Codere mantuvo hasta septiembre la remuneración de sus consejeros, incluyendo al exministro Pío Cabanillas, pese al hundimiento de sus ingresos por los cierres de locales forzados por la pandemia, que le han llevado a poner en marcha un agresivo plan de recorte de gastos y han propiciado que su auditor cuestione la continuidad de las operaciones de la multinacional española del juego “en el caso de que el impacto de la COVID-19 fuera más severo” que hasta ahora.
Documentación remitida por la empresa a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) refleja que entre enero y septiembre, el exministro de José María Aznar recibió 150.000 euros, cifra que iguala a la de 2019 y equivale a más de 16.600 euros brutos mensuales.
En ese periodo, en el que Codere multiplicó por siete sus pérdidas (178 millones de euros), su máximo órgano de gestión recibió 939.000 euros, con una reducción del 13,7% que se explica por el menor tamaño de su consejo. Este ha pasado de tener diez miembros a solo seis.
Esa cantidad “incluye la remuneración devengada, si bien algunos Consejeros han acordado el aplazamiento del cobro de un porcentaje de sus remuneraciones hasta el retorno a la normalidad de las operaciones”, explica la compañía en sus cuentas trimestrales.
elDiario.es contactó con la empresa, sin obtener respuesta, para preguntar si entre esos vocales se encuentra Cabanillas. Este va camino de embolsarse este año otros 200.000 euros, como en 2019, aunque lejos de los 372.000 euros que llegó a facturar en 2017 a través de una sociedad de la que es socio mayoritario, a través de un contrato de prestación de servicios que la actual dirección del grupo canceló a principios del año pasado.
El exministro portavoz de José María Aznar, que renovó en la junta de julio en su puesto hasta 2022, es uno de los miembros de la comisión de Nombramientos y Retribuciones de Codere, el órgano que decide los emolumentos de sus consejeros.
El hijo del exministro franquista (luego ministro de la UCD con Adolfo Suárez) Pío Cabanillas Gallas y patrono de la fundación Faes que preside Aznar fue nombrado consejero de Codere en abril de 2016, aunque su relación con esta empresa viene de atrás. Codere ya anunció su nombramiento como consejero “independiente” en la junta de mayo de 2008, pero unos meses después el entonces secretario general y del consejo de administración de Codere, Rafael Catalá, informó a la CNMV de que Cabanillas había decidido no aceptar el cargo. No se explicaron los motivos.
El exdirectivo de Acciona, uno de los rostros ligados al PP en el sector del juego (otro es el exministro Catalá, directivo de Codere antes de su regreso a la Administración pública en 2012 y ahora nuevamente en el grupo), es consejero dominical en representación de la sociedad Masampe SL, de los fundadores de Codere, los Martínez Sampedro. Apartados de la gestión a principios de 2019, estos todavía se mantienen como terceros accionistas (15,76%), tras los fondos Silver Point (23,19%) y M&G (20,97%), a los que están enfrentados.
El ejemplo de otras cotizadas
Codere, la única empresa del sector del juego que cotiza en España, es uno de los peores valores de la bolsa en 2020, ejercicio en el que ha perdido más de la mitad de su valor bursátil, hasta poco más de 150 millones. En lo referente a la retribución de su cúpula, la empresa, que llegó a ver rebajada su deuda a la calificación de “default” antes de su reciente refinanciación, ha seguido hasta ahora un camino diferente al de otras cotizadas en una situación menos crítica.
Algunos ejemplos de compañías cuyos consejeros han aceptado importantes tijeretazos a sus sueldos ante la grave crisis provocada por la pandemia son Banco Santander, Ferrovial o la socimi Merlin o, en el Mercado Continuo (donde cotiza Codere), otras como Fluidra o Prisa, todas ellas con recortes de entre el 20% y el 25%.
En el caso de las empresas del Ibex, KPMG señalaba hace unos días que “debido a la caída de la facturación y el EBITDA que se ha producido en general en las compañías del Ibex 35 desde el mes de marzo, se prevén descensos significativos en la remuneración de los Consejeros” para 2020. Los ejecutivos de un tercio de las compañías del selectivo ya se han recortado el equivalente a más de 17,5 millones, el 5,4% de su retribución, según KPMG, que apunta que “la aplicación de todos estos ajustes se está produciendo por los ejecutivos y la CR [Comisión de Retribuciones] en el ámbito de su discrecionalidad”.
Las cuentas trimestrales de Codere, que Cabanillas no ha firmado, no hacen ninguna alusión al reciente decreto de publicidad del juego online aprobado en España. Y reflejan nuevas dudas de su auditor, EY, sobre el futuro de la empresa, pese a la refinanciación de deuda que anunció a principios de mes y las medidas de ajuste adoptadas por la dirección de Codere en un plan de contingencia para mantener su liquidez y garantizar su continuidad: desde ERTEs en España y otros países a renegociaciones de pagos a proveedores, alquileres de locales, gastos de limpieza y paralización de inversiones.
EY subraya que los administradores de Codere han formulado las cuentas “bajo el principio de empresa en funcionamiento en base a sus estimaciones sobre la recuperación gradual de ingresos, las cuales podrían verse afectadas en el caso de que el impacto de la COVID 19 fuera más severo. Esta condición indica que existe una incertidumbre material que puede generar dudas significativas sobre la capacidad del Grupo para continuar como empresa en funcionamiento”.
A 30 de septiembre, el grupo tenía un fondo de maniobra negativo de 192 millones, lo que mejora el saldo negativo de 211 millones de junio, tras el EBITDA positivo resultado en el tercer trimestre. Codere, que insiste en que se plantea recurrir a medidas de “liquidez adicional” soportada en “programas de apoyo gubernamentales en Italia y España”, indica en sus cuentas que “una parte significativa de ese fondo de maniobra negativo ha sido resuelta gracias a la conclusión del proceso de refinanciación”.
El cierre de sus locales por la pandemia se ha traducido en una reducción de sus ingresos operativos de 500 millones hasta septiembre, un 45% más que a junio. La reciente refinanciación contribuirá “tanto a mantener el Grupo operando hasta que se normalice la situación tras la pandemia, como a regularizar los saldos comerciales cuyo vencimiento se ha ampliado”.
Sin embargo, “debido a la incertidumbre creada por la COVID-19, la posibilidad de nuevas oleadas de la pandemia, así como las medidas que los diferentes gobiernos adoptasen para su contención, esta expectativa podría verse afectada en las diferentes regiones”, reconoce Codere, que confía en que, pese a que pueda haber nuevos cierres temporales en algunas operaciones a corto plazo y restricciones de aforo, las operaciones volverán paulatinamente a la actividad.
En una primera fase, hasta diciembre, la recuperación “se situaría en el entorno del 75-85% de los ingresos previos”, salvo en Argentina, “para luego lentamente caminar hacia la recuperación completa a finales de 2021 o inicios de 2022”. No obstante, “esta curva de recuperación podría verse afectada en el caso de que el impacto de la COVID-19 fuera más severo”, insiste.