El cierre del 35,9% de brecha de género existente en el mercado laboral de España supondría sumar 230.487 millones de euros a la economía española, un 18,5% del PIB, lo que impulsaría la creación de 3,2 millones de empleos femeninos equivalentes a jornada completa y un aumento promedio de la productividad femenina de 1.301 euros.
Así se desprende del índice ClosinGap, un indicador resultado del informe elaborado por PwC que cuantifica y sigue anualmente la evolución de la igualdad de género en España, midiendo la paridad en cinco categorías (empleo, educación, conciliación, digitalización y salud y bienestar).
El informe señala que los tres aspectos clave en el empleo que penalizan a la mujer y, en consecuencia, a la economía son su participación más reducida en el mercado laboral, el menor número de horas trabajadas debido a la mayor tasa de parcialidad y la sobrerrepresentación que tienen en sectores económicos menos productivos.
Esta situación provoca que las mujeres, a pesar de representar el 51,4% de la población en edad de trabajar, solamente contribuyan a un 41,5% del PIB, señala el análisis, que calcula que con la eliminación de estas desigualdades del mercado laboral, en su conjunto, supondría sumar 230.847 millones de euros, un 18,5% del PIB.
Además, este incremento potencial en la economía vendría impulsado por la creación de 3,2 millones de empleos femeninos equivalentes a jornada completa y por el aumento promedio de la productividad femenina de 1.301 euros.
En 2020 el Índice ClosinGap se situó en el 64,1%, entendiendo el 100% como la paridad total, y revela, por tanto, un 35,9% de brecha de género que todavía queda por cerrar.
Reducción de la brecha en cuatro puntos
El análisis apunta también a que esta brecha se ha estrechado cuatro puntos en el periodo analizado (2015-2020). Así, de mantenerse la tendencia de estos últimos cinco años, la brecha de género en España no desaparecería por completo hasta 2055, por lo que hasta dentro de 35 años no se alcanzaría la igualdad total entre hombres y mujeres.
Dentro de la categoría empleo, la brecha por cerrar es del 35%, debido a que aunque las mujeres cada vez participan más en el mercado laboral y durante más años, continúan trabajando menos horas y con un menor salario que los hombres, lo que se refleja a su vez en pensiones de jubilación más bajas.
A este contexto se le añade el denominado 'techo de cristal' y la escasa presencia de la mujer en posiciones de liderazgo y toma de decisiones.
Si se equiparase la participación laboral de las mujeres a la de los hombres, el PIB español podría aumentar un 10,1%. Del mismo modo, si las horas trabajadas de las mujeres fuesen las mismas que las de sus homólogos masculinos, el PIB podría crecer hasta un 7,5%. Por último, si se igualase la distribución sectorial del empleo femenino a la de los hombres, el PIB se incrementaría hasta un 1%.
Problemas con la conciliación
El Índice ClosinGap sitúa la categoría conciliación a la cola, con la brecha más acusada, dado que aún queda un 56% por cerrar, y pone de manifiesto que las mujeres siguen asumiendo la mayor parte del trabajo no remunerado, principalmente tareas del hogar y cuidado de hijos, hecho que se traduce en unas tasas de inactividad y parcialidad laboral mucho más elevadas.
A pesar de que este es uno de los aspectos más arraigados en la sociedad española y que frena de forma significativa la progresión profesional y económica de la mujer, el informe desvela que la conciliación es la brecha que se está estrechando a un mayor ritmo anual (4,4% desde 2015). Si se mantiene esta progresión, las diferencias en este ámbito serán inexistentes en 2040.
En el ámbito de la educación, el índice ClosinGap sitúa la brecha en el 32,1%. Las mujeres cuentan con mayor educación universitaria que los hombres, pero tienen un acceso muy bajo respecto a los hombres a las carreras de Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM), motivo por el que esta brecha es la única de las cinco que ha experimentado una evolución negativa en los últimos años.
En cuanto a digitalización, pese a que no se aprecian diferencias relevantes en el uso de nuevas tecnologías a nivel usuario entre hombres y mujeres, el porcentaje de mujeres especializadas en TIC en el mercado laboral es aún muy bajo, con una brecha del 28,7%.
Por último, la categoría de salud y bienestar alcanza la mejor puntuación (15,5%) y es el ámbito en el que España más ha evolucionado. Aunque la paridad en este campo está más cerca, el informe apunta que a pesar de que las mujeres viven más años, lo hacen con peor salud y calidad de vida que los hombres y, además, tienen mayor riesgo de sufrir pobreza y exclusión social.