Los hermanos Mazin Mor, herederos del empresario Max Mazin Brodovka, integrante de la Lista Falciani, patriarca histórico de la comunidad judía en España y fallecido en mayo de 2012, siguen aflorando vínculos con sociedades en diversos paraísos fiscales. El último ejemplo es Curaçao, en Antillas Holandesas.
Según documentación oficial, los hermanos Miguel, Ariel Isaac y Daniel Mazin Mor, hijos del que fuera fundador de las patronales CEOE y CEIM y dueño de la cadena hotelera Tryp, son desde el 21 de julio administradores de una nueva SL española que ha heredado activos de una firma luxemburguesa controlada desde el paraíso fiscal de Curaçao.
La nueva SL, cuya inscripción en el Registro Mercantil todavía no se ha publicado, se llama Zepbro Capital. Domiciliada en la calle Velázquez de Madrid, en la sede de varias de las empresas del clan, Zepbro va a recibir los activos de una sociedad luxemburguesa llamada ZEP International SARL cuyo único accionista desde su creación ha sido una firma en el paraíso fiscal de Curaçao denominada Speedol Holding NV.
ZEP se creó el 29 de diciembre de 2014 tras recibir una pequeña parte de los activos de otra firma luxemburguesa, Zephyr International, que fue creada unos meses después de cerrarse la venta de los hoteles Tryp a la cadena Melià, la mayor operación del sector hotelero español hasta entonces, por 60.000 millones de pesetas.
Zephyr se constituyó el 24 de diciembre de 2002, cuando fue trasladada a Luxemburgo desde Alkmaar (Holanda), donde había sido constituida el 10 de mayo de 1990 con la denominación de Gotic Gamma BV. Su propietaria fue Speedol Holding NV, la citada firma de Curaçao, hasta que en noviembre de 2015 esta sociedad transfirió sus acciones a los cuatro hermanos Mazin Mor: Dafna Sofia, Miguel, Daniel y Ariel Isaac. Cada uno tomó 180 títulos.
En mayo de 2014, antes de ese reparto entre hermanos, Zephyr tenía activos de 49.789.372 euros. La parte de esta sociedad que pasó a manos de ZEP, la firma que ahora aterriza en España, correspondía a las sociedades españolas Mirador de Gibralfaro, Dadamco y Famabrosa.
Zephyr también tenía en su activo una sociedad de propósito especial radicada en la Zona de Franca de Madeira (Portugal), territorio offshore en el que el impuesto de Sociedades es cero y que, según una reciente investigación de un consorcio periodístico al que pertenece La Vanguardia, han utilizado más de un centenar de españoles como refugio fiscal para gestionar sus patrimonios.
Esta sociedad de Madeira se llamaba llamada Topetra-Consultadoria e Marketing Lda. Con activos de 52.201.724 euros a 31 de diciembre de 2014, Topetra comenzó sus operaciones el 1 de agosto de 2002 y fue liquidada el 7 de agosto de 2015.
Las sociedades españolas de Zephyr pasaron a ZEP, la firma que ahora traspasará sus activos a Zepbro, administrada directamente por los hermanos Mazin, con los que eldiario.es ha intentado contactar sin éxito a través de sus empresas en España y por medio de la fundación que lleva el nombre de su padre, creada hace tres años.
Detrás de ZEP están activos en España que las cuentas de esta firma luxemburguesa cifraban en 5.589.501,06 euros a cierre de 2016: el 89,37% de Mirador de Gibralfaro, SL, una promotora inmobiliaria con un valor de 3.698.968,17 euros; el 100% de Famabrosa SL (con un valor de casi tres millones) y el 24,71% de Dadamco SL (con un valor de 90.748,36 euros).
De esas tres sociedades, destaca Mirador de Gibralfaro, constituida en 1999 y que entre los años 2003 y 2005 desarrolló una promoción inmobiliaria en Málaga con una cifra aproximada de ventas de 24 millones de euros. En febrero de 2013, fue condenada por el Tribunal Supremo por incumplir “la obligación pactada” de entregar los elementos comunes de la urbanización a los compradores de esas viviendas: “piscina, piscina infantil, pista de paddel-tenis y club social correspondiente”. Tuvo que indemnizar a los demandantes con 785.190 euros.
Superviviente
Actualmente, los hermanos Mazin están volcados en el sector inmobiliario a través de empresas como Aristeas (sector logístico) o Dazia Capital (residencial) y operan también en los negocios de energías renovables, el calzado de lujo y las pastelerías, en este caso, de la mano del presidente de Antonio Anguita, presidente de Securitas Direct, empresa cuyas dudosas prácticas comerciales destapó recientemente una investigación de eldiario.es. En cualquier caso, su perfil público es mucho más bajo que el de su padre.
Superviviente del Holocausto nazi, en el que murió gran parte de su familia, el fallecido patriarca de la familia Mazin nació en Shtetl, una antigua aldea judía al norte de Cracovia, en 1923 y aterrizó en España en los años 50 procedente de Bélgica. Echó raíces y se nacionalizó español, pero siempre estuvo muy vinculado a Israel, país del que, como miembro prominente de la comunidad judía en España, actuó como embajador oficioso, con un papel clave para el establecimiento de relaciones diplomáticas con el Estado judío.
Sionista militante, como presidente de la Comunidad Sefardita de Madrid, Max Mazin logró las autorizaciones necesarias para abrir en 1968 –en plena dictadura franquista– la sinagoga principal de Madrid, Bet Yaacov, primera inaugurada en España desde la expulsión de los judíos en 1492.
Fallecido en 2012 a los 89 años, Mazin hizo fortuna en los sectores inmobiliario y hotelero y entre 2006 y 2010 fue consejero de FCC, entonces presidida por Esther Koplowitz Romero de Juseu. Mazin levantó muchos de sus negocios en alianza con otro prominente empresario judío afincado en España en los 60, Marc Rich, conocido magnate de las materias primas, al que Bill Clinton indultó en el último día de su mandato en 2001, 18 años después de que huyera a Suiza tras ser acusado de protagonizar el mayor fraude fiscal de la historia de EEUU.
En junio de 2015, El Confidencial reveló que Max Mazin figuraba en la famosa lista Falciani, que tuvo cuentas en Suiza desde los años 90; y que, tras la amnistía fiscal de 2012 y su fallecimiento, sus hijos habían domiciliado en España una sociedad panameña, Langham Trading, y habían creado un total de siete sociedades de inversión de capital variable (sicavs) que actualmente (a junio de 2017) atesoran un patrimonio cercano a los 54 millones de euros. Ahora, la red de vínculos de la familia con paraísos fiscales se extiende a Madeira y Curaçao.