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La degradación económica de Alemania

Aldo Mas

Berlín —
21 de julio de 2023 23:15 h

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El canciller alemán, Olaf Scholz, imaginaba a las puertas de la pasada primavera que su país tenía por delante un futuro brillante. A pesar de que el pasado invierno fue especialmente duro debido a la incertidumbre generada por el corte del grifo del gas natural ruso del que se había hecho muy dependiente Alemania. El Gobierno alemán llegó a poner 200.000 milllones de euros para salvar la economía del país ante las subidas de los precios energéticos que ha sufrido Alemania como consecuencia de la necesidad de adquirir gas más caro de otros proveedores.

Pasadas las dificultades del invierno, sin embargo, a Scholz se le escuchaba en marzo afirmar que Alemania tenía ante sí un proceso de prosperidad como el de los años 50 y 60 del siglo pasado. Por el crecimiento económico registrado en aquellos años, en los que hubo una tasa de desempleo en mínimos, aquel tiempo fue el del “milagro económico alemán”. 

“Gracias a las elevadas inversiones en medidas para la protección del clima, Alemania podrá alcanzar durante un tiempo tasas de crecimiento como las de los años 50 y 60”, decía el canciller en un evento en Berlín ante los representantes de los medios de comunicación de la Neue Berliner Redaktionsgesellschaft. El primer Gobierno alemán de la era post-Angela Merkel, con la participación de Los Verdes, tiene el foco puesto en “la descarbonización” del país, prevista para 2045. 

No obstante, en ese proceso de transformación verde, Alemania no ha hecho otra cosa más que caer en la recesión. A finales del pasado mes de junio se confirmaba que la economía germana está en números rojos. El último trimestre de 2022, la contracción fue del 0,5%. La caída del primer trimestre de 2023 se contabilizó en un 0,3%. Para todo el ejercicio de 2023, las estimaciones están en una recesión del PIB de un 0,4%, según los últimos cálculos del Instituto Ifo, un prestigioso centro de estudios económicos con sede en Múnich. 

Desde Colonia, Hubertus Bardt, responsable del Instituto para la Economía Alemana (IW), otro centro dedicado al estudio de la economía, explica a elDiario.es la amplia paleta de factores que están lastrando al PIB germano. 

“Estamos en una recesión que se ha producido por el shock vivido por los costes energéticos debido a la guerra de Rusia contra Ucrania. A esto se añade la evolución negativa en sectores como el de la construcción, donde no ha habido suficientes inversiones, por ejemplo, pero es que esa falta de inversiones la vemos también en otros sectores”, explica Bardt. 

El pesimismo del Mittelstand, la “médula ósea” de la economía

Tanto es así que en el IW ponían de relieve recientemente unos cálculos según los cuales nunca habían salido de Alemania tantos miles de millones de euros en concepto de inversiones. La “salida de capitales” para invertir en proyectos fuera de Alemania en 2022, según datos de la institución en la que trabaja Bardt, se ha estimado en hasta 125.000 millones de euros. 

“Nunca antes las empresas habían retirado tanto dinero de Alemania como el año pasado”, explican en el IW a cuenta de su último estudio sobre el comportamiento inversor en el país. “Las condiciones para que las empresas puedan rendir, ya sea en términos de costes energéticos, de costes de actividad, la burocratización, incluido el papeleo para conseguir ayudas..., todo esto tiene un efecto sobre el comportamiento de las empresas y cómo éstas ven el futuro”, plantea Bardt.

La inflación, que en el mes de junio se calculaba, de media, en un 6,4% respecto al año pasado, es un factor al que los economistas responsabilizan del comportamiento de las empresas, actualmente reticentes a la hora de invertir en Alemania. De hecho, las subidas de los precios se encuentran entre las principales preocupaciones de lo que aquí se llama el 'Mittelstand'. Ese nombre alude al numeroso grupo de pequeñas y medianas empresas alemanas que constituyen la “médula ósea” de la economía germana. 

Según una reciente encuesta realizada por el instituto YouGov a medio millar de estas empresas, había crecido hasta el 30% el número de compañías que se veían “amenazadas” en su existencia por la crisis económica. El porcentaje es un 5% mayor que el de 2022. “Hay mucha frustración en el Mittelstand”, subraya Bardt. “Costes energéticos”, “falta de mano de obra cualificada” e “inflación” eran los factores más citados por estas empresas consultadas como principales cargas para explicar su complicada situación.

Cae la producción de automóviles, sube el paro

Otro síntoma de la mala marcha de la economía alemana está en el sector del automóvil. El país del canciller Scholz es el “hogar” de grandes nombres internacionales de esa industria, como el Grupo Volkswagen, Daimler –responsable de marcas como Mercedes-Benz– o BMW. Esta semana, las grandes marcas del país habían sufrido importantes caídas en la producción. 

La que más afectada se veía era Volkswagen. El mayor fabricante alemán producía en Europa 859.000 vehículos entre enero y mayo de 2019. En este mismo periodo de 2023, el número había caído a 666.222, un 23% menos.

Para colmo de males, el paro también está subiendo. Según datos de la Agencia Federal para el Trabajo de Alemania, en el país hay ahora 192.000 parados más que en junio del año pasado. Alemania cuenta algo más de 2,5 millones de desempleados. Representan un 5,5% del total de la mano de obra.

La energía, factor clave

De fondo, la energía sigue siendo un factor clave para explicar los males de la economía Alemania. El país ya comenzó en 2023 siendo independiente de los recursos energéticos rusos. “El desacople de la energía rusa había que hacerlo en vista de la invasión contra Ucrania. La cuestión está en cómo lidiar con las subidas de los costes que acarrea esa desconexión. En su momento se pensó que los recursos energéticos podrían abaratarse algo después de la subida. Pero esto ya no lo cree nadie aquí”, comenta Bardt. 

Tampoco parece contar con mucha credibilidad el Gobierno de Scholz a estas alturas. Hay encuestas que indican que hasta tres de cada cuatro alemanes están “poco” o “para nada” satisfechos con el Ejecutivo alemán, formado por los socialdemócratas de Scholz, los ecologistas de Los Verdes y los liberales del FDP. “La coalición llegó al poder para hacer que el país tuviera un futuro industrial descarbonizado. Pero eso aún está por hacer”, concluye Bardt.

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