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Fin a cinco años de 'Coca-Cola en lucha': “La gente puede mirarse en nosotros y saber que si luchas, ganas”

Imagen de archivo de una movilización de 'Coca-Cola en lucha'.

Laura Olías

Hace cinco años no habrían creído lo que han vivido desde enero de 2014. “Entonces yo no sabía ni lo que eran las redes sociales, ni la lucha, ni nada”, afirma entre risas Aurora Jurado, una de las 'Espartanas de Coca-Cola en lucha'. Esa fecha da comienzo a uno de los conflictos laborales más sonados de los últimos años: Coca-Cola anunció el cierre de cuatro plantas y un ERE, que acabó siendo declarado nulo en el Tribunal Supremo. Los trabajadores de una de las fábricas, situada en la localidad madrileña de Fuenlabrada, han mantenido viva la lucha por las condiciones de readmisión de la plantilla hasta este jueves.

Juan Carlos Asenjo, miembro del comité de empresa en la planta de Coca-Cola y uno de los portavoces más conocidos de 'Coca-Cola en lucha', celebra el principio de acuerdo al que han llegado con la multinacional: en los próximos dos años la empresa se compromete a abrir un proyecto fabril (“mixto, industrial y logístico”, según Coca-Cola) y, si no se llega a aprobar, las partes han acordado un Plan Social con abono de salarios, prejubilaciones e indemnizaciones.

“Coca-Cola en Lucha entierra las armas, pero no las destruye, ya se lo hemos dicho a la empresa. Estaremos atentos en los próximos dos años al cumplimiento del preacuerdo”, explica Asenjo, que manifiesta su satisfacción por haber llegado finalmente a un pacto con la compañía tras casi cinco años de enfrentamiento.

Antes de enero de 2014, el trabajador llevaba “26 o 27 años en la fábrica” y ya estaba familiarizado con la lucha sindical por su condición de delegado de Comisiones Obreras, aunque reconoce que por cuestiones más cotidianas, como la negociación de convenios colectivos. “Pero no una situación tan extraordinaria como esta”.

A Aurora Jurado, de 60 años, el conflicto del centro de trabajo de su marido le cambió la vida y le expuso a situaciones inimaginables para ella hace unos años. “Hemos hecho hasta una portada de Interviú, siendo mujeres corrientes, amas de casa... Fue muy duro, al final conseguimos relajarnos pero las primeras horas fueron muy duras, no estábamos acostumbradas a algo así. Una compañera casi se desmaya”, explica la mujer al otro lado del teléfono.

La anécdota de ser portada de revista es solo un reflejo de las situaciones extraordinarias que incorporaron decenas de mujeres a su día a día para alimentar el conflicto laboral de sus parejas, trabajadores de la planta de Fuenlabrada. Con la etiqueta de “Espartanas” rodaron vídeos de Navidad para hacer la contracampaña a la multinacional de refrescos y “firmamos en la Feria del Libro, rodamos un documental con Georgina Cisquella...”, continúa Jurado.

En su caso, llegó a dejar su trabajo como profesora de cerámica: “Esto necesitaba mucho más impulso, los compañeros habían entrado a trabajar y no podían dedicar tanto tiempo a la lucha y había que mantenerla”.

“Nos decían que no nos podíamos rendir”

Esa estrategia incansable, que provocaba que las famosas camisetas rojas del colectivo se vieran en casi cada manifestación o conflicto laboral de la capital, mantuvo vivo en enfrentamiento en los medios y, sobre todo, en las redes sociales. 'Coca-Cola en lucha' ha agradecido en el comunicado en el que pone fin al conflicto el apoyo de las miles de trabajadores y colectivos que les han acompañado en estos años, al igual que ellos han alimentado y difundido sus luchas. “Con muchos no nos hemos visto las caras, pero están siempre a través de las redes”, explica Asenjo.

“Yo es que llevo cinco años en la calle y no es que me conozca a casi todo el mundo, pero casi. Tenemos mucho peso y somos un ejemplo para muchos movimientos. Siempre nos dicen 'no desfallezcáis, tenéis que seguir'. Yo sentía esa responsabilidad, a veces me abrumaba un poco, porque sabes que tienes a mucha gente detrás fijándose en ti”, cuenta la 'espartana'.

Juan Carlos Asenjo considera fundamental esa presión en la calle para haber alcanzado finalmente un preacuerdo que contente a los trabajadores, y agradece que a partir de ahora puedan “recuperar la vida familiar, han sido años muy duros”.

Uno de los momentos que supuso mayor exigencia al colectivo de trabajadores en tiempo y cansancio fue el campamento que crearon a las puertas de la fábrica. “Me rompí una pierna en la carga policial que hubo y me tiraba todo el día allí, hasta la noche. Lo recuerdo como una experiencia agridulce porque fue muy duro pero sentimos muchos apoyo mutuo”, recuerda Aurora.

La mujer prefiere quedarse con los buenos momentos. “Hoy es un día para recordar lo bueno, lo que hemos aprendido, el apoyo de la gente, la solidaridad..”. Entre los mejores recuerdos de Asenjo pesa el de la victoria en la Audiencia Nacional, que declaró nulo el ERE. “No era la firme del Supremo, pero me quedo con esa de la Audiencia, que llegaba en un momento muy duro para las familias económicamente”.

Casi cinco años después, el colectivo destaca la labor de negociación de los últimos meses (con la representación del abogado de CCOO Enrique Lillo), en los que Coca-Cola y los trabajadores comenzaron a cerrar acuerdos. “Ahora después de esta victoria, la gente puede mirarse en nosotros y saber que si luchas, ganas. Cinco años después, sí, pero ganas”, afirma Jurado.

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