Garantizar el derecho al trabajo garantizado y digno, el derecho a la salud. Reconocer el impacto del cambio climático en la crisis migratoria en un planeta sin recursos infinitos. Cómo repartir estos de forma equitativa, justa y respetuosa con el medio ambiente. Estos son algunos de los desafíos abordados en uno de los tres foros celebrado este sábado en el marco del Plan B.
Durante el foro Igualdad de derechos en un planeta finito, moderado por la profesora de Filosofía del Derecho de la Universidad Carlos III de Madrid, María Eugenia Rodríguez Palop, el portavoz de Equo en el parlamento europeo, Florent Marcellesí, ha cuestionado la teoría dominante de que “si queremos bienestar, necesitamos crecer”. En su opinión, el crecimiento “no es la solución” y “no lleva al bienestar”, por lo que ha abogado por “una transición justa” del modelo económico que apueste por invertir en sectores no intensivos en capital ni en energías de carbono “sino intensivos en mano de obra y calidad de vida”, como las energías renovables, la rehabilitación de edificios, la economía del cuidado o la agricultura ecológica, en detrimento de las energías fósiles.
Marcellesí ha recordado que el modelo de producción y consumo de los países “del norte” tiene impacto en el sur, en forma de migraciones, cuya mayor causa en la actualidad “es climática”, con más de 40 millones de personas desplazadas al año por este motivo, que no tiene en cuenta el convenio de refugiados de Ginebra. “Los que hemos creado el cambio climático somos el 20% que vive en el norte más las élites dominantes del sur”, ha dicho el portavoz de Equo, que ha defendido una “renta básica incondicional para que toda la gente pueda vivir de forma digna” que vaya acompañada de “rentas máximas” para quienes tienen mayores ingresos. En su defensa de la teoría del decrecimiento, Marcellesí ha recurrido a un símil culinario: la teoría de la tarta. Esta “tiene un molde”, por lo que “no es posible un crecimiento infinito en un planeta finito”, y “cuando la tarta no crece más, unos comensales comen más que otros”.
Adoración Guamán, profesora de derecho del trabajo en la Universidad de Valencia, ha abogado por construir una nueva regulación del mercado laboral en España “desde abajo y a la izquierda” que vaya hacia “un trabajo con mayúsculas”, como alternativa a un modelo en el que “la pobreza se agrava”, el poder de los sindicatos “se desvanece porque hay una estrategia” en esa dirección y “se nos vende que ha desaparecido el trabajo. No es cierto”. Para Guamán, en un país con 4,7 millones de parados, 2,3 millones de desempleados de larga duración, un 26% de temporalidad y dos de cada diez personas que ya no aparecen como desempleadas porque han dejado de buscar empleo o se han ido del país, la recuperación es “una ficción”.
Jesús Jaén, activista de la Marea Blanca, ha repasado algunos de los logros de esta plataforma en defensa de la sanidad pública en Madrid y ha atribuido el momento político actual a lo ocurrido en los últimos cuatro años: “La gente saliendo a la calle para defender sus derechos”. Una dinámica que, en su opinión, debe continuar: “No veo ninguna posibilidad de ganar en este ciclo político si no seguimos apostando por la movilización social. Encerrarnos en los despachos solo fortalecerá al enemigo”.