Unicaja Banco celebra este jueves su junta general de accionistas. Llega a la cita en pleno terremoto interno, un año después de haber absorbido a Liberbank. Esta operación, lejos de fortalecer a la quinta entidad del país, ha coincidido con su periodo más convulso. En las últimas semanas se han producido numerosas dimisiones en la cúpula, se han constatado profundas disputas de poder, se han abierto investigaciones judiciales y hasta el Gobierno ha tenido que intervenir, reconociendo sus dudas sobre la honorabilidad del principal accionista del banco. También los supervisores miran con preocupación la situación del banco.
En este conflicto hay dos actores distintos aunque muy vinculados. Por un lado está Unicaja Banco, la quinta entidad española. Por otro lado, la Fundación Unicaja, principal accionista del grupo con un 30% del capital. Hasta la crisis financiera eran lo mismo, pero los cambios de normas obligaron a separar a las antiguas cajas, convertidas en bancos, de sus fundaciones. Ambas entidades viven este jueves sendas citas clave. Por un lado, Unicaja Banco celebra su junta general de accionistas, a la que llega tras la dimisión en los últimos dos meses de tres consejeros independientes —aquellos que no representan a ningún accionista— disconformes con la deriva de la gobernanza del grupo. Por otro lado, el patronato de la Fundación Unicaja se reúne para encargar un informe independiente que dictamine si el presidente, Braulio Medel, está en condiciones de seguir al frente. La pasada semana, el Protectorado de las Fundaciones Bancarias, un supervisor de este tipo en organizaciones dependiente del Ministerio de Asuntos Económicos, dio dos meses al patronato para entregar este informe tras dudar de la “honorabilidad” de Medel.
Medel es, precisamente, el protagonista que se sitúa en el centro de las crisis que viven tanto la fundación como el banco. Se trata de un banquero que ha sobrevivido en el sector desde finales de los años ochenta como cabeza visible de Unicaja, donde llegó procedente de la Junta de Andalucía tras ocupar altos cargos bajo la administración socialista. Primero, como presidente de la entidad y, posteriormente, de la fundación cuando el citado cambio regulatorio en la gestión de las antiguas cajas impidió compaginar ambos cargos. Medel se encuentra actualmente investigado por la Fiscalía tras una denuncia del sindicato CIC —el mismo que ejerció de acusación popular en el caso Bankia— contra él por los presuntos pagos a Ausbanc y el cobro irregular de dietas por su presencia en consejos de administración cuando era presidente de Unicaja. La denuncia, que todavía se encuentra en el proceso de diligencias previas en la Fiscalía, imputa a Medel delitos de apropiación indebida y administración desleal al frente de Unicaja.
Pese a no presidirlo, la alargada sombra de Medel sigue influenciando en el banco. La Fundación es la primera accionista del banco, con un 30% de sus acciones y cinco asientos en el consejo de administración, entre ellos el presidente que sustituyó a Medel, Manuel Azuaga. Pese a que Azuaga fue su sucesor, no son pocas las voces que han advertido del equipo que ha conformado Medel con el consejero delegado, Manuel Menéndez, procedente de Liberbank y otro de los nombres con larga y polémica trayectoria en las cajas de ahorros en España. La gobernanza fue ya uno de los puntos delicados durante la fusión y se ha acentuado con los acercamientos de Medel a los directivos procedentes de Liberbank, en detrimento de algunos de Unicaja, como el propio Azuaga.
Gonzalo Postigo, presidente de CIC, señala que tras la denuncia en la Fiscalía contra Medel, el sindicato va a remitir escritos a la CNMV, el ICAC —regulador de la contabilidad de las empresas dependiente del Ministerio de Asuntos Económicos— y al Banco de España planteando sus dudas sobre la contabilidad de Liberbank previa a la fusión, que podría contrastar con el peso que se le concedió durante la negociación entre ambas entidades.
A su vez, en el protocolo de la fusión se fijaba que el consejo de administración del banco debía tener 15 representantes de los que seis serían independientes. Además de la Fundación Unicaja, tienen asiento en el consejo la Fundación Cajastur, el fondo Oceanwood y el empresario mexicano Ernesto Luis Tinajero. La entrada de la familia propietaria de Mayoral, otra de las grandes accionistas del banco, en el consejo provocó el recorte del número de consejeros independientes. La figura del consejero independiente ha ganado peso en los últimos años dentro de los códigos de buen gobierno de las empresas cotizadas como garantes de contrapeso en favor de accionistas minoritarios frente a aquellos que tienen más peso.
El propio banco tuvo que reconocer ante la CNMV que esta era la causa de las dimisiones después de que el supervisor le reclamase más información sobre el torrente de salidas de su órgano de gobierno. Una de las renuncias fue la de Manuel Conthe, precisamente exvicepresidente de la CNMV. También dimitió la que era la presidenta de la comisión de nombramientos del consejo, Ana Bolado. Lo hizo tras votar en contra del nombramiento de un nuevo consejero dominical —que representa a uno de los grandes accionistas—, reduciendo el número de independientes. Esto, según ella, “alejaba al banco de las prácticas de buen gobierno que los inversores y reguladores tienen derecho a esperar de una sociedad cotizada, y especialmente, de un banco”. Estas dimisiones están siendo igualmente analizadas no solo por los supervisores españoles y por el Gobierno, también por el BCE, según informó El Confidencial, que ha seguido de cerca este caso.
La vertiente política
Las derivadas de esta situación son múltiples para Andalucía y, especialmente, Málaga. En primer lugar, está la derivada política. PSOE y PP han mantenido hasta ahora una posición ambivalente, cuando no desconcertante, en la gestión política de la crisis. Ambos se abstuvieron cuando, la semana pasada, el Parlamento Andaluz votó para instar al Gobierno central a cesar a Medel. La iniciativa salió adelante gracias a los votos de Unidas Podemos (proponente), Ciudadanos y Vox. Más allá del nulo peso ejecutivo de la moción —el cese de Medel no depende del Gobierno, y menos aún del Parlamento Andaluz—, este tipo de iniciativas está exponiendo la actitud entre prudente y temerosa de los partidos con representación en el patronato, conscientes de que manipulan una bomba de relojería que, de estallar, impactaría de lleno en el tejido económico y social andaluz.
Esta posición arroja un equilibrio difícil, a veces imposible. El Gobierno de la Junta de Andalucía lleva dos semanas mostrando a Medel la puerta de salida, después de guardar silencio durante meses. Abrió la veda el presidente Juanma Moreno pidiendo a Calviño que actuara y endureció el tono Elías Bendodo, consejero de Presidencia: “Dar un paso al lado, a veces, es una muy buena opción”. Sin embargo, a la hora de reclamar el cese en el Parlamento Andaluz, se abstuvo.
Por su parte, el PSOE alterna una postura exigente en el plano local con negociaciones en Sevilla. Este mismo jueves se votará en el Pleno del ayuntamiento de Málaga una moción socialista que pide a Medel “que se aparte de sus funciones ejecutivas en la Fundación Unicaja” y las delegue en otro patrón para que no interfiera en la investigación sobre su idoneidad. A nivel autonómico, el tono es más discreto. En las últimas semanas han trascendido tres reuniones, entre discretas y secretas, del banquero con Juan Espadas, secretario general del PSOE-A, o con Gaspar Llanes, mano derecha de Espadas para asuntos económicos. Además, entre diciembre y marzo representantes del PSOE en la Fundación han cambiado el sentido de su voto en cuestiones capitales que afectan a la gobernanza de la entidad. Por ejemplo, Pedro Vílchez, representante de la Diputación de Jaén, impugnó en diciembre la propuesta de renovar el mandato en Unicaja Banco de los consejeros dominicales propuestos por la Fundación, afines a Medel, pero acabó votando a favor.
“¿A qué se debe el cambio del sentido del voto? Siguen protegiendo a este hombre”, lamenta el profesor de Derecho Pedro Moreno Brenes, antiguo patrono, exconcejal por IU en el consistorio malagueño y promotor de la plataforma Salvemos Unicaja. “¿A cuento de qué se reúnen con él? Si eres la policía, no te reúnes con Al Capone…”. Este fin de semana ha publicado una carta abierta dirigida a Medel en Sur, en la que le acusa de “imponer su ego desbocado” y de “no cumplir con la moral y con la ley”: “Tiene usted la arrogancia del que siempre se ha sentido impune”.
“Empieza a ser más que sospechosa la puesta de perfil del PSOE en las instituciones, mientras que por detrás parece que va en contra del Ministerio de Economía y el Parlamento andaluz”, protesta Toni Valero, portavoz de Unidas Podemos por Andalucía, que denuncia que se está cocinando entre bambalinas un asunto capital para Andalucía. “Hay una estrategia deliberada de descapitalizar Unicaja y un riesgo de que acabe en Madrid. El señor Bendodo y el PSOE tienen que contar que están negociando con la cúpula de Unicaja y garantizar que sus representantes en el Patronato defienden los intereses de Andalucía y arrinconan a Medel”, dice.
La movilización social y sindical
La segunda derivada es la social. La citada plataforma Salvemos Unicaja nació con el apoyo de CCOO, UGT, Unidas Podemos, Ciudadanos y el PSOE, aunque este último se ha separado de algunas decisiones debido a su compleja posición en el conflicto. Su actual portavoz es Soledad Ruiz, representante de UGT, que explica a este medio que “la situación en la entidad es gravísima” y advierte que “afecta a todos” por el papel que tiene Unicaja como la principal entidad de Andalucía y su arraigo en el territorio. La principal preocupación de los promotores de esta asociación es que la deriva del banco, dando más poder a los representantes de Liberbank, acabe con la toma de decisiones del grupo en Madrid, y no en Málaga. “Entendemos que hay un conflicto claro de intereses”, añade Ruiz, sobre el papel de Medel en la Fundación Unicaja.
La tercera y última derivada es la situación de la plantilla. A la incertidumbre abierta por los problemas en la cúpula del banco, un asunto seguido de cerca por los grupos internos de los empleados, se une lo que han denunciado los sindicatos como “presión y acoso” sobre los trabajadores. “La dirección no sabe hacer su trabajo si no es con el látigo en la mano”, han señalado comunicados de CCOO. Recuerdan que esta situación ya se vivió en Liberbank. El actual consejero delegado de Unicaja, Manuel Menéndez, ya ocupó el mismo cargo en la entidad absorbida durante una época en la que se abrieron múltiples conflictos laborales en el banco asturiano. Los accionistas adscritos a este sindicato votarán en contra de la renovación de los consejeros de propuestos por la Fundación Unicaja.