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Los cambios de tipos de interés en las hipotecas para esquivar la subida del euríbor apenas llegan al 1% de los hogares

Diego Larrouy

11 de septiembre de 2023 23:01 h

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Marga y Juan vieron durante el año pasado cómo en cuestión de meses lo que pagaban de hipoteca por su piso en Leganés (Madrid) aumentaba en 400 euros. Trataron de renegociar con su banco, pero no tuvieron éxito. “Nos dijeron que no era posible pasar de tipo variable a fijo”, apunta. Finalmente, pudieron esta primavera moverse a otra entidad y, con ello, reducir su diferencial y el pago mensual. Como esta pareja de treintañeros, 26.000 hogares han acordado con su banco o con una nueva entidad renegociar el tipo de interés de su hipoteca durante el primer semestre del año.

El dato, recogido por el INE en su estadística mensual sobre hipotecas, ha alcanzado su registro más alto desde 2016 y se anota un crecimiento de algo más del 20% respecto a los del año pasado. Esta estadística incluye a todos los cambios en el tipo de interés registrado en las hipotecas. Ya sea para cambiar de tipo variable a tipo fijo, para evitar más disgustos por la subida del euríbor, o para rebajar el diferencial y lograr un colchón frente a las subidas. En el caso de esta pareja, pudieron cambiar de un euríbor más 0,99 puntos a un diferencial de 0,49.

Sin embargo, pese al fuerte crecimiento el número de hogares que realmente han podido beneficiarse de esta renegociación es muy reducido. El INE estima que existen 4,9 millones de familias con hipotecas sobre sus viviendas. Desde que en enero de 2022 comenzara la senda al alza del euríbor, un total de 68.000 hogares han podido renegociar el tipo de interés. Es un número que supone pocos más del 1% del total.

Son muchos los hogares que lo han intentado y no han podido renegociar. Óliver y Ana, un matrimonio con dos hijas adolescentes del madrileño barrio de Vallecas, vieron en apenas año y medio cómo pasaron de pagar 360 euros a 1.200 euros al mes. “Ya estamos casi en el máximo que pagamos en 2008, con 1.400 euros”, explica ella. Le plantearon el problema, que les ha llevado a sacrificar otros gastos en casa, a su entidad y les expuso que únicamente podrían ofrecerle suspender la hipoteca dos años si tuvieran una renta inferior a 29.000 euros, como plantea el código de buenas prácticas que firmó la banca y el Gobierno. “No nos dieron más opciones”.

Como ese listón lo superaban, buscaron en otros bancos el paso a una hipoteca fija. “Todo lo que ofrecen ya está muy caro”, explica Ana, que aboga ahora por intentar aguantar esta época hasta que las cosas puedan mejorar. “Esperemos que la próxima revisión, el año que viene, ya no nos suba”, confía.

Código de buenas prácticas

Hay que tener en cuenta que estos seis meses que recoge el INE coinciden con el arranque del código de buenas prácticas que el Gobierno pactó con la banca y que iba a aliviar a los hipotecados más vulnerables. Sin embargo, se incluían otras medidas más generales para cualquier persona con una hipoteca que facilitaba la amortización del préstamo o el paso del tipo de interés variable al fijo. Sin embargo, aunque el Gobierno informó en un inicio que el paquete de ayudas podría aliviar hasta un millón de hogares, los pocos datos que se conocen sobre la evolución de la vía del código de buenas prácticas apuntan a un uso muy reducido. Según informó la vicepresidenta Nadia Calviño a comienzos del verano, el número de solicitudes de adhesión que habían recibido los bancos apenas rondaba las 33.000.

Aunque el número de cambios de tipo de interés en la hipoteca llega a un pequeño porcentaje de hogares que todavía deben dinero al banco por su vivienda, su tendencia al alza destaca por varias razones. La primera es que llega en un momento de frenazo hipotecarios tras años de crecimiento. El número de créditos ha caído en el mismo periodo casi un 14% y el capital prestado, un 15%.

El otro dato que resalta todavía más el crecimiento de los cambios de tipos de interés es que se produce en un momento en el que las renegociaciones totales con los bancos no están creciendo, como se esperaría en una situación como esta. Las renegociaciones con el propio banco han caído un 22% respecto al año pasado y el cambio de una entidad a otra del préstamo también se encuentra a la baja. Con estos datos del INE sobre la mesa, el impacto del código de buenas prácticas sería reducido.

El organismo de estadística lo que hace es un seguimiento de los cambios en el registro que tienen estos contratos hipotecarios. Teniendo en cuenta cuánto ha subido el cambio de tipo de interés, esta renegociación ya supone a lo largo de este año casi cuatro de cada diez de las que se producen en total. En 2022 apenas suponían una de cada cuatro. Es decir, hay cada vez más cambios de tipo de interés, pero su extensión es muy reducida.

Aumento de las amortizaciones

Lucas y Marina se compraron una casa en Getafe (Madrid) en 2021, meses antes de que el euríbor empezara a subir. Lo hicieron a tipo variable y un año después, con la actualización, vieron cómo el pago mensual había aumentado en más de 100 euros. “Tendría que haber negociado con el banco antes de que subiera tanto para pasarme al tipo fijo, pero después ya no merecía la pena”, apunta Lucas. Ellos pertenecen a otro segmento de la población que lo que está haciendo es optar por la amortización anticipada de parte de la hipoteca. “Valoraré qué va haciendo el euríbor y así haré”, añade.

Ellos contaban con ahorros que han podido dedicar a esta manera de reducir el coste de la casa, que es una tendencia que se está viendo en multitud de hogares. Muestra de ello es que entre las amortizaciones y que se firman menos hipotecas, los hogares están reduciendo la deuda que tienen con los bancos. Según muestra el Banco de España, el importe total de lo que las familias deben a los bancos por sus viviendas se ha reducido en 11.000 millones de dólares entre enero y julio de este año. A ello se suma un aumento de las cancelaciones de hipotecas con su mayor registro desde 2008.

Si bien el problema para los presupuestos de muchas familias es importante, tanto el sector como el Gobierno siguen aludiendo a los datos de la morosidad. Los impagos en España siguen en niveles muy bajos respecto a la anterior crisis financiera, en el entorno del 3,5%. De hecho, durante el mes de junio incluso se redujo el capital prestado que ha sufrido impagos por parte de los clientes. “Se ha constatado que el sistema financiero español mantiene bajos niveles de mora e impagos, gracias a la buena marcha de la economía y el empleo y la solvencia de las empresas”, aseguró el Ministerio de Asuntos Económicos tras la última reunión con el sector, hace unos días.

Tanto el sector bancario como el Gobierno han mantenido en el último año media docena de encuentros para valorar el impacto de la subida de tipos en las familias, fruto de los cuales nació el mencionado código de buenas prácticas a finales de 2022. También se han abordado otro asuntos como la atención a las personas mayores, a las poblaciones rurales o la falta de pago por los depósitos a los clientes de los bancos.

Esto último centró la reunión de la pasada semana de Calviño con los presidentes de las principales entidades financieras del país. Entonces, volvió a reclamar a los bancos que aumentaran la remuneración a los clientes por dejar su dinero depositado, algo que se está produciendo en España con enorme retraso respecto a otros países de nuestro entorno. A la reunión acudieron la presidenta del Banco Santander, Ana Botín, su homólogo de BBVA, Carlos Torres, el de Caixabank, José Ignacio Goirigolzarri, el presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu, la consejera delegada de Bankinter, Dolores Dancausa, el de Ibercaja, Víctor Iglesias, el presidente de Grupo Cajamar, Luis Rodríguez, el de Kutxabank, Antón Arriola y el presidente de Abanca, Juan Carlos Escotet.

En aquel encuentro también hubo espacio para el código de buenas prácticas. Según informó el Ministerio que dirige en funciones Calviño, al menos hasta saber si dará el salto al BEI, se está trabajando con el Banco de España para elaborar un seguimiento al funcionamiento de este paquete de ayudas y de protección a las familias afectadas por el alza de las hipotecas y se hizo un llamamiento a “seguir mejorando” estos esquemas de protección.

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