empleo, pero que no buscaban trabajo ante la sensación de que era imposible encontrarlo. 

Ante este gran alza de las personas en disposición de trabajar, y el menor empuje del mercado laboral, parte de esta población pasa a ser desempleada. Así, la EPA muestra por ejemplo que la cifra de parados que están buscando su primer empleo creció en 50.000 personas, un dato muy abultado que no se veía desde años de crisis. 

3) Los jóvenes, los que más han notado la desaceleración

El aumento del paro este verano ha alcanzado sobre todo a los jóvenes. Son los más perjudicados por franjas de edad. La EPA también recoge un descenso del número total de trabajadores en edades entre los 20 y 30 años, cuando el tercer trimestre suele ser un periodo de incremento. Eso sí, hasta ahora un auge de su empleo estaba muy basado en los contratos temporales, que ahora se están reduciendo tras la reforma laboral. 

El número de jóvenes parados entre 20 y 29 años ha aumentado un 20% en este tercer trimestre, cuando lo normal es que baje ligeramente. En resumen, hay 120.000 parados más entre 20 y 29 años y 60.000 empleos menos. 

4) Trabajadores temporales, en mínimos

La EPA refleja también lo que ya muestran los datos mensuales de afiliación: que el trabajo indefinido está avanzando de una manera sin precedentes tras la reforma laboral, lo que está dejando la tasa de trabajadores temporales en mínimos. Según estos últimos datos, la temporalidad entre los asalariados ha caído seis puntos en el último año. Los más beneficiados son los empleados jóvenes, los más afectados tradicionalmente por la precariedad.  

En el siguiente gráfico, se puede consultar también cómo la caída de la temporalidad ha sido mucho mayor en el sector privado, el impactado directamente por la reforma laboral, mientras que la caída ha sido mínima en el público (con sus propios procesos de estabilización de personal). 

En los últimos 12 meses, el número de asalariados ha crecido en 486.700, con un alza del empleo indefinido en 1.375.500 personas, mientras que el trabajo temporal se reduce en 888.900. Cabe destacar que esta es la primera vez que se reduce el trabajo temporal mientras se incrementa el empleo, ya que en el pasado solo ocurría en contextos de destrucción de puestos de trabajo. 

Con el tiempo se verá si este mercado laboral más estable reduce los vaivenes en el empleo. Si los descensos de trabajadores son más moderados, pero también el auge de puestos de trabajo en momentos de mayor actividad, como el verano.

5) La hostelería ha perdido empleos

Por sectores, el que más se diferencia de otros años es la rama de Servicios de comidas y bebidas. Lo normal es que cree entre 30.000 y 50.000 puestos de trabajo en verano y este año ha destruido 10.000. El comercio al por menor también se ha resentido, con una creación de empleo de 32.000 personas, pero bastante inferior a la de otros veranos. 

La agricultura y el sector de la educación han destruido mucho empleo, en términos absolutos los que más, pero con registros similares a años anteriores.

La hostelería y el comercio son dos sectores muy ligados al consumo. El sindicato CCOO ha valorado que los datos de empleo reflejan “el empeoramiento de la demanda interna causada por la fuerte subida de los precios y la pérdida de poder adquisitivo de los salarios”, con un empobrecimiento récord en las últimas décadas

6) El sector público ha tirado del empleo

Por último, la EPA deja otro dato poco habitual: dos de cada tres empleos creados en verano corresponden al sector público. El motivo no pasa por un gran incremento de los trabajadores públicos, con un crecimiento en línea con otros años prepandemia, sino que el sector privado ha creado mucho menos empleo de lo habitual.

Las patronales CEOE y Cepyme han destacado que esta EPA refleja “una moderación del ritmo de creación de empleo”, acordes a una menor actividad y a las dificultades que atraviesan las empresas por la crisis inflacionista. El economista Florentino Felgueroso destacaba este jueves que las legislaciones que restringen la temporalidad, como la reforma laboral, contienen el desplome del empleo en momentos de crisis, pero también frenan las contrataciones en momentos de incertidumbre, como el que vivimos.