Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Pueblos con internet 'a pedales': la cara B de los récords de conexiones de fibra

Las zonas rurales tienen peores redes de banda ancha.

Marta Garijo

Entre Las Rozas de Valdearroyo (Cantabria) y Bruselas hay 1.445 kilómetros de distancia. Un camino que, según Google Maps, se podría recorrer en 13 horas si lo hiciéramos en coche. Claro que para ello hacen falta carreteras. Y cuanto mejor sean éstas, más sencillo será llegar al destino. Lo mismo ocurre con las redes para las telecomunicaciones, cuanto mayor sea su capacidad, a mayor velocidad se puede navegar y menos tiempo costará, por ejemplo, enviar un archivo.

Bruselas quiere que los vecinos de ese pueblo (y de toda la geografía europea) tengan una velocidad de conexión de más de 30 megas en 2020. Y que al menos un 50% de la población alcance los 100 megas ese año.

España tiene ya un 70% de su geografía cubierta de redes de fibra y este verano el número de este tipo de líneas superó a las DSL, las tradicionales de cobre. Los expertos señalan que nuestro país es uno de los europeos que encabeza el despliegue de redes, aunque hay zonas donde esto no se produce y es complicado que llegue la fibra, ya que supone grandes inversiones poco rentables en lugares de pocos habitantes con orografías complicadas. Son zonas donde las opciones pasan por conexiones a través de redes 4G o satélite. Las Rozas de Valdearroyo es un ejemplo de estas zonas blancas, como se denomina a las áreas donde las redes de banda ancha de nueva generación no llegan y no se espera que lleguen en los próximos tres años.

“Un día se puede estar sin internet, pero al final esto es un servicio básico como puede ser el alumbrado o la recogida de basuras”, explica por teléfono el alcalde del municipio, Francisco Raúl Calderón, que cuenta que la falta de una red de alta capacidad penaliza, por ejemplo, a los estudiantes que para hacer un trabajo deben desplazarse hasta la localidad grande más cercana, pero también a los negocios de la zona, como los alojamientos rurales a la hora de gestionar las reservas.

Calderón explica que ahora están pendientes de un plan de Conecta Cantabria para ver si consiguen una mejor conexión para los vecinos. El objetivo es “asimilar los servicios de las zonas rurales a los de las ciudades y conseguir unas conexiones adecuadas para los tiempos actuales”.

En España, hay 2.682 municipios sin acceso a internet de 10 megas y en 4.037 municipios las conexiones no llegan a los 30 megas. Esta es la otra cara de las fuertes inversiones en despliegue de redes que se han realizado en los últimos años, pero que se centran en los núcleos más poblados. De hecho, los últimos datos publicados por la CNMC muestran que el total de líneas de fibra superó los 5,7 millones en julio al sumar ese mes 107.712 líneas más, de las cuáles el 56,1% corresponde a Movistar.

“La apuesta de las operadoras españolas por el despliegue de fibra para la sustitución del cobre nos sitúa claramente a la cabeza de Europa en cuanto a la cobertura (en porcentaje de población) y la contratación de estos servicios de muy alta capacidad (de hecho los contratos de fibra ya superan los de ADSL)”, dice David Herrera, Managing Director ICT Division de la consultora Alten. Las conexiones de este tipo en España superan a los países de su entorno. “En España hay más líneas de fibra que en Alemania, Francia, Reino Unido e Italia juntas”, apunta Vicente de los Ríos, director de los programas de Transformación Digital de EOI.

Por otra parte, también hay que tener en cuenta que una mayor capacidad de red puede ir acompañada de un mayor desembolso económico. Lo que también es posible que genere una brecha digital en función de la capacidad adquisitiva. Un informe publicado por la Comisión Europea en marzo de este año señalaba que España era el segundo país donde sus ciudadanos tenían que realizar un mayor esfuerzo económico para pagar la conexión a internet. Algo que en parte se debe a que las grandes operadoras en España están optando por paquetes convergentes donde además de la conexión se incluye móvil y televisión.

Cómo llevar conexiones de alta velocidad a los pueblos

Respecto al objetivo de alcanzar el objetivo europeo hay diferentes opiniones, sobre todo en el cómo conseguirlo. El consejero delegado de Vodafone España, Antonio Coimbra, se mostraba optimista respecto al objetivo de que España logre alcanzar las metas que marca la UE. “Tenemos un punto de partida muy bueno”, dijo Coimbra en una comparecencia a preguntas de los medios, y calificó la situación de España en redes como “envidiable”, aunque apuntó que la brecha digital se puede desplazar a que en las ciudades haya conexiones de 100 megas y en las zonas rurales de 30.

Otros expertos ven más complicado conseguirlo. “En España, la primera operadora (Telefónica) ha manifestado su intención de sustituir todos los pares de cobre por fibra, incluso en el entorno rural en poblaciones de más de 1.000 habitantes. Con lo que parece bastante evidente que el grado de cobertura difícilmente llegará al 100% de la población, lo que no ayudará a solventar el estado actual de la brecha digital, al menos en el corto plazo”, apunta Herrera, que explica que hay otras alternativas para conseguir llegar a “velocidades elevadas de conexión”.

Para conseguir llegar al objetivo de alcanzar más de 30 megas en toda la geografía, tanto la Administración central como las comunidades autónomas están poniendo en marcha programas y subvenciones para llegar a cubrir territorios menos rentables. En estos se combinan tanto las subvenciones para desarrollar la infraestructura que va para las empresas como ayudas económicas para los usuarios que tengan que contratar este tipo de servicios.

Entre las compañías que concursan para llevar conexiones a zonas rurales está Eurona. “Cada año las compañías hacen inversiones para desplegar más redes, pero hay lugares donde existe brecha digital y no es rentable. En estas zonas es donde nosotros nos sentimos bastante cómodos”, cuenta el responsable de la unidad de 4G de Eurona, Marco Guadalupi, que apunta que ya han desarrollado proyectos en Galicia, en Córdoba, en Huelva o los alrededores de Gandía (Comunidad Valenciana).

La empresa, explica Guadalupi, utiliza una tecnología para dar internet que en vez de ser como la red de fibra, que implica meter cables por debajo de la tierra y supone fuertes inversiones desde un primer momento, se basa en trabajar en utilizar el 4G para dar redes de conexión a las casas.

Quedan menos de tres años para ver si se logra el objetivo marcado por Bruselas. En 2020 veremos si llega a esta velocidad y si con ella basta para los servicios digitales que se utilizan en ese momento.

(La imagen de apertura de este artículo es de Flickr de Jorge Franganillo) Flickr de Jorge Franganillo

Etiquetas
stats