En los últimos días se han presentado dos informes que reclaman “un sistema de transportes sostenible” para España, desde ámbitos bien distintos. El primero, “Estudio del Observatorio sobre el Estado de la Movilidad Sostenible” y presentado el pasado 21 de noviembre en la sede central de Renault en Madrid, ha sido elaborado por el Club de Excelencia en Sostenibilidad con el patrocinio del grupo automovilístico, ABB, Endesa y Mahou.
El segundo, “Las Cuentas Ecológicas del Transporte en España”, ha sido elaborado por Ecologistas en Acción con el patrocinio de la Fundación de la Biodiversidad del Ministerio de Agricultura. Fue presentado jueves 27, coincidiendo con la celebración del Congreso Nacional de Medio Ambiente en Madrid.
Ambos analizan los “profundos desequilibrios” que aquejan al modelo de transporte que ha cristalizado en España tras décadas de crecimiento acelerado “con fuerte peso en la creación de infraestructuras” y, posteriormente, años de crisis. Y también los dos hacen recomendaciones para acercarnos a “un sistema de movilidad sostenible”. El concepto reivindicado es el mismo, pero ¿empresas y ecologistas reclaman las mismas soluciones? La respuesta es no.
Hipermovilidad
Mientras las empresas apuestan claramente por el coche eléctrico, Francisco Segura, uno de los autores del informe de Ecologistas en Acción, afirma que esta es “una opción de futuro y nunca de presente”. En 2013 se colocaron en España 811 vehículos eléctricos sobre unas ventas totales de 723.000 automóviles. “La electrificación ya está inventada y plenamente introducida en el transporte colectivo”, dice, por lo que rechaza la idea “de que es necesario cambiar todo el parque móvil de coches de gasolina por coches eléctricos. En esa propuesta no se tienen en cuenta los costes de construcción de los automóviles, que provocan el 15% del impacto medioambiental que debe atribuírseles a lo largo de la vida útil”.
Sin rechazar la idea de ir incorporando coches eléctricos a la flota, Ecologistas apuestan por la articulación de “nuevas estructuras de movilidad que se combinen el uso de los transportes públicos eléctricos con la bicicleta”. El estudio es el resultado de dos años de trabajo. “Hemos buceado y procesado con escasas facilidades”, dice Segura, los datos que existen en las bases estadísticas de los ministerios de Economía, Hacienda, Fomento y Medio Ambiente. El informe es la segunda parte de otro titulado “Hacia la reconversión ecológica del transporte en España”, que fue editado en 1996 con datos de 1992. La comparación de ambos permite comprobar la evolución del modelo de movilidad en 20 años.
Uno de los datos más sorprendentes es el incremento exponencial de la movilidad en España. Según sus cálculos, en promedio, cada español realiza un desplazamiento diario de 45,5 km, frente a los 28,3 kilómetros de hace 20 años, un incremento superior al 50%. El informe denuncia que el crecimiento “se ha asentado principalmente en el automóvil y el avión, los dos medios con mayores impactos socio ambientales”.
Francisco Segura afirma que “el aumento desaforado de la movilidad” se debe, entre otros factores, a que los lugares de trabajo se han alejado de las zonas de residencia “tras la aplicación de una política urbanística irracional” que ha elevado de 50 a 100 el perímetro de las grandes áreas metropolitanas. Además, este fenómeno “no se ha visto contrarrestado por la implantación del teletrabajo”.
Segura afirma que un modelo de transporte sostenible debe lograrse en base a “una reducción drástica del número de kilómetros que los españoles, en promedio, están obligados a realizar cada día”. Esta híper movilidad insostenible “no solo es una barbaridad para la calidad de vida de los ciudadanos, sino también para el medio ambiente”.
Cambio de flota
El estudio del Club de la Excelencia y Sostenibilidad aporta un enfoque bien diferente. En su apartado de conclusiones no entra a valorar la lógica del modelo de híper movilidad que se ha impuesto en el transporte tanto de personas como de mercancías en España.
“La integración en el negocio y en la cadena de valor del concepto de sostenibilidad, por la utilización de nuevas tecnologías, el fomento de la renovación de flotas de vehículos, la electrificación del transporte y el apoyo a la intermodalidad”, exige traducir la movilidad eficiente en “impactos medibles en términos de generación de negocio, ahorro de costes y competitividad empresarial”.
El estudio recomienda a las empresas “transmitir al ciudadano- empleado los beneficios tangibles de la movilidad sostenible a través, por ejemplo, de la comunicación, de formación a intermediarios en el momento de la venta de vehículos, acceso preferente a vehículos más sostenibles, incorporación de criterios de sostenibilidad en la formación a nuevos conductores y reciclaje de infractores”.
Durante el acto de presentación del informe, las empresas promotoras dejaron patente su compromiso con el proyecto del cambio de flota nacional de gasolina por el coche eléctrico tanto en vehículos particulares como de empresa, con las soluciones que cada una ha desarrollado. Endesa promocionó la iniciativa Fasto para el transporte privado urbano, ABB, su alternativa Tosa de carga rápida de vehículos eléctricos y el fabricante galo de coches presentó la etiqueta ‘Renault eco2’.