El cártel de países petroleros y Rusia recortan la producción de petróleo y presionan a la inflación
El cártel de países petroleros que se agrupan en la OPEP (Arabia Saudí, Kuwait, Venezuela o Argelia, entre otros) y Rusia han decidido recortar la producción de petróleo para presionar el precio al alza. Estos estados productores, dictaduras en su mayoría, han anunciado una reducción de la oferta diaria de crudo en 1,65 millones de barriles tras caer los precios a mínimos no vistos desde 2021.
El barril de 'Brent', de referencia en Europa, llegó a cotizar en los mercados internacionales de materias primas por debajo de 80 dólares en los últimos días, desde los casi 116 dólares que alcanzó en la primavera de 2022.
Este abaratamiento de alrededor del 30% se había ido traslando al precio de los carburantes, aliviando la crisis de inflación. Mientras que el año pasado era una de los principales factores que explicaban las subidas de precios, junto al resto de la energía por la distorsión que supuso la invasión rusa de Ucrania, en los últimos meses la gasolina o el diésel han restado a la inflación general y han rebajado los costes de las empresas y los gastos de las familias.
Esta tendencia podría volver a cambiar si la OPEP+ (como se conoce a la ampliación del cártel con Rusia o México) mantiene su decisión y logra su objetivo de subir los precios.
Distintas firmas de inversión, entre ellas Goldman Sachs, una de las más influyentes en el mundo financiero, prevén que el barril de petróleo vuelva a repuntar hasta los 100 dólares. Solo este lunes, tras confirmarse la decisión de los países productores, ha llegado a superar los 85 dólares, con una escalada de más del 6% por momentos.
El recorte de 1,65 millones de barriles diarios se ha anunciado antes de la reunión oficial de la OPEP+. Arabia Saudí bombeará 500.000 unidades menos desde mayo y hasta fin de año. La misma cifra dejará de ofertar Rusia, que ya había comunicado rebajas previas para castigar a Europa. 211.000 menos de Iraq, 144.000 barriles menos de Emiratos Árabes Unidos, 128.000 de Kuwait, 78.000 de Kazajistán, 48.000 de Argelia y 40.000 de Omán completan la acción conjunta de estos países.
La principal consecuencia la notarán las familias y las empresas. Y también los bancos centrales, que tendrán que lidiar con otro shock de oferta en los mercados energéticos, tras haber subidos los tipos de interés oficiales con agresividad para ahogar la economía y luchar así contra la inflación pero sin poder intervenir sobre los precios del petróleo o del gas.
El Banco Central Europeo (BCE), que ha tenido que repensar su estrategia por las turbulencias financieras, tiene un nuevo problema. “Cualquier cambio inesperado de un millón de barriles por día en las condiciones de oferta o demanda en el transcurso de un año puede afectar a los precios entre 20 y 25 dólares por barril”, calculan los expertos de Bank of Amercia, en declaraciones recogidas por 'Bloomberg'.
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